—Que bueno que lo sabes.

—Idio...

—Si terminas la palabra tendremos un problema, y no quieres problemas conmigo.

—No quiero nada contigo.

—¿Así que nada?

Le hago cosquillas lo que provoca que se mueva hasta quedar sobre el escritorio, me levanto y continúo sin soltarla, ella se gira y atrapa mis caderas con sus piernas.

—Señorita Dolan, intento trabajar.

Sonríe, mete la mano en mis bolsillos y toma las llaves del tatuara, me las muestra y no digo nada.

—A cambio te daré esto—musita media tímida.

Me inclino hacia ella quedando sobre su cuerpo y cerca de sus labios.

—Me gusta ese tono que llevas—confieso viendo su comisura mientras ella toma mi mano izquierda—¿Qué tal tu día en el trabajo?

Se encoge de hombros sin verme a los ojos, esa sonrisa aun sigue en su rostro y no sé de que va pero me conmueve ver como desde anoche regresa de a poco.

—Si lo pierdes me pierdes a mi—dice colocándolo en mi dedo, mis ojos siguen en los suyos aunque esos no me ven, no tengo necesidad de voltear a ver para saber lo que ha dejado puesto en mi dedo, me lamo los labios y sonrío recordando porque es mi diosa.

—No lo perderé—le doy un beso en la frente—Como tú jamás te alejaras de mi.

—Eso es mucho tiempo.

—Me dejas ver el tuyo—pido y sonríe dándole una mirada a su mano, me lo muestra, le doy un vistazo y regreso mi enfoque a sus ojos—Sabes que eres hermosa.

—El señor Lennox hoy actúa muy extraño, hasta diría que romántico.

Bufeo soltando sus piernas de mi, me paro firme y cierro el computador.

—¿A dónde quieres ir?—pregunto saliendo de la oficina.

—¿A qué te refieres?—inquiere viéndome sostener la puerta—Pensé que tenías mucho trabajo que hacer.

—Ya no, me han dicho que trabajo mucho.

—También deberían decirte que tomas muchos descansos.

—Ventajas de ser el jefe.

Camina hacia mi y noto quién entra como si nada, se saludan y me ven.

—¿Lisa?

—Debemos hablar.—su rostro se muestra tenso.

—Nos vemos luego—habla Vanessa y sale.

Cierro la puerta detrás de ella, meto las manos en mis bolsillos y me acerco, Lisa es alguien a quien de todos modos debía ver así que qué más da.

—¿Qué sucede?

—¿A dónde ibas?

—Por algo de aire.

—Pitt—vuelve ese tono—No sé si lo ves pero no es momento para distracciones, yo me estoy esforzando, trabajo mucho y tú últimamente solo piensas en dar paseos.

—No es así, no confundas las cosas.

—¿Y cómo es? Aún recuerdo cuando decías que Vanessa no era más que un pasatiempo.

—No digas eso.

—Pitt —la escucho hablarme parada en la puerta, Lisa se gira notando lo que ha hecho y ella me ve confundida.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now