A Rush and a Push and the Land Is Ours

57 4 57
                                    

Estoy loco por las personas adorables, de alguna manera son una mentira.

-Debí de haber pedido té frío.

-No me digas.

Está el volumen fastidioso de la televisión y las camareras con camisas amarillo canario. La cercanía entre cada una de las mesas le estaba causando claustrofobia y el bullicio, ridículamente exagerado para una diminuta cafetería de esquina, lo dejo ensordecido cuando le ofrecieron los especiales del día.

Bernard había ordenado un humeante té blanco combinado de un brioche y croissant. Brett mismo se había decidido forzosamente por café helado -la camarera, Bernard y la pareja a dos mesas de distancia lo habían visto como si le estuviera creciendo una segunda cabeza. Bueno sí, el café helado era un poco peculiar, tal vez girly. Aún así no era él quién se estaba cociendo con el puto humo que emanaba de su taza de té- y también un pan endurecido que le hacía preguntarse por qué carajos no se habían decidido por un restaurante apropiado.

-¿Has estado en Soho antes?

-Sí -responde casi que sin cortesía.

-¿Con quien? -Bernard inquiere mientras pasea la cuchara por su taza y sacude con ligereza dos sobres de sacarina.

-Con Justine.

Bernard le asiente (lentamente, pausadamente, irremediablemente aburrido) con aceptación.

-Bien.

Hay otro de sus ya icónicos espacios vacíos de conversación y por un momento le viene a la cabeza que el hacer un hiatus con todo lo referente a Justine no sería horrible. Se evitaría momentos como este en el que la persona del otro lado no está demasiado familiarizada con su idea "noble" de que mantenerse objetivo y formal con el tema de su ex novia es normal, muy muy casual.

-¿Entonces vamos a ir allí? ¿A los mismos lugares a los que fuiste con Justine?

Exactamente a cosas como estás se refiere.

-No. Hay más lugares, Soho es gigantesco, lo sabés.

Lo sabes.
Está tratando de dejar el problema en la cancha de Bernard.
Como si no existiera y fuera a base de la sola imaginación recargada de su guitarrista.
Hay una palabra que describe exactamente lo que está haciendo pero no la recuerda.

Bernard no le responde, se limita a girar la cuchara dentro de la taza y mirarla como a la cosa más interesante de la habitación.

Bien, se rinde. Puede tolerar muchas cosas pero nunca ninguna de ellas ha sido el ser explícitamente ignorado. Creé que es su orgullo el que lo hace hablar, su exacerbada autoestima y la atención que siempre desea (de Bernard).

-Esta bien, el tema de Justine no creó que sea viable ahora. Hace tiempo te dije que no me molestaba, pues lo hace ahora. Así que espero y el oxígeno pueda volver a fluir entre nosotros porque esto definitivamente te molesta.

Tal vez dijo demasiado. Se asusta por ello y mira a Bernard esperando una reacción.

Por un momento la situación parece captar su atención. Se digna a mirarlo pero aún mantiene la cuchara dentro del té y la sostiene con tres dedos. Tres dedos húmedos, vaporizados y temblorosos.

-¿Vas a comenzar a superarla ya?

Hay alguna especie de queja en ello y solo ahora lo está notando. Posiblemente es solo su paranoia o simplemente es Bernard al igual Mat, Blandine, Alan y cinco personas a cuatro manzanas de distancia que están hartos de su actitud flácida y lúgubre. Están hartos del viejo tema con J... Con ella. Mejor no pensar en su nombre ya.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 26, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Amyl Nitrate Where stories live. Discover now