El inicio de una historia que debía de ser contada

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1. El inicio de una historia que debía de ser contada

-Hoy soñé algo.

La hermana cerró el libro, esperando a que comenzara a hablar, se notaba que aquélla novela le aburría por lo rápido que hizo la acción.

-Estoy acostado en la arena, no arena del mar, es mas bien un desierto, gris, no se ven montañas a lo lejos, no se ve nada a lo lejos. Me cubre un cielo sin nubes ni sol, sin lunas ni estrellas, alumbrado por una luz que viene de ningún lugar. No hago nada, no tengo nada que hacer, ningún pensamiento ni sentimento me ronda por la cabeza mas que el de esperar... Espero algo y no se que, exactamente.

-Nada más?

-Pues, si.

-¿No tienes ninguna pista de que es aquello que esperas?

-Bueno... La muerte, quizá?

- La muerte-  repitió su hermana- Es gracioso que sueñes ese tipo de cosas.

Apenas era de mañana, aunque no se podía notar mucho gracias a 1.- la cueva en donde se encontraban y 2.- por los árboles y los arbustos que la ocultaban, pero sabemos que eran poco menos de las diez seguramente.

- la muerte... probablemente tengas razón- se calló, luego se dio cuenta de que la hermana esperaba a que siguiera con su historia.

- Bueno. Intentando desaparecer el dolor, aparto la mirada y camino hacía un bosque que esta a unos pocos metros de donde estaba parado, y que por cierto, se parece mucho a este donde estamos ahora. Bueno, sin darme cuenta, ya había atravesado todo, estaba ya saliendo del lugar, ahora en vez del barranco, hay un río, en este se reflejan luces rojizas y se escucha caos, el caos más puro que pueda haber... - el chico junta las cejas intentando mostrar cara de susto, pero le queda algo parecido al asco- levanto la mirada y hay un pueblo, y muere, se incendia. El extraño sentimiento que sentía al principio, regresa. Se ve como el pueblo intenta defenderse, lanzan un golpe pero el fuego lanza muchos mas, ya todos saben en que va a terminar esto. Durante un rato olvido el dolor y la destrucción me hipnotiza, me sorprende la belleza de aquello, se que sonará extraño pero, era bello, la belleza de la destrucción, el fuego con sus colores tan vivos, con tanta vida y a la vez, con tanta muerte, el fuego bailando, y el pueblo que un día bailó, y no lo volverá a hacer nunca mas, finalmente aquello se convierte en una canción épica, el humo intentando huir, las cosas al quemarse, cuando el blanco se convierte en negro, cuando la vida se convierte en destrucción, caos, caos, caos, caos y mas caos, y belleza...

El dolor llega al limite, no me deja seguir de pie así que me dejo caer, la cabeza me va a explotar, no logro diferenciar entre el sudor y las lagrimas que empapan mi cara, cierro mis ojos y el dolor desaparece, mis cinco sentidos desaparecen completamente y siento que mi conciencia se aleja del mundo, tan solo quedo yo y mis pensamientos, despierto.

Taene, así se llamaba el chico, se quedó callado, pensando en aquello... miró rápido a su hermana y se dio cuenta de que tenía cara de preocupación, en que estaría pensando? siempre había querido leer los pensamientos como en la historia que le contó una vez ella, en la cual un hombre no confiaba en su esposa, así que deseó a un río que supuestamente cumplía los deseos de la gente, que pudiera leerle los pensamientos a su mujer, la historia terminaba en que la esposa abandonaba al hombre,  Yo hubiera usado el poder de mejor manera, pensó Taene.

Cualquier persona, si tuviera que describir al chico, diría que era, extraño, sería difícil no ponerle atención si lo vieras pasar por la calle. Era lo que se podría decir guapo, tenía ojos grises y una mirada extraña,  como que quería sacarte todos tus secretos con la mirada. Su cabello era obscuro, negro como una noche sin estrellas, lacio y largo. Era fuerte, probablemente apenas había entrado a la adolesencia, y si era así, entonces era bastante alto, lo más interesante en el era su quijada, poderosa, más grande que la de la mayoría de la gente en ese mundo, pues recordemos que este mundo es diferente, por lo que tiene cosas diferentes como por ejemplo, la gente de aquí, tiene los ojos mas grandes, casi dos veces mas grandes que los ojos promedio de la gente de nuestro mundo, y las quijadas son mas pequeñas, aunque no hacen que se vean mal, si, se ven extraños para lo que nosotros estamos acostumbrados, pero como en nuestro mundo, hay feos y guapos, algunos se ven bien y otros mal, es una belleza parecida a la de nuestra gente, pero algo diferente. La quijada de Taene era tan grande como la de un hombre de nuestro mundo, de esas que tienen los hombres que han llegado al poder como Alejandro Magno, Napoleón, muchos políticos y otras personas con poder, no estoy seguro de porque, pero ese tipo de quijadas reflejan superioridad.

La segunda familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora