La muerte de dos reinas

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Rani pensaba si es que la decisión de su abuela era correcta. Esos animales eran peligrosos, eran una amenaza para el reino. Esas ideas fueron llenando su cabeza poco a poco, ella no podía soportar que por un fallo el reino callera en el olvido. Se podría decir, que hasta se volvió paranoica de pensar en ese futuro, con el Árbol de la Vida en llamas y todos los animales siendo cazados por aquel león de melena roja...

"No... "-pensó Rani- "No permitiré que eso pase, no puedo permitirlo. La abuela ya esta vieja, ya no es lo que antes, ya no puede gobernar. Ella ya no piensa como antes, sus ideas están revueltas en su cabeza.

Rani ya no creía que esos animales fueran inocentes, para ella eran un peligro, algo que había que eliminar. Su abuela era un vejestorio, el reino necesitaba una nueva reina... más... joven...  La joven leona ansiaba su asenso al trono, y porque no ahora? Podía hacer que la muerte de la Reina Janna pasara como un ataque de aquellos extraños. Entonces tendría el reino para si sola, seria la reina, nadie se interpondría entre ella y el poder. El reino seguramente querría venganza por la muerte de su sobrara, entrarían en guerra con esos forasteros, pero seria muy sencillo exterminarlos.

"Si... así tendría el reino"-pensaba la ambiciosa leona- "Le diré a la Manada Nocturna que la abuela nos ordeno atacar, causaremos un derrumbe. Entonces volveré con la abuela y la matare, romperé o quemare una parte del Árbol para que parezca que alguien la mato, y tendré el reino, ja! JAJAJAJAJA!!!"

Se dirigió entonces Rani hacia la Manada Nocturna, estos no le cuestionarían nada. Seguían las ordenes de la monarca del Árbol de la Vida muy enserio. Solo Surak, su tío, se atrevería a cuestionar la orden; al ser Janna su madre es obvio que le interese el porque de tan abrupta decisión. Esperaba podría convencerlo. Por otra parte, Baliyo, su hermano, no seria un problema. Tenia que aceptar que el príncipe menor del Árbol de la Vida era un tonto la mayor parte del tiempo. Nirmala, la única leona a parte de ella en el equipo, tampoco presentaría dificultades.

-Rani!- grito Baliyo al ver a su hermana acercarse- Que te dijo la abuela?

-Me dijo que no tenemos que dejarles pasar, que esos animales son un peligro para el reino- dijo Rani, sin mostrar ningún signo de que estuviera mintiendo.

-Lucharemos o bloquearemos el pasaje?- pregunto Surak, el mayor del grupo, analizando minuciosamente la cara de la joven leona.

-Luchar no, son un grupo grande, nos superan en numero y para empeorar la cosa se conforman de diferentes especies, por  lo que es mejor bloquear ese camino- dijo Rani.

-Bien, pongámonos en marcha- dijo el adulto león, sin sospechar nada.

La Manada Nocturna, conformada por estos cuatro leones, puso el marcha el plan que tenia, que, aunque ellos no lo sabían, darían a lugar grandes acontecimientos. Y a la princesa del Árbol de la Vida, espero, espero que se de cuenta de su error, o esto la llevara a un camino de no retorno.



Mientras, con nuestro grupo de las Praderas, Kion se empezaba a desesperar de que se tardaran tanto. Incluso su madre, Nala, había venido porque los que se quedaron afuera de los territorios del Árbol de la Vida se estaban congelando por la baja temperatura de esa zona. Kion no podía traerlos ya que los del reino se alarmarían, pensando que están entrando a sus tierras sin permiso o planean una guerra.

-Si no vienen en 10 minutos les lanzaremos dos Rugidos de los Ancestros, Vitani- dijo Kion muy molesto, Vitani asintió ya que también estaba enojada por esperar.

-Alla vienen- dijo una voz en los cielos, Anga.

-Cuantos?- pregunto Kovu.

-Dos- dijo la águila- Pero antes eran cuatro...- pensó.

La venganza de KionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora