𝘈𝘥𝘪𝘤𝘤𝘪ó𝘯 [ 𝘎𝘢𝘳𝘤𝘦𝘭𝘭𝘰 𝘹 𝘓𝘦𝘤𝘵𝘰𝘳𝘢]

My addition 1/? 💌

POV: T/N.

Desperté, era una tarde lluviosa un clima bastante agradable, sin duda, me gustaba mucho el clima era tener un ambiente bastante fresco y relajante ¿A quien no le gustaba el frío? Era bastante agradable. Tenía mucha duda sobre aquel fascinante sueño, pero me decidí ignorarlo, era algo que nunca iba a suceder ¿Es un sueño no? Garcello estaba en su departamento, a pesar de tener un hogar, se la pasaba en la calle, parecía sin duda un vagabundo, me había enamorado de un vagabundo.
Tenía unas inmensas ganas de verlo y no solamente por el sueño, el clima me hacía extrañarlo, quería sentir la calidez de su grande cuerpo, el era bastante grande, yo le llevaba a los hombros. Varias personas me habían dicho que parecía una niña a su lado, incluso me dijeron que si el era mi padre.

Me levante del lugar donde estaba, tomando un suéter algo calientito, ya que hacía frio, tome un paraguas y mis llaves, lo iba ir a ver pese al clima, eso no me impidiera estar a su lado. No quería avisarle que iba a verlo, deseaba que fuera sopresa no sabía exactamente como reaccionaria. incluso pensé que el estaría fumando como siempre. Me disgusta que fume bastante, odio que lo haga, no puedo verlo como se hace daño, algún día encontré algo para que no siga fumando.

Salí de mi casa, abriendo el paraguas y comenzando a caminar con paso apresurado, tampoco deseaba mojarme con la lluvia, dos veces no quería. El vivía cercas de la ciudad, tal quedaba un poco alejado, pero no tanto para irme a pie, era mejor ¿No?. Incluso era mejor, ver la lluvia solamente producía melodías dulces en mi cabeza, bailar debajo de la lluvia era lindo, o eso parecía para mi. Tras 30 minutos de una caminata, había llegado a los largos departamentos de la ciudad, sabía donde vivía, ya que a veces vengo a darle de comer, por que prefiere fumar que comer, últimamente no se alimentaba bien y comía hamburguesas, papas y té helado. Así que ya lo había visitado anteriormente. Subí por las escaleras, ya que su departamento estaba en el quinto piso. Toque la puerta, escuche pasos y una voz.

— Ahí voy — Era la cálida voz del peliverde, era un poco ronca pero a mi me gustaba escucharla , yo simplemente me quedé esperando mientas una pequeña burla salía de mi boca.

El abrió la puerta, y como siempre, estaba fumando, cuando me miro se noto preocupado, sabía que lo regalaría por estar fumando. Me acerque a el, retirando el cigarro de su boca, para tirarlo en el piso y pisarlo, aún sostenía mi sonrisa sobre mi rostro, acercando más mi cuerpo con el, para darle un cálido abrazo, si, estaba molesta por que el continuaba fumando pero mis ganas de darle un abrazo eran más inmensas. El correspondió el abrazo, era bastante calido, hasta que finalmente este fue rompido por el peliverde.

— Oye.. Estas bastante mojada — El peliverde se puso detrás de mi para retirar aquel suéter que posaba, sin duda se había mojado, aunque no comprendía el por qué, si use el paraguas.

Vestía una playera de tirantes de color negro, era bastante delgada y el hecho de que ya no usaba el suéter me provocó frío. Garcello me miro y me sonrió, parecía darse cuenta de lo que sucedía.

— Toma mi sudadera, yo ahora me pondré otra cosa — Retiro su sudadera para posarla en mis hombros, yo introducí mis manos en las mangas, era bastante grande, tuve que doblar las mangas para usar mis manos.

Garcello me abrazo por detrás, algo bastante extraño en el, casi no demostraba cariño, el era amable, pero siempre tenía dificultades para demostrar lo que sentía. Se separó del abrazo y deposito un leve beso sobre mi cabeza, me moría de ternura por dentro. Garcello me indicó que pasara a su habitación, nunca lo había hecho a pesar de haber venido muchas veces a su casa. Yo rápidamente cedí, entrando a su habitación, el se dirigió a otro cuarto del departamento, supuse que iría a buscar un suéter o algo parecido. Entre a la habitación sentandome en una de las orillas de la cama, mire que en uno de sus muebles, tenía una caja nueva de cigarrillos, eso provocó un disgusto en mi rostro, así que la tome, en la habitación había una ventana, así que lance la caja de cigarrillos por la ventana sin antes haberla rota por la mitad. Por una extraña razón, garcello miró lo que hice, dirigiéndose rápidamente hacia la ventana. Pobre de el, casi parecía un niño apuntó de llorar.

— ¿¡Por qué hiciste eso t/n!? — El peliverde mencionó un poco alterado, quería parecer enojado ocultando sus ganas de llorar por sus cigarrillos.

— Me hiciste una promesa y no la estas cumpliendo, dijiste que te harías adicto a otra cosa que no fuera peligrosa. — Respondí en un tono seria tratando de ocultar mi risa, parecía un bebé de veras.

— T/n, por favor no hagas eso, aún no encuentro nada que me calme como eso, excepto tú.. — Garcello desvío la mirada al decir eso.

Por lo tanto yo me acerque a el, para darle un cálido abrazo, a el le gustaba bastante mi compañía y yo no podía a hacer nada en contra, así que aproveche de la situación.

— Entonces.. Hazte adicto a mi. — Mencioné tomándolo del mentón, para depositarle un cálido beso sobre sus labios, el rápidamente correspondió al beso, apegando su cuerpo en mi.

El beso continuaba, haciéndose intenso y placentero, comenzamos a jugar con nuestras lenguas haciendo que ambas se entrelecieran, dejando que un poco de nuestra saliva se saliera de nuestras bocas. El comenzaba a empujarme hacia la cama, haciendo que me acostara rápidamente en esta, separe mis piernas poniendo cada una en los costados del el, Garcello se apego más a mi, para finalmente finalizar con aquel intenso beso. Aunque no había terminado, el peliverde continuó unos besos suaves sobre mi cuello repetitivas veces, dejando unas pequeñas marcas sobre mi.

— ¿Sabes qué? Me agrada la idea, entonces te necesitaré todos los días. — El peliverde mencionó continuando los besos, bajando un poco aquella playera de tirantes que usaba.

Comenzo a depositar sus besos sobre mis pechos, bajando aquel sostén que usaba, casualmente también era negro. Sentir la calidez de sus labios sobre mis pechos me hacía sentirme llena, y lentamente me exitaba, ahora si no era un sueño, todo era real, era como si su sueño fuera un aviso de lo que sucedería pero en otro momento y lugar. Disfrutaba aquellos suaves besos sobre sus pechos mientras el sonido de la lluvia se escuchaba por la habitación y la brisa de esta entraba por aquella ventana.  

Perdonen por no haber actualizado, dependiendo de como les vaya gustando, trataré de subir más, esto aún no termina, continuará.