Renacimiento del Ser Celestial Supremo [III]

Capítulo 486: La batalla caótica

Paraguas Yin estaba furioso y sus ataques se volvieron más y más feroces. De un solo golpe, cortó las cabezas de dos esqueletos.

El Rey Cadáver emitió un rugido furioso, que no sonaba como la voz de un humano, sino más bien como la de un perro.

Yan Zhonghua tocó la flauta. Su objetivo no era sólo matar a los cadáveres, sino también llevar a todos los cadáveres a su lado. Todos los cadáveres de Ciudad Qing parecían estar guiados por algo, y vinieron corriendo hacia la residencia Lin. El vecindario, que había sido un caos desde la batalla, de repente se volvió tranquilo después de que los cadáveres pasaran corriendo.

You Ming sacó un espejo y lanzó hechizos en ocho direcciones. Después de recibir la respuesta de todas las direcciones, You Ming lo miró fijamente, y en el espejo apareció una matriz. You Ming maldijo, sacó un Talismán de Transmisión de Voz con ambas manos, y dijo: "Ese maldito Tercer Anciano está haciendo una Matriz de Ocho Direcciones de Cadáveres Yin; está casi terminada."

El estimado Lan Yue respondió desde el otro lado: "Ya lo he encontrado. Yo me encargaré de lo que hay dentro de la ciudad, y tú limpia lo que hay fuera de la ciudad. No debemos dejar que entren en la ciudad."

El llamado Conjunto de Ocho Direcciones de los Cadáveres Yin utilizaba los cadáveres Yin como piedras del conjunto y establecía formaciones en las ocho direcciones. Una vez que la matriz estaba completamente formada, todas las personas cuyos huesos estaban enterrados en la ciudad resucitarían en la noche de luna llena y obedecerían las órdenes del creador de la matriz, convirtiendo así toda la ciudad en un infierno en la tierra.

You Ming nunca pensó que podría presenciar y experimentar personalmente la Matriz de Ocho Direcciones de los Cadáveres Yin, que ya había sido catalogada como una técnica prohibida, en un mundo tan pequeño como el de los Cinco Continentes. Además, no estaba lejos de ser completado.

Maldita sea, aunque alguien me dijera que no hay nadie manipulando al Tercer Anciano desde detrás, no me lo creería ni de broma.

Mirando los grotescos cadáveres que salían del suelo uno a uno, los ojos de You Ming se oscurecieron más y más. Hizo una mueca mientras estaba de pie en la alta plataforma de la puerta de la ciudad y miraba a los cadáveres Yin resucitados que caminaban como muertos vivientes en la distancia. Se relamió sus hermosos labios. "Hace mucho tiempo que no mato de manera desenfrenada; ¡esta es una buena oportunidad para rememorar el pasado!"

Los ataques de You Ming eran inimaginablemente crueles.

Su hoja curva era como una belleza que bailaba en el aire, girando en un ángulo extraño con cada golpe. Antes de que esos cadáveres llegaran a la puerta, ya habían sido cortados en nueve trozos iguales. You Ming pensó que esto era demasiado lento, así que guardó la espada curva e inmediatamente golpeó con la palma de la mano en una situación tan peligrosa. Cientos de cadáveres frente a él fueron golpeados contra el suelo y aplastados en pasta de carne y trozos de huesos. Se veía extremadamente miserable. You Ming sonrió con suficiencia dos veces. Entonces se preparó para correr hacia otros lugares para detener a los intrusos, sólo para ver que Hai Kuanglang, Zhan Fengting y los demás ya estaban en su lugar.

You Ming levantó las cejas sorprendido. Vio que Hai Kuanglang liberaba un largo y delgado dragón de hielo. El dragón de hielo se elevó y se convirtió en un dragón de tres metros de ancho y veinte o treinta de largo en un abrir y cerrar de ojos. Rugió y atacó a los cadáveres que tenía delante, congelándolos a todos en estatuas de hielo. Tras unos crujidos, los cadáveres se hicieron añicos y tintinearon al caer por el suelo.

"Saludos al Tío Marcial", habló Hai Kuanglang.

You Ming preguntó: "¿Cómo han llegado hasta aquí?"