"Nosotros también estábamos jugando; era nuestro huevo."

Ahí estaba ese tono, ese tono maldito. El que Phipps usaba solo cuando tenía razón en algo, y sabía que tenía razón. Al menos uno de los dos tenía que tener la cabeza fría, pero aún siendo así, a Grey le parecía una característica muy molesta de su compañero.

"Tu estabas sosteniendo el maldito cucharón, no intentes involucrarme"

", eres el que decidió jugar, así que vas a asumir tu responsabilidad también."

Que Phipps se viera obligado a usar oraciones más largas para responder, incluso sin levantar el tono de su voz era una indicación de una discusión fuerte. No es que se metieran a menudo en discusiones, por lo general era Phipps quien dejaba que Grey hiciera y dijera lo que quisiera mientras, se mantuviera bajo control. Después de todo, era evidente que Grey era incapaz de pensar en las consecuencias antes de sus actos la mayor parte del tiempo, el resultado de la mision con Siemens era prueba suficiente de su descuido. Aunque, su majestad debería haber considerado su decisión de dejar a Grey libre con una misión tan importante.

"Con un demonio..."

Murmuró Grey, mientras una vez más, apoyaba su espalda contra el cojín una vez que se había quedado sin energía para seguirse quejando por segunda vez. Se quedó quieto unos segundos, en silencio, hasta que decidió golpear la pared detrás de él con el codo, indicándole a John Brown que de alguna manera hiciera que los caballos fueran más rápidos. Aunque evidentemente, Brown no trabajaría demasiado a su caballo y el camino seria aún más largo.

        Los mismos colores de siempre, azul pálido, dorado y paredes blancas. Pisos de madera y mármol cubiertos por alfombras de un rojo intenso y detalles dorados, todo perfectamente limpio como de costumbre. Todo parecería normal en el palacio de Buckingham, si no fuera por las diminutas plumas amarillentas y blancas que se pegaban a la alfombra. Grey siguió caminando por el pasillo con las manos detrás del cuello, irritado mientras el sonido de pasos más pequeños detrás de él continuaba resonando con el sonido de sus propios pasos. Caminaba más rápido, al igual que el pequeño parásito detrás de él. Se detendría por completo para dejarlo pasar, pero nuevamente, la criatura se detendría justo detrás de él.

"No soy tu madre, piérdete."

Habló Grey irritado, descansando sus brazos mientras se giraba para enfrentar al pequeño acosador. Un poco más alto que hace unas semanas y mucho menos amarillo que antes. ahí estaba, un pollo de 5 semanas, mirando a Grey con ojos redondos y oscuros. Y el mayordomo de la reina seguía sin entender como es que su compañero había hecho para que aquella cosa sobreviviera.

"Ve a buscar a Phipps, o algo"

Gray se inclinó e indico con la mano izquierda al pequeño pollo que se fuera, comunicándose con él como lo haría con cualquier otra persona. Después de todo estaba cansado de la situación actual. Al segundo Phipps se perdía de vista, era su turno de hacer que la criatura emplumada lo siguiera y exigiera atención. El no era Phipps, no estaba dispuesto a llevar el pollo en su hombro todo el día y rascarse detrás del cuello donde no alcanzaba, ni se lo iba a poner dentro del abrigo cuando hacía frío. La cantidad de atención que el animal estaba recibiendo de Phipps volvía loco a Grey, ya que simplemente no podía simpatizar con la extraña relación que tenían.

"Ni siquiera haces una comida completa todavía ..."

Susurró Grey mientras tocaba la barriga del pollo con uno de sus dedos, lo único que le importaba era saber cuándo exactamente el pollo estaría listo para cocinar. O tal vez solo tenía hambre y penaba en comida por eso. Pero con todo el cuidado que le dieron al pollo, probablemente sería una buena comida en algún momento, o eso pensaba Gray.

"Ni siquiera lo pienses"

Advirtió Phipps mientras caminaba por el pasillo para encontrarse con los dos, consciente de la mirada en los ojos pálidos de Grey. Era aquella mirada hambrienta, misma que indicaba cuando estaba de mal humor.

Querida C.Where stories live. Discover now