🔥Park Jimin es un joven el cual es marginado por toda su escuela y en su casa, ya que tiene una hermana la cual era la más popular y hermosa.
Su madre la preferían a ella ante todo, a Jimin solo lo hacían aún lado, lo lastiman con palabras de despr...
¿Fue raptado? ¿Quién demonios era el señor Jeon? Pero para salir de dudas, tenía que seguir a la mujer del servicio. No estaba muy seguro pero tenía que seguirla o se quedaría con más dudas.
—Está bien la sigo —termino aceptando.
La mujer asintió dando marcha atrás. Jimin la siguió detrás notando lo grande que era el pasillo y también lo muy hermosamente bien decorado. Había todo tipo de cuadros en la pared muy bonitos, la elegancia que había en cada rincón, no sabía que pasaba, pero le asustaba un poco la situación y está mansión de novelas.
Bajaron las escaleras, el rubio noto varios guardias con esas armas peligrosas, trago saliva nervioso al verlos, ¿qué clase de mansión era esta?, ¿quiénes eran esos hombres?. Siguió caminando hasta que al fin la mujer toca una gran puerta de metal la cual tenía tallada una figura de una dragón comiéndose un hombre, se escucha un "adelante" y ella abre la puerta.
Un hombre de cabellera pelinegra y elegante traje alza la mirada notando que es la empleada y rápido deja sus papeles en su gran mesa aún lado. Al fin el rubio se había despertado, qué mejor momento para darle la noticia.
—Señor Jeon, el chico despertó ¿lo hago pasar?
—Sí y déjanos solos.
La mujer asintió.
—Pasa, él te espera.
Jimin no muy seguro pasó lentamente. Enfrente de él pudo mirar a un hombre, quien lo miraba fijamente con esa postura tan íntimamente. Él solo lo miraba, pudo oír la puerta detrás cerrarse haciendo al menor sobresaltar. Cómo lo vio entrar se levantó de su asiento para acercarse adónde él.
El rubio lo miro fijamente con esos hermosos ojos de color miel, nunca había visto unos ojos de ese color y menos en asiáticos, Jimin sintió que sus piernas flaquear ante la cercanía del pelinegro.
Lo miro de arriba a abajo como si los escaneará, subió lentamente su mirada hasta llegar al rostro del rubio. Jimin se sentía que moriría ahí mismo al tenerlo tan cerca, entonces escucho su potente y gruesa voz.
—Park Jimin —comienza a decir—, 19 años, universidad de seúl, estás estudiando gastronomía, tienes sólo a tu madre y tu hermana, tu padre falleció hace años ¿verdad?
El menor quedó con la boca abierta al escuchar aquello.
—¿Cómo sabe eso... Señor? —su voz sonó tímida y lenta.
Algo que le gustó al pelinegro. Se alejó un poco de él mirando lo detalladamente, suspiro cruzándose de brazos mirando aquellos ojos verdes claros a través del cristal de aquellos lentes redondos. El rubio jugaba con sus dedos a causa de su ansiedad y nerviosismo. Definitivamente era más hermoso en persona.
—Escucha, seré honesto con esto. Te he secuestrado -El rubio abrió sus ojos de par en par, iba a preguntar algo, pero el pelinegro continuó— Te he estado vigilando en cada uno de tus movimientos, eres el candidato perfecto para lo que te diré sin rodeos ahora mismo.
—¿Estoy secuestrado? ¡Ay dios mío!, ¿Pero cómo o por qué?.
—Fácil. Serás mi esposo —se quedó en shock cuado escuchó aquello.
—¿Cómo?, ¿Su esposo? -repitió.
—Lo que escuchaste Park —Tomó asiento de nuevo en su escritorio, haciéndole señas el rubio para que tomes asiento. Jimin lo hizo aún aturdido por lo que dijo el pelinegro.
Su esposo ¿pero qué rayos?
—Serás mi esposo en un par de semanas, por eso te traje aquí.
—¡Piensa que soy un objeto al que puede secuestrar para esto! ¿Por qué? Podría elegir a alguien más hermoso que yo. Simplemente no lo entiendo, no soy el tipo de chico para ser un... Esposo, solo mirarme.
Le reclama con un sentimiento de tristeza. En una parte tenía un poco de razón, por qué él para ser esposo de alguien tan guapo como él, no se lo explicaba. Podría secuestrar a alguien hermoso o hermosa, no se explicaba el porqué él, él no tenía nada de especial.
—Eres la persona correcta, alguien como tú no me engañaría, además que tienes algunas cualidades que me hicieron decidir por ti. Serás mi esposo como te dije, tendrás una buena paga por fingir serlo. Lujos, ropa, móvil último modelo, lo que tú quieras yo te lo daré. Escucha y seré breve con esto. Te elegí porque eres perfecto para hacerlo, eres lindo, tienes una cualidad tan sublime, me llamaste la atención cuando te miré por primera vez.
Tiño sus mejillas de rojo al oír eso Jimin, pero no todo sonaba bien del todo, quería que fuera su esposo y una paga alta por serlo, era como si se vendiera a alguien que no conoce de nada, ¿qué pasaría si dice que sí?, o más bien ¿que pasaría si dice que no?
¿Tomaría el riesgo el decir que no? No sabía ni a qué se dedicaba, ni como se llamaba, pero mirando a los guardias afuera con aquellas armas, sabía que no era nada bueno.
—Mi objetivo es que te haga mi esposo, solo eso, aclaro ese punto por si piensas que tendremos más de aquel trato justo. Solo vas a fingir con mi abuelo que eres mi esposo, también con mi Hermanastro, al cual no me cae del todo bien.
—Espere, ¿quiere que me case con usted? —reiteró y el peligro asintió— A beneficio de una buena paga y con qué intenciones realmente, ¿más bien quién es usted?
Jeon se para de su escritorio rodeándolo, Jimin se quedó en su lugar, pero Jeon tomó su mano para acercarlo hacia él para tomar su cintura con delicadeza. Jimin pudo sentir que el corazón se le salía ante aquel toque y cercanía.
—Soy Jeon Jungkook, el dueño de las más grandes fábricas de sustancias ilícitas, el dueño de casi todo Italia -Acaricio su mejilla sonrojada, causándole escalofríos al menor- Soy el maldito Rey de la mafia.
Mi mafioso hijo de puta.
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