Desde mi azotea✅[Editando]

2.¡El Imbecibilísimo!

           C A P Í T U L O   D O S

(...)

Entre los más apasionados besos y las más profundas caricias me fui sumergiendo poco a poco en un nuevo mundo. Él me tomó por la cintura y fue trazando signos en mi piel ,con su lengua dibujó un espiral justo en mi cuello y las criaturas voladoras de mi estómago no dudaron en agitar sus alas.

Dejó un suave y tierno beso en el lóbulo de mi oreja para entonces detenerse allí mismo, solo pensaba: ¿Qué está haciendo? Mi voz interior le gritaba con salvajismo que continuara, que me destruyera el lado racional, que quemara en una hoguera mi inocencia por completo, solo quería que me hiciera suya.

Pero entonces su aliento se contuvo, dejó de respirar por un instante y el silencio de alrededor diez segundos se me hizo eterno. Mis instintos me obligaban a aferrarme a su cuerpo y tomar la iniciativa que él había desechado pero mi rostro solo reflejaba un ceño ligeramente fruncido y mi
cabeza una pregunta:

¿Por qué se detuvo?

Como si indagara en mis pensamientos inhaló y alzó su mirada para penetrarme, y no, no me penetró con su aparato masculino, el cual como era obvio estaba muy duro amenazando para abandonar sus bóxers, solo me atravesó con sus ojos...

Una sensación de Deja vú recorrió mi semidesnudo cuerpo. Yo conocía esos ojos...los había visto antes...su cara me era familiar ...

Cuando parecí caer en razón aparté mi mirada de él haciendo un pobre intento por pensar...

—Mírame —fue lo que dijo. Esa sensual y ronca voz me sonrojaba sin planearlo siquiera. Lo dudé un segundo y él tomó mi barbilla para obligar a que nuestros ojos se encontraran...allí lo supe...

Era el chico de ojos oceánicos. El chico que conocí, sin conocer desde mi azotea.

Y ahora él, estaba frente a mí apenas con un trapo blanco cubriéndole sus partes.

¿Qué sucedió aquí? ¿En dónde estoy?

—Micaaela, Micaaela —esa voz...— ¡Micaaela! ¡Despierta ahora! —me siento en la cama súbitamente como si me hubieran dado una cachetada . Mi madre sonó tan demandante y gritona que me hizo recordar a "Mushu" el dragoncito en los muñequitos de Mulán, cuando intentaba despertar maliciosamente al
general "Chan" haciendo toda especie de ruidos escandalosos.

Este no era un dragón pero era algo peor.

Mi madre...

Sí, como ven, todo fue un sueño...un triste pero excitante sueño...

—¿Qué pasa ahora? —mi tono no pudo salir más tedioso.

—Te esperan —contesta y antes de que saliese de la habitación reacciono.