Capítulo 5

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4 años y unos meses después.

—Izumi necesito que me ayudes con unos papeles urgentemente, son con unos socios, aparte necesito que luego vayas conmigo a una reunión.

—Espera, porque tanto trabajo en tan poco tiempo —quedó mirando de frente a su jefe y actualmente mejor amigo, ella se levantó de la silla y se alejó de su escritorio para luego seguir a su jefe hasta su oficina, luego ambos entraron.

—¿Recuerdas que te dije que pronto tendríamos más ventas en países extranjeros?

—Si, lo recuerdo, me pediste que te enseñará español.

—Eso no, las ventas de unas piezas de carros fueron pedidas ayer y necesito que revises los documentos, hay uno en inglés y otro en español, por favor encargaré de eso y luego saldremos a reunirnos con unos clientes relacionados con la venta —dijo mientras estiraba dos folders a la chica, ella solo los tomo y los abrió para revisarlos un poco— puedes jalar una silla, no estés tanto tiempo de pie.

—Que atento.

Ella solo se dirigió al sofá que estaban en la oficina enfrente de él había una pequeña mesa de vidrio.

Comenzó a leer detenidamente todo a la vez saco su celular para hacer las cuentas de todas las piezas que serían y la cantidad de dinero que recibiría la empresa.

—Kyo —llamo la atención del chico— todo está en orden en estos documentos incluso las cuentas son correctas.

—¿Segura? —pregunto indeciso— entonces mantente lista saldremos en una media hora.

—Bueno —se levantó del sofá y antes de salir se detuvo por el llamado.

—¡Espera! —la chica se giró y ladeo su cabeza— ¿también revisaste el que estaba en inglés?

—Lo hice, tranquilo.

—Imagínate se va algo que no era —dijo con una pequeña risa.

—Incluso si así fuera, tú sabes inglés Kyojuro.

—Si, pero no confió en mi inglés —dijo riendo nervioso— por eso te tengo a ti.

—¡Me pagas muy poco!

—¡¿eh?! Tienes un buen sueldo. —respondió indignado.

—¡Mentiras! Por momentos también tengo que cuidar tu pellejo —dijo elevando un poco su voz, mientras usaba un tono divertido.

Él solo tomo una servilleta que había en su escritorio y la hizo bolita para luego lanzarla en la cara de la chica, justo en su nariz.

—Auch, mi nariz, grosero. —volvió a girar para luego irse de la oficina.

A sus espaldas escucho un "lo siento" con una risa al final, luego se dirigió a su escritorio para seguir con su trabajo.

Después de una hora el joven Rengoku salió a toda prisa de su oficina, con su pequeño bolso en mano.

—Vamos tarde, vamos— dijo agitado.

—¡¿Ah?! —la chica se puso de pie y comenzó a meter lo que iba a necesitar en su cartera—Vamos.

Ambos comenzaron a caminar directo hacia el ascensor, que por suerte nadie más estaba en él, al final se dirigieron hasta el estacionamiento.

—¿Quién va a manejar? —pregunto el hombre.

—Tú.

—¿Por qué yo? —protestó haciendo un leve puchero.

—Es tu auto —ella solo subió al asiento de al lado del conductor y espero que el otro hiciera lo mismo.

𝑀𝑖 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 || (𝐼𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑂𝑏𝑎𝑛𝑎𝑖)|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora