Capitulo 35. ¡Cómo han cambiado los tiempos!

Comenzar desde el principio
                                    

Mario Calderón se había establecido en Sao Paulo. Sandra finalmente había aceptado irse con él como su secretaria. La empresa pagaba el alquiler de un apartamento que compartían. Sandra se hizo imprescindible en la vida de Mario, tanto en el aspecto laboral como personal. Poco tiempo después cuando el trabajo incrementó, él propuso en la empresa que pasara a ser su asistente, con las correspondientes mejoras salariales y contrataron a una secretaria.

En la vida personal se convirtieron en inseparables. Ninguno de los dos conocía a nadie en la ciudad, excepto los contactos que habían hecho para poder inaugurar el punto de venta. Además, Mario ya no era el irresponsable mujeriego de tiempo atrás. Llevaba una vida muy tranquila y ordenada, según como se mirase hasta incluso aburrida. La presencia de Sandra animó un poco su vida y sobre todo le hizo dejar de sentir esa soledad tan agobiante que, desde que rompió su compromiso con Betty, lo acompañaba a todas partes.

Terramoda ya había cancelado su deuda con los bancos y estaba obteniendo muy buenos ingresos. Incluso habían pensado en ampliar las operaciones. Nicolás seguía al frente de la empresa con la inestimable colaboración de Don Hermes que había sido contratado como contador. Mientras el buen hombre se encargaba de las finanzas, Nicolás podía dedicar todo el tiempo a esas inversiones por Internet que tan buenos beneficios les daban.

Armando había vuelto a recuperar todas sus propiedades, pero al realizar el cambio de nombre, él quiso que también siguieran a nombre de ella.

B.: Pero mi amor, ese es tu patrimonio...

A.: Y el tuyo, Beatriz. Y el de nuestros hijos... Y no consintió que se hiciera de otro modo.

Daniel Valencia había conseguido vender el paquete de acciones familiar. La mayor parte de ellas las había adquirido un empresario francés radicado en Cartagena que habían conocido a través de Catalina Ángel. La propia Cata también había adquirido un pequeño porcentaje y el resto lo compraron los papás de Armando. Ahora era la relacionista pública quien representaba a los accionistas minoritarios en las juntas, tras la ausencia de Mario. Cuando se plantearon reestructurar la planta ejecutiva, decidieron dejar definitivamente a Mariana como Gerente de puntos de venta. La muchacha se había desempeñado de maravilla y se merecía el ascenso. Aura María fue confirmada como su secretaria. El puesto de Mario Calderón pasó a ocuparlo el nuevo accionista mayoritario de la empresa, el Sr. Michel Doinell y fue necesario contratar a una nueva secretaria para el flamante vicepresidente comercial. Hacía sólo dos meses que el Sr. Doinell estaba trabajando en la empresa. Al principio a Armando no le había caído muy bien ese ojiazul que no hacía más que mirar con admiración las piernas de su esposa. Pero se tranquilizó bastante cuando vio que estaba muy interesado en la nueva Gerente de Puntos de Venta. En efecto, la belleza para él exótica de la ingenua Mariana y su carácter dulce e inocente, conquistaron al francés que al poco tiempo de conocerse bebía los vientos por la muchacha.

Así estaban las cosas el día del nacimiento de Arianna Mendoza Pinzón.

Ma.: ¡Con permiso!

B.: Adelante.

Mario y Sandra habían ido a conocer a la hija de Armando y Betty. Le habían traído de regalo a la niña un hermoso marco de plata para sus primeras fotos y a la mamá un bello ramo de rosas.

Sa.: Betty, ¿cómo está? La veo muy bien. –Acercándose a darle un beso a su amiga y tomando en brazos a la niña que ella le ofreció- ¡A ver esa preciosidad de niña! ¡Es muy linda! –Enseñándosela a Calderón- Véala, Mario, ¿no es un encanto?

Ma.: Sí, es muy linda. ¿Cómo está Betty?

B.: Bien, estoy muy bien. Gracias por las flores y por el regalo para la niña... Armando que había salido unos minutos para ir a almorzar a la cafetería se quedó muy sorprendido con la visita.

A.: Mario, Sandra... ¡qué sorpresa! Los hacía en Sao Paulo.

Ma.: Pues vea que no, hemos venido a pasar unos días a nuestra ciudad y de paso asistir a la junta de la próxima semana. Le traigo los informes con el balance de los primeros meses y le van a gustar... Ha sido todo un éxito, al igual que las otras franquicias. Según las proyecciones, en menos de un año se recuperará totalmente la inversión realizada y tendremos muy buenas ganancias...

A.: Me alegro mucho...

Los dos hombres salieron de la habitación para seguir hablando de negocios y dejaron a solas a Sandra y Betty. La niña se había quedado profundamente dormida y la habían acostado en su cunita.

B.: Sandra, ¿cómo le va por Sao Paulo?

Sa.: ¡Ay, Betty! No sé qué decirle...

B.: Pues la verdad, dígame la verdad.

Sa.: Es que en lo laboral... bien, pero...

B.: ¿Pero qué, Sandra? ¿Tiene problemas con Mario?

Sa.: No sé si llamarlo “problemas”. ¡Ay Betty, yo no sé si debo contarle a usted!

B.: - Sonriéndole- Pues yo creo que sí “debe” contarme... ¿Qué le pasa? ¿Está enamorada de él, cierto?

Sa.: Betty, yo hace mucho tiempo...

B.: Yo lo sé, Sandra.

Sa.: ¿Usted lo sabe? ¿Qué sabe, Betty?

B.: Que usted hace tiempo que está enamorada de Mario...

Sa.: Sí, Betty pero nunca había tenido esperanzas... primero porque él era su novio... ¡Ay perdone, Betty! Yo no quiero ser indiscreta...

B.: Para nada, Sandra. Ese es un episodio de mi vida que ya está superado y que puedo recordar sin emociones negativas...

Sa.: Betty es que él me contó todo lo sucedido...

B.: ¿Que Mario le contó? Vaya... está desconocido... Con la verdad por delante... Pues esa es buena señal, Sandra... Es señal de que aprendió la lección...

Sa.: ¿Usted cree, Betty? ¿Usted cree que puedo confiar en él?

B.: Yo creo que sí, Sandra. Mario Calderón ha cambiado mucho. Es otra persona. Es mucho mejor persona que cuando yo fui su... novia.

Sa.: ¡Ay Betty es que él me ha pedido que iniciemos una relación! Pero yo no sé qué hacer... Vea no me ha dicho que... me ama... sino que se siente muy bien a mi lado y que quiere que nos conozcamos mejor... ¿Sabe? El motivo del viaje a Bogotá no es otro que yo poder hablar con mis amigas... pedirles consejo... Yo... se lo dije y él estuvo de acuerdo... Y me pidió que hablara con usted...

B.: Oj oj oj oj. ¡Esto es increíble! Mario me busca a mí para que le dé referencias a su futura novia... ¡Cómo han cambiado los tiempos!

Sa.: ¡Ay, Betty no se ría! Que yo estoy muy angustiada con todo esto. Es que no sé qué hacer...

B.: Veamos, Sandra. ¿Usted lo ama?

Sa.: Con toda mi alma, Betty.

B.: ¿Y se lo ha dicho?

Sa.: Pues sí... ¿es que no debí hacerlo?

B.: Por supuesto que sí, Sandra. La verdad siempre por delante... Una relación basada en mentiras un día u otro se resiente... Otra cosa, Sandra, ¿usted confía en él?

Sa.: ¡Por supuesto, Betty! Él me ha demostrado que es una persona confiable... ¡Y se porta muy bien conmigo!

B.: Sandra, ¿y ustedes ya han... estado juntos? Usted me entiende...

Sa.: ¡No, Betty! ¡Cómo se le ocurre! Yo nunca he estado con un tipo...

B.: -Más para sí que para Sandra- Ese va a ser el problema...

Sa.: ¿Cómo dice, Betty? ¿De qué problema habla?

B.: Son cosas mías, Sandra. Vea, hable con Aura María y le cuenta y ella que le diga cómo tiene que hacer en... esa situación...

Sa.: Lo haré, Betty no le quepa la menor duda...

B.: Y respecto a Mario, debe guiarse por lo que le dicte su corazón... Dígale que lo pueden intentar, se dan un tiempo... y si la cosa funciona pues... adelante... y que sean muy felices...

La novia de Mario CalderónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora