Capitulo 12. Empleandose a fondo. Pt.1

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Ma.: Es que me pareció como un desprecio que regalara una papeleta que yo le había dado... que además había sido “premiada”... y aunque no lo crea... me molestó...

No muy convencido con esa explicación, le sigue interrogando.

A.: Pero aún no me ha explicado por qué se la dio a Betty... ¿No es que tiene tantas amiguitas que le hubiesen estado muy agradecidas...?

Mario decide que tiene que explicar una parte de su estrategia. La que Betty conoce... Además así se asegura que si la chismosa de Betty se va de la lengua, su amigo no volverá a desconfiar...

Ma.: Es que Betty me ha estado asesorando con unas inversiones, y quería agradecerle de algún modo.

A.: -Sorprendido con la respuesta de su amigo- ¿Betty? ¿Asesorándolo a usted? ¿Y cómo es que yo no me he enterado de eso?

Ma.: Es que yo le pedí total discreción... y ya sabe como es Betty para esas cosas...

A.: ¿Y a qué tanto misterio? ¿Es que acaso es algo ilegal?

Ma.: ¡Nooo! ¿Cómo cree? Todo bien legal... pero no quería que toda la empresa estuviese al corriente de mis finanzas privadas... y por eso le pedí “discreción”. ¿Me entiende?

A.: -Un poco más convencido- No del todo, pero... ¿Oiga y lo de llevarla a los puntos de venta? ¿Eso también fue por agradecimiento?

Ma.: Por supuesto, tigre. Sin ninguna duda...

Cuando regresaron de almorzar Mario se fue directamente a su despacho. Debía actualizar sus archivos y planificar la estrategia a seguir a partir de ese momento. Sin lugar a dudas la primera parte del plan había salido a la perfección.

”Nunca pensó que Betty pudiese cambiar tanto. ¡Está buenísima! Tigre definitivamente usted es una persona con suerte. Porque ahora no me supone ningún sacrificio conquistarla. Todo lo contrario, estoy deseando... “hincarle el diente”: Ja ja ja ja. Claro que me merezco una recompensa porque mi esfuerzo y mi dinero me ha costado. ¡Porque Modestico no se ha cohibido para nada a la hora de hacer la factura! ¡Creo que hubiese salido más barato hacerle una cirugía estética!” -Suspirando- ”Pero todo sea por la “causa”.
Je je je je.”

Abre la carpeta con el nombre de ALFABETO y comienza a actualizar los archivos que hacía varios días que no tocaba. Comienza por el diario de operaciones. Escribe:

27 de Octubre: La operación de “mejoras estéticas” se da por finalizada con un éxito total. El objetivo se ha convertido en una preciada pieza de caza. El jefe de la OA está sumamente satisfecho con el trabajo realizado. El problema ahora son los “moscones” que hay que espantar para dejar libre el campo de operaciones.
A continuación abrió el archivo de GASTOS DE OPERACIONES e incluyó la cuantiosa factura del estilista. ”Modestico, te has pasado tres pueblos... Claro, como sabes que yo no voy a protestar. Eres un abusador... Menos mal que cuando todo termine Ecomoda se hará cargo de estos gastos... Pero de momento, es mejor que la operación se mantenga en secreto como hasta ahora. ¡No sea que Armando me dañe el plancito! ¡Y ahora está como muy apetecible!”

Y relamiéndose de gusto, pasó a abrir el tercer archivo, el llamado
ESTRATEGIAS FUTURAS. Leyó lo que tenía escrito:
- Continuar con las mejoras estéticas. El próximo objetivo será pasar por un salón de belleza cualificado.

- Continuar el plan de seducción sutil a partir de las mejoras estéticas. Nota: es preciso emplearse más a fondo en esta estrategia y definir las líneas de acción que puedan tener las mayores garantías de éxito.

- Observaciones: Las mejoras estéticas tienen como finalidad facilitar el “penoso” trabajo al jefe y ejecutor de la OA y al mismo tiempo dar credibilidad a la estrategia de seducción a los ojos del objetivo.

Trazó una raya para separar el nuevo texto, puso la fecha del día y escribió:

- Se da por finalizada la fase de “mejoras estéticas” y procedemos a emplearnos a fondo en el plan de seducción. Sutilezas fuera... Se pasa al ataque directo y despiadado.”

Sonrió al releer lo escrito, guardo los cambios realizados, cerró los archivos y se dispuso a iniciar el ataque.

B.: ¿Aló?

Ma.: ¿Betty? ¿Puede venir un momentico a mi despacho? Quisiera hablar con usted de algo.

B.: Enseguida, Don Mario.

Ma.: Betty, vea... mejor no le dice a Armando a dónde va... es que... le quiero consultar algo de... “lo que usted sabe”.

B.: -Bajando la voz- No se preocupe doctor que yo no le digo nada. Ahorita mismo voy.

Aprovechando que Don Armando ha bajado un momento a producción, Betty atraviesa la sala de juntas para dirigirse al despacho de Mario. Así evita que las del cuartel la vean entrar en el despacho del vicepresidente comercial e inicien su consabido chismorreo. Toca la puerta de su despacho y sin esperar respuesta abre la puerta.

B.: Ya estoy acá, Don Mario. Dígame, ¿para qué soy buena?

Ma.: -Poniendo la cara más seductora de su repertorio- ¿Cómo le va, Betty? Está muy hermosa con ese conjunto. Le sienta de maravilla.

Mientras dice esas palabras, que tiene que reconocer que son sinceras, la ha repasado de arriba abajo con deseo. Betty que aún no está acostumbrada a que los hombres la miren de ese modo, se ruboriza y le contesta tímida.

B.: Doctor, no me diga esas cosas... es que me... incomoda... Yo... no estoy acostumbrada...

Ma.: -Sin dejar el tono seductor- Pues ya va siendo hora de que se acostumbre, Betty porque usted lo que despierta en los hombres es... admiración... Está... preciosa. ¿Sabe?

Y al decir esto se acerca a ella despacio y le acaricia el rostro con su mano. Betty está taquicárdica. Su rostro expresa una mezcla de satisfacción y azoro que tienen a Mario encandilado. Está a punto de darle un beso, cuando se abre de nuevo la puerta que comunica con la sala de juntas.

A.: Oiga, Calderón, ¿usted ha visto los últimos informes de...?

Armando se queda como de hielo al contemplar esa escena. Betty y Mario están de pie, frente a frente y demasiado cerca para su gusto. Él tiene sus manos en la cara de ella y la está mirando lascivamente. Ella por su parte está roja como la grana y con cara de azoro. Al darse cuenta de su presencia, Betty se separa bruscamente y balbucea temblorosa.

B.: Con permiso, doctores.

Y sale como alma que lleva el diablo por la puerta aún abierta de la sala de
juntas en dirección a su “hueco”.

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now