Capítulo 11: Caída libre.

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Abrí la taquilla que me habían asignado y saqué un conjunto cómodo para trabajar: unos leggins negros muy ajustados y una vieja blusa sin mangas que se adería a mi abdomen. Eso sumado a mis típicas deportivas.

Cepillé mi cabello y lo sujeté en una coleta algo desprolija. Solté algunos mechones y cuando la sentí bien cómoda salí con paso decidido hasta la oficina de mi dichoso jefe.

Atravesé muchos corredores, pasé por mucha gente trabajando, subí dos plantas y por fin me encontré delante del escritorio de Kath.

Jayden estaba allí, pero Judy ya no. Supuse que Stacy había pasado a recogerla de camino a casa de su antigua nana.

-Chloe, Raynold está demorado. Al parecer tuvo problemas personales y no llegará hasta dentro de un rato.- anunció la chica de pelo azul.

Ya no estaba sonriente si no que algo fastidiada. Jayden me echó un vistazo y luego se acercó más a ella. Le susurró algo al oído que la hizo poner los ojos en blanco y alejarse instantáneamente.

-Eres un cochino acosador. No te me acerques, sé golpear.- espetó Kath y me miró suplicante.

Reí y me acerqué a ellos dos. Me senté sobre el elaborado escritorio y miré mal a Jayden que solo se encogió de hombros.

-¿Cómo lo soportas?- preguntó ella.

Me encogí de hombros y fijé mi mirada en el suelo. Nadie hablaba, solo se escuchaban nuestras respiraciones. Levanté la vista y me percaté de que ambos esperaban una respuesta por mi parte, así que sonreí para enmendar mi error.

-Entre tú y yo... le estoy planeando una muerte dolorosa.- pronuncié con el mejor tono macabro que logré. Pero al final terminé con una mueca que nos hizo reírnos a todos.

-Yo me apunto.

-¡Estoy aquí! ¡Puedo oírlas!- dijo Jayden falsamente ofendido.

Volvimos a reír al unísono hasta que llegó el silencio incómodo. Tenía las piernas demasiado agarrotadas y ya sentía un cosquilleo en la punta de los dedos del pie.

-¿Quieres ir a tomar algo luego, Kath?- preguntó Jay dedicándole un sonrisa coqueta. Me mordí el labio inferior y puse los ojos en blanco.

-¿Solos?- me miró a mí y me encogí de hombros otra vez.- Primero me vuelvo una rubia oxigenada llena de plástico.- le guiñó un ojo.- Además, tengo novio.

Ambos abrimos mucho la boca y nos quedamos pasamdos, mirándola. Para ser sincera pensaba que Kath era una de las mías, esas que no buscan una relación hasta tener las cosas claras en la vida, pero al parecer no era así. O, tal vez, ella sí tenías las cosas claras. O, su pareja y ella no iban lo suficientemente serio.

Tampoco puedo decir que nunca tuve un novio, eso sería mentir olímpicamente.

-¿T-tienes novio?- balbuceó él.

Kath asintió con la cabeza y se quedó pensativa por unos instantes.

-¿Acaso tú no tenías novia también? Sky... Sarah... Algo así.

-Samantha.- corregí mirando realmente mal a Jayden.- Y creí que empezarías a respetarla.

-Por eso terminaré con ella. O por lo menos eso haría si Kath aceptaba.

Gruñí pero sonreí a la vez. No te molesta, Chloe. Déjate de niñadas. ¡Pon tu mente en blanco! No pienses en nada. Gritaba mi subconsciente.

-Podríamos hacer una triple cita. Es decir, Alex, yo, tú, Sam y tú, Chloe, con alguien al que quieras invitar.- señaló Kath. No era para nada mala idea.

She's a Fighter ©Where stories live. Discover now