— ¿Me vas a follar a no?

— Ya llegamos.

Dijo Luka pegado a la puerta, observando en otra dirección, dándonos privacidad.

— No te has salvado de esta Petrova.

Saliendo del auto con la ayuda del chofer, recibiendo el paraguas, caminando hacia el club.

— El doctor aún no te da el alta, y dijo que nada de sexo ¿Cómo no lo entiendes?

Siguiéndome, poniéndose bajo el paraguas.

— Bueno, dime tú ¿A quién le va a doler? ¿A ti o a mí?

— No — besando mis labios de forma corta— Y es mi última palabra.

— Diablos... ustedes dos son todo un caso.

Negó Luka, pasando de nosotros, directo a la recepción, dónde nos inscribiríamos.

— Buenas tardes señor — saludó el chico— ¿Cómo los inscribo?

— Como trío.

Declaró sin más.

Si íbamos acompañados, no nos hostigarían con invitaciones sexuales.

— Sus nombres por favor.

— Alexei Petrova, Yura Petrova, Luka Volkov.

Señalando a cada uno.

Se nos entregó una pulsera naranja a cada uno, la pegamos en nuestra mano y fuimos dirigidos a la siguiente sala, siendo separados por género, ahí, tuve que quitarme el abrigo y los zapatos, con ayuda de la chica, siendo revisada por todas partes, una vez limpia, mis cosas quedaron en esa gran sala, se me entregó una llave con el número del candado y salí, siendo recibida por los chicos.

— ¿Vamos?

Alexei me ofreció su brazo, caminando hacia las escaleras, omitiendo el directo coqueteo de las parejas en la primera planta, aquí es dónde se conocían, se tentaban, hacían sus acuerdos, y luego se dirigían a la siguiente sala, un enorme pasillo con diferentes puertas, cada una cumplía con las fantasías y expectativas de diferentes tipos de personas.

Que divertido...

Debíamos ir a un sitio así en casa.

— Aquí es.

Dijo Luka, parando frente a una gruesa puerta de cristal negro.

De forma instintiva, temblé, es igual a las puertas que ocupaban en La Academia.

— ¿Estás bien?

Susurró en mi oído.

— Sí jefe, todo bien.

Antes de tener oportunidad de preguntarme otra vez, empujé la gruesa puerta, encontrándome con un hombre más o menos de la edad de Alexei, cabello oscuro, ojos grises, tes clara, rasgos duros, lleno de tatuajes.

La verdad, sí era bastante sexy.

— ¿Tú?

Se acercó el hombre hasta Alexei, saludándolo como si lo conociera de toda la vida.

— Hombre... hace años que no te veía.

Respondió este, saludándolo con la misma efusividad.

— Ok... ok... ¿Me explican qué está pasando?

Confundida.

— Él es Jeff Parker, fuimos reclutados al mismo tiempo, coincidimos en varios trabajos, y nos convertimos en oficiales el mismo año, este bastardo era tan temido como yo.

Despiadado.Where stories live. Discover now