Pegue a la puerta antes de entrar y lo escuché decir;

-Entra, ojitos.

Inmediatamente entré.

Cerré la puerta después de entrar y lo primero que vi, fue a el sentado en una silla de cuero negra detrás de un enorme escritorio de cristal.

Me fijé en los ventanales que había tras el, podías ver Londres entera.

-Hola- dije acercándome.

-¿Que tal su día, Señorita Lagos?- preguntó cogiendo mi brazo cuando me acerqué para sentarme encima de él.

Ahora acaba de mejorar.

-Ha estado bien, Sr Holt.

Me agarró la barbilla y pegó sus labios a los míos para darme un largo beso.

-¿Para que querías que viniera?- pregunté cuando me separé.

-Para follarte.

Vaya... iba al grano.

-Creo que esta mañana dejamos algo a medias- dijo bajando su mano hasta mi culo.

-¿Aquí? Pueden oírnos.

-¿Crees que me importa? Que se enteren de que el que te folla cuando le sale de los cojones soy yo. Quiero que grites mi nombre una y otra vez hasta que toda la empresa se entere de que eres la mujer del director, que sepan que eres mía.

Si, si a todo.

No perdí el tiempo, le empecé a desabrochar el cinturón del vaquero y el a desabrochar el mío.

Se levantó de la silla dejándome a mi de pie, pero segundos después me empujó hacia tras y quedé boca arriba sobre su escritorio.

Tire de su camisa para atraerlo a mi.

Me bajó los pantalones junto a las bragas y después hizo lo mismo con los suyos.

Antes de empezar pulsó un botón y empezó a hablar;

-Sara, que nadie entre y no me pases llamadas hasta nuevo aviso- dijo y soltó el botón.

Después de eso, se hundió en mi.

-Joder...- dije agarrándome al escritorio.

-Abrete, entera- ordenó.

Y lo hice.

Quedé totalmente expuesta a él.

Me dio más fuerte en cada embestida y tuve miedo de que el cristal que tenía abajo se rompiera.

-Di mi nombre- dijo mientras bajaba su dedo a mi clitoris.

-Aiden...-gemí.

-Más alto.

-Aiden...-levante la voz como pude en mitad del gemido.

-Más.

-AIDEN...-grité.

Sonrió y aumentó más el ritmo.

Los papeles del escritorio cayeron al suelo.

-Madre...de...di...os...-dije a punto de explotar- el... cristal...

-Aguantará- aseguró el.

Aumentó el movimiento de su dedo en mi clitoris mientras entraba y salía de mi y lo miré.

El asintió con la cabeza.

-Correte.

Me corrí encima de su escritorio y el se vació dentro de mi.

Enséñame a olvidar #2 |+18| Where stories live. Discover now