Mario se lo quedó mirando algo más que alucinado. ¿Pero qué le estaba pasando hoy a ese hombre? ¡Un momento! ¿No estaría pensando... ¿No, verdad? ¿O sí?

M.: Oiga, Armando, ¿usted no creerá que...

A.: -Acabando la frase por él- ... Que le mintió a las del cuartel.

"Definitivamente ese hombre no estaba hoy en su sano juicio", pensó Mario. Vamos, creer que aquella mujer había mentido a sus mejores amigas, y no a su jefe gritón que la trataba como si fuera su robot particular.

M. ¿Ah, sí? ¿Y que le hace pensar eso? -saltó irónico.

A.: La psicología femenina -sentenció como si fuera un entendido en el tema.

M. -Poniendo cara de circunstancias- A ver, Doctor Freud explíqueme
detalladamente su teoría, porque yo no comprendo nada.

A.: ¡No sea payaso, hombre! ¡Que esto es muy serio!

M.: Yo sé que es muy serio, pero que yo sepa usted estudió ingeniería industrial y no, psicología ¿y ahora quiere dárselas de psicólogo experto en la mente femenina?

A.: ¡Que experto ni experto! ¡Pero es que usted no entiende!. M.: ¡Pues no! ¿Por qué no intenta explicármelo más despacio?.

A.: ¡Qué paciencia hay que tener con usted!. Vea, Berta me contó que el día que Mariana le leyó las cartas a Betty, le dijo que allí se veía que estaba enamorada de un hombre. Y que ese hombre le iba a cambiar la vida.

M.: Y está claro. Ese hombre es Nicolás Mora. -Acabó Mario por él.

A.: ¿Me quiere dejar terminar?. -preguntó con retintín mientras la
exasperación que recién sentía hacia su amigo crecía en su interior. Suspiró
profundamente, se armó de paciencia y luego continuó-.Calderón, ahí está el error, no se trata de Nicolás Mora.

M.: Cada vez lo entiendo menos, Mendoza.

A.: Vea, cuando ella se vio descubierta, para que las muchachas no le hicieran más preguntas les dijo que estaba enamorada del tal Nicolás. Ella misma me contó que les había dicho a las del cuartel que Nicolás era su novio, para que no la molestaran más con ese tema. Y ahora viene la clave de todo. ¿Por qué ella no quería que le hicieran más preguntas sobre su supuesto "amor oculto"?

M.: -Encogiéndose de hombros y pensando cada vez más que ese hombre había tomado algo que no le sentó bien- ¡Ni idea, hermano! ¡Dígamelo usted que parece saberlo todo!

A.: Pues porque debe ser alguien que las muchachas conocen. Al darles un nombre, el de Nicolás Mora, ha evitado que las muchachas le pregunten o investiguen sobre quién es ese tipo del que ella está enamorada. En definitiva, ha conseguido que la dejaran tranquila respecto a ese tema. ¡Es que "mi"
Betty es muy inteligente! Vea, Calderón, lo que ha hecho es ponerlas sobre una pista falsa. ¡Ha engañado a "los sabuesos" de Ecomoda!

M.: Elemental, mi querido Holmes. Pero hay un pequeño detalle que se le ha escapado.

A.: ¿A qué detalle se refiere?

M.: ¿Quién es ese hombre tan misterioso del que ella está enamorada y que las muchachas conocen? -Y poniéndose la mano en la cabeza como si estuviera reflexionando al más puro estilo Holmes continuó- ¡Cómo no sea usted!

A.: ¡Pero qué dice, hombre! ¿Usted cuántos güisquis se tomó?

M.: -Respondiendo mecánicamente- Pues este es el tercero -Pero de repente se da cuenta que Armando ha querido insinuar que está borracho y protesta- Oiga que yo no estoy pasado de tragos. No hace falta ser "Hercule Poirot" para llegar a esa conclusión.

La novia de Mario CalderónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora