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El día por fin había llegado, sin embargo Yoongi no podía decir que sentía verdaderamente entusiasmado como pensó estarlo al principio. Miles de pensamientos noscivos aterrizaron en su mente provocadole una horrible sensación de malestar en el estómago: ¿Qué tal si nadie se le acercaba a hablarle? ¿O cómo reaccionarían los demás estudiantes una vez que supieran de su condición? no es que Yoongi fuera un fenómeno andante o padeciera alguna anomalía extraña, tan solo le preocupaba tener que lidiar con aquellos idiotas que muy posiblemente se le acercarían a la salida de la escuela o durante algún receso con la única intención de molestarlo una vez que se supiese que todavía no tenia una especie definida teniendo ya veinte años. Actualmente no era algo de lo que preocuparse y mucho menos avergonzarse, en muchas ocasiones se presentaban situaciones similares y era cualquier cosa menos un problema, pero para Yoongi ser un omega que ni siquiera había experimentado su primer celo, sin una especie definida en una familia de puros alfas lobos de mucho poder, con una imagen bien cuidada y una reputación insuperable y respetable no hacia más que alimentar sus inseguridades, y más ahora que su propio padre se esmeraba demasiado en recordarle diariamente que no era más que un "omega defectuoso" y que por eso ningún alfa iba a fijarse en él.

Ahora pensandolo mejor, prefería que nadie tuviese intenciones de dirigirle la palabra.

A través del vidrio polarizado podía anticipar el enorme edificio repleto de estudiantes emocionados gracias a los emotivos reencuentros con sus compañeros y amigos despues de un interminable verano. A Yoongi aquellas imagenes no le provocaban nada más que indiferencia y un poco de melancolía  pues él nunca tuvo verdaderos amigos con los cuales contar o emocionarme por verse después de mucho tiempo, los que tuvo por última vez se habían distanciado de él apenas supieron que el pelinegro tenía un pequeño "fallo" y desde ese entonces creyó que quedarse solo era lo mejor si no quería volver a pasar por aquella dolorosa experiencia una vez más.

De repente el motor del auto se detuvo arrancando a Yoongi de su viaje mental al pasado, su ritmo cardíaco se aceleró y sus manos comenzaron a temblar sin control. Sabía que había captado la atención de la mayoría de los alfa y omegas que circulaban a su alrededor, llegar en una limusina de tamaño descomunal que ocupaba casi toda la entrada principal no era la mejor forma de pasar desapercibido el primer día de clases, pudo ir tranquilamente caminando y así evitar llamar innecesariamente la atención pero su padre le insistió (o más bien le ordenó) que acepte que su chofer lo lleve hasta la academia, como si estuviera haciéndole un favor cuando en realidad era lo contrario. Hasta llegó a pensar que solo estaba haciéndoselo adrede.

Entonces Yoongi dio un último vistazo para cerciorarse de que ninguno de aquellos lobos era una amenaza potencial, se quitó el cinturón para abrir la puerta del vehículo y colocó los pies sobre el suelo no sin antes agradecer al chofer por sus servicios. Podía sentir el calor acumulandose en su cuerpo, temía que ahora sin el cristal polarizado de por medio todos pudieran reconocerlo, caminó sin mostrarse desesperado por el cemento llevándose consigo el aroma de todos los alfas y omegas con los que se cruzaba en el trayecto, podía no ser un cánido o un felino con un olfato súper desarrollado pero cuando se trataba de aromas su nariz sufría ante la acumulación de olores agrios y dulces y en ese momento agradeció no tener un aroma así perceptible para los demás o de lo contrario le haría saber a todo el continente cuan indefenso se sentía. Por fortuna nadie hizo más que lanzarle al pequeño omega miradas fugaces y curiosas, examinandolo un momento de pies a cabeza para luego retomar sus actividades. Ahora dentro del edificio Yoongi podía respirar nuevamente, los latidos de su corazón se normalizaron cuando un suspiro de alivio abandonó sus labios, lo peor había pasado, estaba a salvo y caminando vacilante por los pasillos tratando de adivinar cual era su salón de clases. La escuela era inmensa, creía que terminaría perdiendose con facilidad si por error irrumpía en una clase que no fuera la suya. Recordó que había hecho algunas notas en su celular por si llegaba a perderse u olvidarse de algo así que sacó el aparato del bolsillo de su pantalón y desvió la vista hacia la pantalla. Fueron apenas unos segundos que transcurrienron cuando sintió el impacto de otro cuerpo contra el suyo, haciéndole perder el equilibrio de sus movimientos y estrellar su celular contra el suelo junto con algunos papeles y cuadernos que no le pertenecían a él.

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⏰ Last updated: Sep 06, 2021 ⏰

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Three | taegikook auWhere stories live. Discover now