Me perdí un poco, pero gracias a los enormes mapas que había cada 15 metros logré llegar.

Magnus estaba recargado en el pequeño espacio que había entre la entrada y la pared, mirando su teléfono, ajeno a su alrededor. Dedique unos segundos a observarlo y admirar cada parte de él. Traía puesto una sudadera azul marino, pantalón negro y una camisa de franjas blancas y azules, combinado perfectamente.
Cómo siempre lucía hermoso.

Después de algunos segundo más, moví mi cuerpo y me acerqué. Cómo si me hubiera sentido, alzó la vista, guardando su teléfono en su bolsillo.

Hola, Alec! -saludó emocionado, regalandome una sonrisa de gomita, aquella dónde no muestra los dientes, pero es tan grande que hace sus ojos pequeños y arruga su nariz, completamente adorable.

Decidí solo mover mi cabeza devolviéndole el saludo, sabiendo que sí hablaba en este momento lo más probable es que soltaría una nesedad.

-Ven, hace unos minutos pedí el salón de música para nosotros, fue sencillo convencer al director, le dije que tenía un proyecto súper importante, no sé cómo demonios me creyó si ayer apenas fue el primer día, supongo que es porqué en realidad conoce a los profesores y sabe que son unos malditos. -cuenta, mientras avanza. Caminamos hasta entrar en un salón donde había muchos instrumentos y sillas amontonadas en una esquina. -Parece que somos los primeros en ocupar este lugar. ¿Está bien sí nos acomodamos en el suelo o sacamos unas sillas?

Observé nuevamente el montón de asientos, y negué, se veía peligroso si quiera pensar en mover algo. -El suelo está bien para mí. -respondí.

-Bien, entonces; dibújame como a una se tus chicas francesas, Alec. -dice, despojandose de su sudadera y moviendo ambas cejas.

Fruncí el seño. -¿Qué?

Magnus estallo en carcajadas, tumbandose en el suelo exageradamente. - Perdón, siempre quise decirlo. Hubieras visto tu cara.

Reí también.

Retomó su postura y se sentó juntando sus rodillas al pecho. -¿Cómo debo acomodarme? -preguntó, haciendo diferentes poses, unas graciosas y otras jugando a ser sensual.

Sonreí. Por un momento creí que sería incómodo estar a solas con él, sin embargo, todo parece ir bien, Magnus es muy introvertido y no deja que haya momentos de silencio. Me encanta.

-No necesitas estar quieto todo el tiempo, así que puedes acomodarte como quieras.

-Que bueno que lo dices, no quería estar en modo tieso.

Empecé a sacar lo que utilizaría: mi ipad, su lápiz y demás. Me senté enfrente de Magnus, y comencé a ser un boceto guiándome con la forma de su anatomía de los hombros para arriba.

-Bueno, como vamos a estar una hora aquí, cuéntame lo que quieras. Sé que nos conocemos desde hace unos años, pero creo que no sé mucho de tí. -hablo, dejando una considerable distancia entre nosotros.

-No hay demasiado que saber, no hago muchas cosas: estoy estudiando derecho, suelo pasar el tiempo entrenando arco, leyendo o con mis amigos en Taki's.

-¿Taki's? ¿Qué es eso?

-Es un restaurante donde hay muchas cosas con las que te puedes entretener y pasar un momento agradable.

-Ya. No sabía que practicabas arco, eso es genial. ¿Y como aprendiste a dibujar?

-Cuando era más pequeño me gustaba dibujar, pasé toda mi infancia haciéndolo, tanto que mi mamá me llevo a cursos de dibujo profesional, sin embargo cuando cumplí 14 años simplemente lo dejé.

-¿Por qué?

-Me gusta dibujo, es una forma de expresarme pero lo veo más como un pasatiempo, no quiero dedicarme a esto toda mi vida. Quiero ser abogado y lo supe desde esa edad, aproximadamente.

-Wow, Alec. Yo decidí que quería ser cirujano el mismo día que me registre para el examen de la universidad.

-¿Estudiar medicina es difícil?

Magnus pestañeo. -Un poco, aunque depende de cada persona, obviamente sí es complicado memorizar cada palabra, saber exactamente cada parte del cuerpo, además de qué son demasiados años para conseguir una titulación, pero sin terminar los estudios.

-¿Sigues estudiando una licenciatura o ya estás en alguna especialidad? -indague, queriendo saber más, regresando mi atención al dibujo, comenzando con la figura de sus cejas.

-En una especialidad. Neurología exactamente, aunque también cardiología, más aún no sé por dónde inclinarme, así que tomo ambas clases, pero sé que en algún momento tendré que escoger solo una: ya que pasé mis prácticas y el exámen más importante, si es que quiero tener por lo menos más de dos horas de sueño.

-Podrías escoger neumocardiología.

-Eso es Neumología y Cardiología, no Neurología.

Me quedé cayado por su segundo, pensando en lo que había leído una vez en Internet. -Neurocardiología. -aclaré al recordar.

-Tampoco, no hay ninguna especialidad que te permita ejercer ambas ramas. La neurocardiología, aunque podría serlo, realmente es el estudio de los aspectos neurofisiológicos, neurológicos y neuroanatómicos de la cardiología, incluidos especialmente los orígenes neurológicos de los trastornos cardíacos.

-Así es como demuestras que vas en el camino correcto. No entendí nada pero por eso escogí derecho.

-Oh, no te subestimes, quizá seas tú quien me defienda si llego a cometer un error y un paciente me denuncia.

-Eso es algo que no pasará. Serás un increíble cirujano, puedo asegurarlo. Creo en tí. -dije sin pensar concentrado en mi dibujo.

Cuando el silencio inundó la estancia, subí la cabeza, Magnus observaba algún punto del salón, con las mejillas encendidas a un color carmín. Mi corazón titubio. Se veía tan hermoso. -También serás un gran abogado. -murmuró, después de unos segundos.

-Jace me dijo una vez que te agradan los gatos, ¿te gustaría que haga tus ojos como los de un felino? -cambie de tema.

-¿Puedes hacer eso?

« ¿Por tí? Todo. »

Asentí. -Bien, pero que sean como los de mi gato Presidente Miaw. Amarillos. ¿Si?

-Si, amarillos, serán.

-¡Oh, por poco se me olvida! Traje algo para que comamos. Como te estoy quitando tu hora de almuerzo, me levante temprano e hice burritos de pavo y pique pepinos, espero y te guste.

Agradeciéndole aquel gesto tan bonito, detuve mi trabajo y almorzamos tranquilamente, entre una charla amena, dejando saber algunos puntos relevantes en nuestras vida.

Seguí el dibujo 10 minutos después, intercalando mi atención en el rostro de Magnus y la pantalla de mi iPad, hasta que mi bello modelo miro el reloj que traía puesto en su muñec e hizo una mueca. -¿Podemos seguir mañana? - pregunto apenado. -Tengo clase y no puedo faltar.

-Por supuesto, también tengo, así que no hay problema.

-De acuerdo, misma hora y mismo lugar. Traeré algo para que comamos. Y hablaremos de como pagaré tu exelente trabajo. -se levantó rápido. -Nos vemos, cuídate.

Sonreí, viéndolo salir del salón, ni si quiera le he mostrado como va el dibujo y ya asegura que es un exelente trabajo. Realmente éste hombre no podría traerme peor. Lo bueno es que no salió nada estúpido de mi boca y pude ser yo mismo sin ningún problema, encontrando así: un lugar seguro.

Recogí mis cosas y salí directo a mi siguiente clase. Sin duda ha sido uno de los mejores días de mi vida.

(....)

why ¡! malec auWhere stories live. Discover now