Capítulo 4: DISTANCIADOS

Start from the beginning
                                    

— Hola Denisse

— Hola Edward

— ¿qué haces aquí?

— vine a disfrutar el hermoso paisaje — respondí, él mostró una sonrisa

— ¿sola?

— si, me gusta estar a solas para hablar con Dios.

— oh — murmuró.

— Edward — llamé su atención

— ¿si?

— ¿Tu eres Cristiano? ¿Conoces de Dios? — pregunté por que en el tiempo que llevaba de conocerlo no lo había escuchado hablar o mencionarlo.

— si — rió — lo soy.

— Genial.

— Sabes, creo que a Josh le gustas— me dijo después de un momento de silencio, abrí los ojos como platos, no podía creer lo que estaba escuchando

— ¿com...cómo...lo sabes?

— no lo sé, solo digo que quizás es cierto, la forma en la que te mira — su rostro era todo un enigma, no sabia si estaba triste o enojado pero cada palabra que dijo parecía molestarle y la pregunta era ¿por qué?

— solo Somos amigos — desvíe mi mirada hacia el barco que yacía en medio del océano

— ¿se pelearon o algo por el estilo?

— eh, no, claro que no.

— se nota que has estado envitandolo todo este tiempo, ¿qué te hizo?.

— nada.

— ¿entonces? ¿Por qué? — volvió a preguntar Edward

Le conté sobre lo que Michelle me había dicho.

— oh — dijo

— ¿sabes si ella es su novia?

— si lo es — respondió — Y creo que por tu bien debes hacerle caso a Michelle — una llamada entró en su celular — debo irme, adiós Denisse

— Adiós Edward, gracias por aclarar mis dudas — sonrió.

Camine hacia un pequeño parque que se encontraba cerca de ahí, en mi mente solo pensaba en que era verdad que Michelle y Josh eran novios, tenía la esperanza de que fuera mentira, pero Edward había confirmado que era cierto, iba tan distraída que no me di cuenta de que alguien venía frente a mi, y accidentalmente chocamos y yo caí al suelo

— Oh, lo siento, estaba distraído con mi celular, perdón no te vi venir — escuche como se disculpaba mientras me ayudaba a pararme.

— si esta bien no te preocupes

— ¿Denisse?

— ¿Josh?

— lo siento, lamento haberte hecho caer

— no, no pasa nada, todo está bien— le dije y luego de eso los dos nos quedamos en silencio por unos segundos viéndonos fijamente a los ojos.

EN MEDIO DE LA TORMENTA Where stories live. Discover now