Yamaguchi y Tsukishima eran los únicos en el salón, todos se habían retirado y el dúo se había quedado para terminar un trabajo. Tadashi aún le faltaba terminar, podía terminarlo en casa pero no quería eso, sólo quería llegar y tirarse en su cama y no moverse hasta el lunes, pero primero debía terminar la tarea. Por eso, Kei miraba demasiado atento al pecoso para que no terminara en el piso porque Tadashi no estaba pendiente de donde pisaba, tenía el cuaderno a mano y resolviendo los ejercicios de matemática.
— Sabes que puedes terminarlo en casa, ¿verdad?
— Por supuesto que si lo sé, Tsukki. Pero no puedo hacerlo en la casa.
— ¿Por qué no? — pregunta el rubio mirando al pecoso con la ceja alzada.
— Porque quiero dormir y disfrutar mi fin de semana.
Kei prefirió ayudarlo porque no pensaba ayudarlo si se caía de las escaleras.
Cuando todos los ejercicios fueron terminados y revisados por el más alto, era momento de guardar el lápiz y cuaderno.
— Tsukki, ¿Puedes ponerlo? — pregunto el pecoso mientras trataba de pasarle sus materiales al más alto.
— ¿Estás seguro, Yams? Estamos en un lugar público, aunque no me molesta.
Tadashi no entendió al comienzo pero cuando sintió unas manos levantando un poco su camisa algo en su cabeza hizo click
— ¡Tsukki pervertido! — grito Yamaguchi cuando se volteó y le dio un golpe en la cabeza con el cuaderno.
Kei simplemente se rio por el gran sonrojo del contrario, molestarlo era tan divertido.
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Holi! Se supone que estoy en clases pero aquí me tienen.
No sean como yo y estudien, para sacar una carrera y poder pagar el Internet.
Bye bye.
