Deseos

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Mi propósito anterior NO. ESTABA. FUNCIONANDO

El tipo con su estúpida y sexy voz me volvían loca, era como si volviera aceite mi sangre o como ser un helado derritiéndose.

Trate con todas mis fuerzas de concentrarme en lo que decía pero simplemente captaba pedazos de su discurso, lo cual no era bueno.  Necesitaba mantener mi promedio y si seguía así, lo mas seguro era que no pasaría esta asignatura.

Después de terminar la clase el primer día, pensé en cancelarla, hasta que me di cuenta que él era el ÚNICO en dar la maldita clase. 

¿Desde cuando el inglés era un idioma tan difícil que había tanta escasez de profesor?

Antonie trato de distraerme haciéndome reír y en varias ocasiones el profesor nos dedico una mirada acusatoria. 

Please, finish the exercise, give it to me and you can go 

El profesor volvió a su escritorio para dejarnos trabajar y Antonie y yo habíamos tenido la mala fortuna de llegar solo un par de minutos tarde para encontrar que los dos únicos asientos disponibles eran los de adelante. 

Frente al escritorio del profesor.

Desde ese momento supe que Dios me odiaba.

Intentando no alzar mi mirada y echarle un vistazo al profesor, Antonie y yo terminamos el ejercicio, no sin antes reírnos un poco y hacer un par de bromas subidas de tono. 

30 minutos después terminamos el trabajo, recogimos nuestras cosas y nos levantamos para entregárselo

Professor— Antonie llamo la atención del profesor que parecía perdido entre las páginas de un libro.

Justo cuando no podía ser mas perfecto !POOM! él volvía y me probaba que si lo era 

Le dio un breve vistazo a Antonie (una mirada que pudo haber congelado el Caribe)y tomo el trabajo —Puede irse— 

¡Jesús! en español su voz era aun mas increíble. 

Antonie y yo nos miramos y sin decir ni una palabra mas nos giramos para salir 

—Usted no señorita—el tono de su voz no daba paso para desobedecerlo 

Trague. 

quedarse a solas con él era un muy mala idea. 

Antonie me dio una mirada inquisitiva y luego me guiño un ojo antes de marcharse.

Sentí que me dejaba a merced de los lobos

Me quede ahí parada observándolo leer un párrafo, quizá dos mas, antes de tomar un marca páginas y cerrar el libro. Sin siquiera darme un vistazo, se levanto. 

—Discutamos en mi oficina—Salió a paso veloz y ni una sola vez se giro para comprobar si de hecho lo seguía o no. 

Lo seguí con la cabeza gacha, seguro era por los comentarios sexualmente incómodos que Antonie y yo habíamos hecho en clase, pero yo había pensado que no estábamos hablando tan fuerte, quiero decir, estábamos prácticamente leyendo nuestros labios, ¿cierto? 

¡Santa Mierda! ya no estaba tan segura 

El profesor freno frente a una puerta con marco de madera y un panel de vidrio en el medio que daba una vista algo borroso del interior; abrió la puerta y con un movimiento de cabeza me indico que entrara primero.

Mis manos estaban sudando.

Ya había pasado una semana, había sobrevivido a él y por algún milagro estaba logrando aprender incluso con mi grave problema de atención.  Y ahora un estúpido comentario lo iba a arruinar todo 

—Profesor yo...— mis palabras murieron cuando me gire para enfrentarlo y él estaba casualmente apoyado en la puerta. Sus ojos eran oscuros pero no era por la rabia, era otra cosa, mas intensa que esa... ¡oh, Dios! era lujuria lo que veía en sus ojos?  

¡Maldita sea! el profesor prácticamente me estaba follando con los ojos

—No vuelvas a usar esas medias—dijo con una voz baja y amenazante que discordaba con su mirada

—Qu..Que?—si, me había rebajado a tartamudear 

Mire mi atuendo del día, usaba un tank blanco, unos cómodos shorts y unas medias de malla negras. 

Sus ojos oscuros recorrieron mis piernas y mis rodillas flaquearon. Me senté en una de las sillas frente a su escritorio. Se acerco, su mirada clavada en la mía, él era alto e imponente y mientras se acercaba, lo rodeaba un aire... Dominante 

Trague fuerte. 2 veces

Se ubico frente a mi y tuve que inclinar mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos, una chispa de algo que no reconocí brillo en ellos.

—¿me deseas?— la pregunta fue tan directa que si no hubiera estado sentada, literalmente me hubiera caído sobre mi culo

—Dis...Disculpe?— no sonaba muy ofendida 

—Responde la pregunta— dijo en tono de voz firme 

—si— conteste en un susurro, su orden como una especie de ley que no podía simplemente desobedecer 

Quise golpear mi cabeza contra una pared, algo en su actitud me impedía negarle lo que me pedía 

Acaricio un mechón de mi cabello y luego me agarro de la mandíbula, su agarre firme pero inofensivo; se inclino hasta que nuestros rostros estaban a solo un milímetro de tocarse. Mi pulso se acelero de una manera que estaba segura era peligrosa, mi cerebro era una neblina confusa, pero lo peor de todo era el desastre húmedo que había entre mis piernas.

Yo estaba malditamente loca, porque toda su actitud me tenia tan húmeda que fácilmente podría tomarme ahora y su miembro se deslizaría con facilidad increíble dentro de mi

—No vuelva a usar esas medias en clase— sus ojos parecían esculcando mi interior —no sabes todas las formas en que pensé  tomarte mientras usabas solo esas medias— Sentí su otra mano acariciar mi muslo y mis ojos involuntariamente se cerraron mientras suspiraba

En un segundo estaba dejando salir un vergonzoso suspiro de placer y al siguiente él estaba invadiendo mi boca con su ávida lengua, que acariciaba mi paladar e incitaba a mi lengua a jugar con la suya

Gemí y su agarre se hizo mas fuerte

Nos seguimos devorando mientras su mano subía por mi muslo y justo en ese momento mi estúpida conciencia asomo su fea cabeza

Me aparte, jadeando por su increíble beso

—Yo... yo... — no podía decir nada, él me robaba el cerebro aparentemente  

Su sonrisa se formo lentamente en sus labios y su mano siguió subiendo hasta tocar mi vértice por encima de las capas de ropa,

Pegue un brinco y me levante de la silla apartándome de él 

No sabia que estaba pasando, mi cerebro me inundo con imágenes de él volviéndome a tocar, solo que esta vez no había ropa que interfiriera 

Mi cuerpo quería quedarse, mi cuerpo me rogaba que cediera a mis deseos, pero mi conciencia gano.

Mi cerebro estaba confundido y mi cuerpo se sentía como un traidor 

—Joscelyn— la forma en la que dijo mi nombre me hizo querer abrirme de piernas para él

Tenia que salir de aquí 

—Tengo que irme— fue lo ultimo que dije antes de darme la vuelta, salir de la oficina y correr.

Si, a veces, que tu mayor fantasía sexual se hiciera realidad, parecía demasiado bueno para ser verdad. 

My English Teacher (A Forbidden Love story #1) /EN EDICIÓN/Where stories live. Discover now