Ella le sonrió con desprecio mal disimulado, mientras cogía su bebida para volver a darle un sorbo ignorando por completo su orden. Y eso a Alonso lo estaba sacando de quicio, sobre todo porque no era capaz de quitarle los ojos de encima a ese cuerpo perfecto bañado por el sol.

- ¿Y qué vas a hacer? ¿Me vas a obligar?

Y después de unos segundos sopesando la situación, sonriéndole él también con arrogancia le contestó mientras sacaba un teléfono satélite de su bolsillo exterior del pantalón, y desplegaba la antena.

-En absoluto. No tienes ni idea de lo feliz que me hace poder realizar esta llamada. Estaba deseando que me dieras un motivo para tener que hablar con tu padre.

- ¡Espera!-exclamó ella.

No pudo evitar mirarlo con odio. La tenía en sus manos y él lo sabía. ¡Dios!, como le gustaría poder borrar de su cara esa insolente sonrisa. Despreciaba a ese imbécil más de lo que se podía imaginar.

Así que se levantó de la tumbona y se acercó a él, pensando en cómo podía cambiar esa situación y ponerla a su favor. Y percibió con regocijo, como Alonso observaba su cuerpo con deseo clavándole su mirada intensamente. Y decidió en ese momento que quizás era mejor tratar ese asunto desde otra perspectiva.

-Discúlpame si he interpretado mal la situación. -Le susurró mientras desplegaba todas sus armas de seducción. -Creía que no querías tenerme cerca y pensé que esta era la mejor solución. Tú por un lado y yo por otro.

Y a la vez que le hablaba levantó los brazos para recogerse el pelo en una coleta, y se dio cuenta con satisfacción como el hombre no podía apartar los ojos de sus pechos. Y después acarició con suavidad su camisa mientras desplegaba una radiante sonrisa dirigida solo a él, y se acercaba rozando con los senos su torso.

-Pero quizás me he equivocado. -ronroneó a la vez que se mordía un dedo de forma sugerente. -Porque no hacemos una cosa. Yo me acabo con tranquilidad mi coctel mientras sigo tomando un poco más el sol, y después de comer hablamos tranquilamente sobre cuáles serán a partir de ahora mis obligaciones. ¿Te parece bien?

Él apartó con dificultad la mirada de su escote para dirigirla hacia su cara, y se lamió los labios mientras se acercaba un poco más a ella. Y esbozó una leve sonrisa astuta a la vez que le murmuró con la voz ronca, mientras ella reculaba al notar la expresión depredadora en su rostro. De pronto a Noa la situación ya no le pareció tan buena idea.

-Creo querida que tienes razón...-le dijo a la vez que ella seguía retrocediendo. -quizás hemos empezado con mal pie tu y yo.

Y para su sorpresa él la agarró por la cintura para acercarla más a su cuerpo. Y ella notó como un cosquilleo recorría su cuerpo desde el estómago hasta el corazón, consiguiendo que éste empezase a latir más fuerte de lo normal.

-Eso mismo estaba pensando yo. -balbuceó nerviosa.

-Será mejor que hablemos más tarde, con más calma. -Y acercó su boca a su oído para susurrarle. - Los dos. A solas.

Y en ese momento Noa paró al notar con sus pies descalzos el borde de la piscina, a la vez que un escalofrío de deseo recorrió su columna vertical, instante que Alonso aprovechó para darle un leve empujón con los dedos, que hizo que ella perdiera pie y cayera de espaldas.

-Justo después de que salgas del agua y te seques. -puntualizó, mientras se aguantaba las ganas de reír, y ella sacaba la cabeza furiosa y tosía el líquido que había tragado por la sorpresa.

- ¡Arg, no sabes cómo te aborrezco!-le espetó rabiosa a la vez que se quitaba impaciente el pelo mojado delante de los ojos.

-Eso no era lo que hasta hace un segundo me estabas insinuando.

Safari, a la caza de tu amor. Publicada por Zafiro (Grp Planeta)Where stories live. Discover now