2

93 13 1
                                    

Las hojas de los árboles comenzaban a descender, a desprenderse de sus ramas, dando  a conocer nuevamente la temporada de otoño, una estación donde todos sus abrigos volvían a ocupar su armario

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las hojas de los árboles comenzaban a descender, a desprenderse de sus ramas, dando a conocer nuevamente la temporada de otoño, una estación donde todos sus abrigos volvían a ocupar su armario.

Su nariz se encontraba helada por las bajas temperaturas de la ciudad, comprendía que necesitaba comprarse una bufanda.

—La tienda de telas tiene que estar por acá. —Acotó el joven de ojos azules, quien iba a la par de Gekkō. — ¿Tienes acompañante para la boda?

La joven negó mientras caminaba a paso lento, siempre fue regañada por aquello, por primera vez alguien se le igualó en velocidad, y se sintió agradecida por tal pequeña pero gran acción.

—¿Vamos juntos? —La había tomado por sorpresa, y se logró notar por su gran sonrojo que podía excusarse diciendo que era a causa del helado día. — Ese sonrojo aceptó por ti.

Quería asistir con él, y le agradecía al cielo que Satoru preguntara primero, se la había pasado noches y días enteros pensando en cómo invitarlo y hasta el momento lo único que se le había ocurrido era gritarle la petición. Era pésima en el tema.

—No tenía idea de que tu prima estaba en una relación. —

—Yo sospechaba, una vez escuché la voz de un hombre a las cuatro de la mañana.

Ambos rieron un poco y a los pocos segundos se toparon con la tan aclamada tienda de telas, cual la prima de Gekkō les había encargado que retiraran las telas que había encargado semana atrás.

—¿Quieres ir a almorzar? No conozco mucho la zona, pero seguramente hay algún buen restaurante.

El apetito de Gekkō no se encontraba muy presente, pero si almorzar con él significaba conocerlo, estaba decidida a aceptar.

También tenía que comer, aunque no tuviera hambre sabía que lo tenía que hacer, no quería pasar por una fuerte migraña nuevamente.

Y ahí se encontraban, frente a frente, sentados con una mesa en el medio y dos platos de pastas. Gekkō quería halagar los lentes del contrario, en verdad los encontraba bastantes bonitos pero la timidez le seguía ganando.

—No puedo leer pensamientos, pero algo está ocurriendo en tu mente, ¿No es así? —Él sonrió luego de hablar y dirigió sus cristalinos ojos celestes hacia los de ella, quien asintió lentamente. — Puedes decirlo, no muerdo.

—¿Usarás corbata en la boda de mi prima? —Preguntó mientras que con su mano derecha jugaba inconscientemente con sus palillos. —

—Si, ¿Tu usadas un vestido corto o largo?

—Medio largo, ¿Por qué?

—¿Por qué preguntas por mi corbata?

—Oh... me gustaría... com...

𝐀𝐥𝐦𝐞𝐧𝐝𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐟𝐥𝐨𝐫. 「𝐆𝐨𝐣𝐨 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮」Where stories live. Discover now