Beyoncé (parte 1/2)

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El gran día había llegado, no cabía tanta emoción en mi cuerpo al saber que la mismisima Queen B estaría vicitando mi estudio de baile.

Había quedado con la asistente de Beyoncé, que el Sábado a las diez de la noche nos veríamos, eso eran 3 horas después de que cerrara mi estudio, por lo cual estoy sentada en mi escritorio mirando el reloj, faltaban cinco minutos, después de haber esperado 5 días, los cuales parecían una eternidad. 

No sabía el porque recibiría la visita de mi cantante favorita, solo me dijo que mantuviera todo en secreto, cosa que me molesta bastante, pues ni Camila y mucho menos Lauren me creerían que estoy a unos segundos de conocer a la mismísima diva que adoro con todo mi ser.

Sonó la puerta y corrí como nunca antes lo había hecho, y la vi, a la mismísima Beyoncé con otras seis personas, entre estas había puros adultos grandes y fuertes, supongo que eran sus guardaespaldas… pero cuando me hice a un lado y los invite a pasar, pude ver una chica de cabello largo, con más de la mitad rubia que castaña, una gorra negra a pesar de que era noche y unos pantalones holgados.

Bueno, seré breve, señorita Hamilton- Dijo Yoncé haciéndome fangirlear internamente, pues sabía mi apellido… woah –Ella es Dinah Jane –señalo a la chica alta, que me miraba fijamente y jugaba con sus manos de una manera tímida- me enteré por una amiga que tienes la mejor academia de danza en toda la ciudad, y quiero que entrenes a mi hija –Dinah desvió su vista hacía su madre… vaya, Yoncé tenía una hija oculta.

Claro, estoy a sus ordenes- asentí con la cabeza sonriendo, recibiendo unas cálidas sonrisas de ambas.

Pero, hmm, necesito que esto sea secreto, Dinah no… ella no es como las demás chicas, además de que la tuve muy joven, ella es mi mejor secreto, y quiero que triunfe en la música, sin que se enteren de que soy su madre, no quiero que la reconozcan como “La hija de Beyoncé”, ¿Si me entiende? –Si las miraras mataran, Yoncé estaría bajo tres metros por la mirara que le hecho Dinah

Claro, señora, nadie se enterará de esto, pero supongo que querrá un horario personalizado, ¿Verdad? –pregunté yo, sintiendo la mirada atenta de todos, sobre todo de la chica alta.

Por favor, me gustaría que fuera en la noche, como a esta hora hasta las doce, te pagaré lo que quieras, así que quiero un buen trabajo con mi niña… -Beyoncé se acerco un poco a ella, pero no funciono, Dinah simplemente se alejo un poco

Basta mamá, no hay necesidad de llamarme niña, ya voy a ser mayor de edad –se defendió Dinah- además me dejas en mal enfrente de mi maestra de baile -yo solo me quede ahí parada viéndolas discutir un rato, hasta que Beyoncé gruño y Dinah se hecho para atrás

Basta, Dinah Milika Llaisaane Jane Knowles -¿Qué estaba pensando cuando la llamo así?- te quedarás acá y Jones vendrá por ti a las doce en punto, no quiero que la señorita Normani me de quejas de ti, ¿Entendido? –Alzo un poco la voz espantándome hasta a mi, la alta no tenía expresión alguna en el rostro, solo hecho para atrás su cabello ignorando completamente a su madre y camino hacía mi, sonriéndome. Después, en un movimiento rápido, ella volteo a verlos, ignorando todo contacto visual con la Queen B -pueden retirarse, esperaré a Jones, a las doce en punto- me tomo del brazo y me jalo a mi oficina haciéndome sentir como muñeca de trapo, se escucho que cerraban la puerta y ella suspiraba cerrando los ojos- Lo siento… mi madre siempre es así cuando me presenta con alguien, se vuelve otra persona, ella realmente es muy linda –se disculpo mirándome mientras sonreía timida, tenia unos pequeños dientes que la hacían ver adorable, y su parentesco con su mismísima madre era notorío, solo que a pesar de que ella estuviera usando unos tenis y su madre tacones, ella era más alta, me hacía sentir un pitufo- por cierto, ¿Cuál es tu nombre?

No te preocupes Dinah, lo comprendo –dije en un trono tranquilo, ya que la pobre se veía un tanto preocupada, aunque yo no entendía el porque, si era algo simple- y me llamo Normani, puedes llamarme Mani si quieres –le sonreí

Oh, nunca había escuchado tu nombre, es realmente bonito –asintió con la cabeza- ¿Podemos hablar un poco? –se rasco la nuca cerrando un ojo- es que, es que no salgo mucho… realmente ni salgo, mi madre me tiene como rampunzel en la casa y no tengo amigos, solo por internet y… y quiero que seas mi amiga –sonreí al escucharla y asentí con la cabeza.

Claro, ¿De que quieres hablar? –la invité a tomar asiento enfrente de mi escritorio, cosa que ella hizo, yo solo moví mi silla con rueditas sentándome enfrente de ella

¿Cuántos años tienes? –me miró como niña pequeña haciéndole preguntas a un adulto, yo arrugue la nariz

cumpliré veintidós en cuatro meses con tres días, si es que no me equivoco –reí un poco mientras ella reía conmigo- ¿tú?

Yo cumpliré veinte en junio, realmente nunca cuento cuantos días me faltan para mi cumpleaños, pero ya quiero tener veintiuno, para salirme de los cuatro muros en donde estoy atrapada –dijo ella con un gran suspiro

¿Porqué hasta los veintiuno? –pregunte curiosa.

Por que mi madre nunca me deja salir, no se si es por mi condición o porque no quieren que se enteren que soy un fenómeno –fruncí el ceño al oírla decir que era un fenómeno, pues se me hizo imposible.

Tu no eres un fenómeno, eres una persona increíble y hermosa, estoy segura de eso –note como las mejillas de Dinah se sonrojaban y puede escuchar una risita salía de su boca.

Soy un fenómeno, estoy segura –asintió ella con la cabeza varias veces.

¿Por qué lo dices? –pregunte nuevamente

por una larga historia –se encogio de hombros

tenemos tiempo –sonreí mirándola, pero ella me miro un poco nerviosa y asintió con la cabeza.

La hija de BeyoncéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora