Viviendo Con Los Sigma.

25. Fuego.

[N/A: EN MULTIMEDIA LES DEJO UNA CANCIÓN PA QUE ESCUCHEN MIENTRAS LEEN CUANDO LE DIGA ;3]

Ty recostó a Ash en el mueble y yo salí corriendo al baño por el botiquín para tratar las heridas de mi hermana.

Desde el baño escuchaba las voces de los chicos en la sala y como se horrorizaban al ver lo terriblemente herida que se encontraba Ashley.

Regresé a la sala con el botiquín y todos los chicos me dieron mi espacio para poder curar a Ash. Me senté en el suelo frente a ella y le puse la botella de alcohol bajo la nariz para que despertara.

—¡Nooo!— Exclamó ella cuando despertó al tiempo que se sentaba bruscamente. Tardó unos segundos en darse cuenta donde estaba y su rostro se llenó de confusión —¿Qué sucedió?, ¿Cómo llegué aquí?, ¿Y Saidy?, ¿Qué pasó con la pelea?— Todas estas preguntas las formuló en un solo instante y se estaba comenzando a alterar, así que la tomé del brazo y esta me miró con ojos histéricos.

—Cálmate nena, todo está bien— La recosté nuevamente con delicadeza y esta se relajó en la suave superficie del sillón ya que su cuerpo estaba adolorido por todos los golpes y heridas de la pelea —Al final ella iba a apuñalarte y yo la embestí para quitarla de encima tuyo, luego llegó su hermano y se la llevó a sabrá el putas donde; tranquila, nadie más salió herido (aparte de ti, obviamente).

Ella sonrió por mi último comentario y cerró sus ojos para que yo procediera a curar sus heridas.

La verdad si estaba muy lastimada, en especial en las costillas debido a las patadas que Saidy le proporcionó en esa zona; la verdad es un milagro que no tenga nada roto.

Una vez terminé de tratar todas las zonas de su cuerpo que estaban afectadas la llevé a su residencia y volví a casa para darme una ducha.

Joder, el tiempo sí que vuela. Ya está anocheciendo así que debo ponerme a estudiar para los exámenes de mañana.

Ya estando en mi cuarto me desnudé y puse música en mis altavoces; One Last Time - LP empezó a retumbar en las paredes de mi cuarto y mientras cantaba me dirigí hacia el baño.

Definitivamente esa mujer tiene la voz más angelical que haya oído jamás.

Me di un baño relajante con agua tibia y lavé mi cabello, lo cual mi cuerpo me agradeció porque estaba muy tensa debido a lo sucedido hoy y mi cabeza ya se sentía pesada.

Salí del baño y caí en cuenta de que toda mi ropa interior se encontraba abajo en la lavandería, por lo tanto tendría que bajar a por un conjunto. Demonios, precisamente ahora que todos los chicos están en la sala.

Dime querido Satis, ¿Por qué me persigue la desgracia?

Me ajusté bien la toalla al cuerpo para que hubiese chance de que se me cayera inoportunamente y bajé.

Al llegar abajo todos los chicos empezaron a molestarme con sus comentarios pendejos, yo solo me reí por las idioteces que decían y les mostré mi precioso dedo de en medio.

Agarre un conjunto blanco de encaje, me lo puse allí mismo (obviamente cerré la puerta de la lavandería) y salí nuevamente.

—¿Qué están viendo chicos?— Me detuve a mitad de sala porque me causo curiosidad la escena que estaban viendo los chicos en el Tv. Todos se quejaron porque me quedé plantada justo delante de ellos y por lo tanto no los dejaba ver. Bufé —Amarguetes, no se quejen después cuando no les preste atención.

—Sí, sí, ya, a la chingada— Dijo Keegan restándole importancia con la mano, acto al cual yo reaccioné con una falsa expresión de indignación y dolor —Mejor ve a molestar a tu noviecito que lleva como dos horas en su cuarto y nada que baja.