Te lo puedo asegurar.

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-Pesado.

-Aburrida.

-Pesado.

-Te quiero.

Sonreí.

-Y yo- respondió sonriendo también.

Apoye las dos manos el el bordillo y me impulsé para darle un beso.

-¿Has hablado con Amber y Sebastian?- preguntó cuando me separé y me senté a su lado.

-Con Amber no, con Sebastian si. Amber esta loca por que llegues ya.

-Me la imagino histérica.

-Tendrá que aguantarse- dije encogiéndome de hombros.

-Tyler me putea cada día por mensajes- dijo riéndose.

-Otro que tendrá que esperar.

-Hasta Scott pregunta que cuando llegaremos- dijo.

Me callé.

No se por que coño seguía hablando con el, pero lo hacía y no me gustaba ni un pelo.

Ella debió pillar mi silencio y cambio de tema.

-¿Tienes ganas de volver?- preguntó.

-No.

-Pues ya nos queda poquito.

-Lo sé.

No se si lo he mencionado, pero mis padres se llevan mejor con Aly de lo que esperaba, o por lo menos lo intentan.

Mi madre se lleva mejor con ella que mi padre, aunque también le cae bien, pero prefiere que esté con Alexa, cosa que no pasara.

Habíamos quedado los cuarto algunas veces más y la cosa fue bastante bien.

-¿Eres consciente de que cuando lleguemos las cosas cambiarán?- pregunté mirándola.

-Lo sé...

-No quiero que pienses que las cosas cambiarán entre nosotros, por que no será así, simplemente tendré que dedicarle más tiempo a la empresa, pero no dejare que te sientas sola.

-Estaré bien- aseguró.

Pero yo sabia que no era cierto.

En el último año ya habíamos estado un poco más separados por el tema de la empresa y no me quiero ni imaginar ahora que mi padre me va a nombrar director y dueño.

Haré todo lo posible para compartir mi tiempo con ella.

**

Aly.

-Baby, me tienes aquí solito- dijo Tyler al descolgar la videollamada.

-Tienes a Amber o Scott y hasta Sebastian. No estas solo.

-Sabes que no es lo mismo, somos un trío y no estás tú, por lo tanto no estamos al completo.

Amber, Tyler y yo habíamos compartido mucho tiempo juntos en el último año y éramos un trío perfecto.

Pero cada vez que viajábamos a Malaga siempre montaban un drama.

-Ya nos quedan pocas vacaciones- dije riéndome -podrás sobrevivir unos días más.

-¿Tú crees?

-Estoy segura.

-¿No me echas de menos? Por que yo no puedo vivir sin ti.

-Mucho- dije sonriendo.

-No jodas, Tyler y cuelga ya- le dijo Aiden.

-Cállate pollagorda- le contestó Tyler.

-¿Pollagorda?- preguntó -eso me pega más que Mr. Cotilla -dijo mirándome.

-Que va, si estás todo el día cotilleando, eres como una maruja- dije.

-Eso es verdad- dijo Tyler.

-Hasta mañana, Tyler- dijo Aiden y le colgó.

-¡¡oye!! Que estaba hablando con el.

-Pues ahora ya no.

-Eres imbecil.

Me levante de la tumbona y me metí dentro de la cocina.

Cogí una Coca-Cola para mi y una Fanta para Aiden.

-Toma- dije dándosela cuando volví a salir a la piscina.

-Gracias, Ojitos.

Me senté en la hamaca al lado de el y me tumbe con las gafas de sol puestas.

Escuché como Aiden abría la lata de Fanta, pero no lo escuché beber y eso me preocupó.

Es como un niño pequeño, cuando no se le escuchaba, era que algo estaba tramando.

Abrí un ojo para mirar que estaba haciendo y lo vi de pie en frente de mi con la Fanta medió volcada.

Ahí viene.

Noté como la Fanta me caía por los pelos hasta llegar a mi abdomen y estaba fría.

-¡¡LA MADRE QUE TE PARIO, AIDEN!!!- grité.

-Te dije que estaba aburrido.

-¡¡JODER!!!- volví a gritar levantándome para empujarle.

-Ahora ya puedes meterte al agua- dijo riéndose.

-No me hace gracia, estoy pegajosa.

-Eso tiene solución.

Me cogió como un saco de patatas y se tiró al agua conmigo en brazos.

Cuando intenté sacar la cabeza del agua tiró de mi pie y me volvió a hundir para darme un beso.

Un beso bajo el agua, como en las películas.

Me agarró del culo y lo apretó mientras me besaba. Su lengua buscó a la mía y deje que la encontrara en milésimas de segundos, pero nos empezó a faltar el aire y salimos a la superficie para poder respirar.

-¿Sigues pegajosa?- preguntó cuando respiramos un poco.

-No, ahora estoy mojada y no me refiero de agua.

Lo vi sonreír y acercarse, pero me adelante y me subí al bordillo riéndome.

-Lo siento, pero creo que podré soportarlo. Puedo secarme sola- dije guiñándole un ojo.

-Sabes que no.

-Sabes que si. Tengo a mi amigo de plástico rosa- y entonces fue cuando no aguante la carcajada que me salió de la garganta.

Salió corriendo de la piscina y yo corrí hasta el interior de la casa.

-¡¡VEN AQUÍ!! ¡¡DIMELO A LA CARA!!- dijo corriendo detrás mía.

-Que te den.

-No, te van a dar a ti, te lo puedo asegurar.

Enséñame a olvidar #2 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora