vii. No tan excelentes como caramelos.

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❛NO TAN EXCELENTES COMO CARAMELOS❜

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❛NO TAN EXCELENTES COMO CARAMELOS❜

                        El día en que lady Edelweiss de Latimer y lady Giovanna Sheffield se vieron frente a frente, fue como la colisión de un poderoso rayo y una avasallante erupción de volcán. Habían deseado ese día incluso antes de entender el significado de lo que algunos llaman espíritus afines. Pero con solo diez años, al mirarse y sonreír con tal anchura y sinceridad, la respuesta pareció estar siempre en ellas, escondida hasta el momento que debieran comprender qué estaba sucediendo.

En el umbral de entrada a la antiquísima Iglesia Minster de St. Mary, en Lindsey –la única cercana a Scunthorpe digna de gozar con su presencia y de recibir sus diezmos–, ambas repararon en la existencia de la otra antes de la misa; se trataba de la primera visita religiosa de los Latimer, llegados de Mayfair dos días atrás y, para Giovanna, era ya algo típico de domingos y festividades desde que, a los siete años, se mudó a Lincolnshire y tuvo que asistir a la misma iglesia que sus acomodados parientes del mismo apellido pero acaudalados. El encontronazo fue tan rápido que no debía caber la posibilidad de que, siquiera, el avistamiento haya sido claro y no producto de una mala jugada ocular; pero Giovanna recuerda, a la perfección ha de presumir, y el bonete adornado con zinnias escarlata y rosas blancas no fue la excepción... En el contrario caso de Edelweiss, cuya mente está ocupada desde el nacimiento en adivinar el futuro y no es característica por retener nimiedades, supo que el destino debía haber colocado en su camino a una niña vestida con negro de luto para que su atención se apartara de la importantísima necesidad de ella por ir a ganar un buen lugar en su nueva aldea; estaba segura de jamás haber visto a una niña guardar luto. Una suerte.

Durante la misa, desde sus respectivas bancas, buscaron y se encontraron sin esfuerzo. Ojos brillantes y con diferentes colores que, sin embargo, reflejaban el mismo mensaje de rescate. Sonrieron. Casi ríen y ganan una reprimenda por parte del reverendo y sus padres. Aguantaron y, al salir, finalmente hablaron y determinaron que eran la amiga que tanto buscaban.

Para Edelweiss, una amiga significaba tener un lazo de unión fuerte e irrompible como los diamantes, compartir el más íntimo de los secretos, tener debates enriquecedores a la vez que se disfruta de actividades de ocio y, no menos importante, significaba tener compañía. De no tener una, pensaría que el destino le aguardaba una infancia vacía, hasta el cuello por la escasez que volvería de su ambición algo amargo y desdichado, obligado, necesario solo para sobrevivir y no acabar calva, por todos los problemas que le acarrearon nacer sexta en una familia débil económicamente, que no pudo resistir cinco bodas en un mismo año provenientes de los hijos mayores –Grace, Gustave, Fantine, Francis y Frideswide en orden de edad–, y que, además, ignoraba el cinismo de éstos para con el resto, ya que no se detuvieron a pensar en las ventajas de una inteligente unión y así asegurar, mínimo, un acto caritativo para Edelweiss y sus dos hermanas menores, rezagadas a cojer las migas y rezar porque alguien sonriera a su padre. En Giovanna halló eso y más de lo que pudo imaginar en el primero de sus encuentros.

THE TELL-TALE HEART  ━━  BridgertonHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin