Onward/Unidos | Barley Lightfoot | Un chico antisocial

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Narrador Omnisciente:

Otro día, otra mañana, mientras Ian desayunaba sobre la desordenada mesa del comedor, Barley apenas iba saliendo de su habitación poniéndose su chaleco de mezclilla. Estaba apresurado. Claro que su modo de despertar llamo la atención de su hermano y su madre.

— ¿A dónde tan apurado? — pregunto su madre al verlo tomar una simple fruta del refrigerador y las llaves de su van

— A la tienda de cómics! — respondió, lo había detenido de abrir la puerta principal y salir

— Esa tienda cierra a las ocho de la noche, ¿Qué es tan importante? — pregunto esta vez Ian, miraba a su mayor con una ceja arqueada

— Algo de edición limitada, si me dejan, ¡Ya me voy! — escapó como pudo de ambos familiares, subió a su van y condució hasta la tienda, durante el camino ya se había terminado su fruta

Bajo de Ginebra 2, y entro, pudo divisar de inmediato a cierto chico, un Caladrius; este poseía sus alas, pero en vez de tener un pico o rostro de ave era como el rostro de un elfo, era evidente que su pico le era molesto así que mantenía una forma de elfo, lo único que no podía esconder eran sus alas.

El elfo quedó cautivado con el delicado rostro del otro, su piel blanca y con un rubor celeste era tierno. El alado no tardó en sentir su mirada volteo, rápidamente Barley desvió la mirada para no ser visto y la fijo en la estantería, el ave se sonrojo había visto al elfo varias veces y no podía evitar ponerse nervioso con este cerca. Hundió su rostro en uno de los libros de todos los tipos de habitantes que hay y sus características.

Ambos evitaban que el otro los notará y ni en cuenta de ello.



Otro día igual. Aún dejaba con la curiosidad a los habitantes de su casa, de camino a la tienda pudo ver al tierno Caladrius siendo molestado por un grupo (un elfo, un orco, un centauro, un demonio gema y un par de hadas) se estaciono dónde pudo. No podía dejar que lo lastimaran.

— ¿Qué se supone que eres? — pregunto burlona una de las hadas, el alado estaba asustado no quería causar problemas

— ¿Eres una especie de híbrido? — pregunto el elfo acercándose a su rostro, este negó con la cabeza, desde siempre estuvo la creencia de que los híbridos son monstruos indeseados

— N-no, N-no soy U-un h-híbri-híbrido. — tartamudeó nervioso, no era el mejor comunicándose

— ¿Eres un experimento? — pregunto el orco con cierto asco, como si el idiota no se hubiera vista a la cara al espejo nunca

— ¡Oigan! — escucharon una voz extra, al ver al elfo se hicieron para atrás un poco — ¿Acaso no les dijeron que no se molesta a los que se encuentran en peligro de extinción? — pregunto, el grupo se miro entre ellos confundidos

— ¿De qué hablas? — pregunto el otro hada

— Él. — señaló al alado — Es un Caladrius. — en automático se mostraron sorprendidos — En tiempo antiguos los reyes, caballeros y magos les rezaban para obtener sus lágrimas, las cuales sanan casi todas las enfermedades, además de ser mensajeros y estar echos de luz. — aquellas aves no eran muy conocidas, pero se sabía bien que su población estaba en peligro de extinción — Ahora, largo. — se fueron

El alado se oculto entre sus alas, con el sonrojo sonrojado y los ojos lagrimeando. Se sentía impotente, y no quería que su platónico lo viera así; sintió un sabe tacto posarse sobre una de sus alas, pidiendo permiso para que las retirará.

— ¿Estás bien? — pregunto movimiento delicadamente su mano, aves como los Caladrius eran frías y su tacto le daba calidez

— S-sí... — respondió, dejo que lo viera, sus alas volvieron a su postura normal

— Soy Barley. — se presentó aprovechando la oportunidad de que por fin tenía el valor de hablarle

— __-_________. — respondió sonriendo de lado ligeramente, por fin sus ojos hacían contacto visual después de solo verse a los lejos — G-gracias... — agradeció por haberlo defendido

— Tranquilo, lo que sea por ti. — lo soltó como si nada, quería dejar en claro algo, y eso era que lo quería, el contrario se sonrojo y sonrió apenado



— ¿Qué pasa? — pregunto al notarlo tan distante y nervioso, hace dos años que su relación había empezado y ambos ya con veintidos años estaban en un apartamento cerca de su universidad

— No lo sé, es solo que... Odio a la gente... — respondió algo inseguro, por más que lo intentará no podía encajar y no podía estar de acuerdo con nadie — Sus normas son estúpidas... — el elfo soltó un jadeo se asombro

— ¿Qué pasó para que te pusieras tan molesto? — pregunto tomándolo de las mejillas, si algo sabía bien era que siempre le resultó difícil adaptarse a las cuestiones sociales a su alrededor

— Ya sabes que todos nuestros conocidos saben sobre lo nuestro ¿No?... — a pesar de ya no tartamudear seguía sin hablar fuerte, siempre murmuraba, el azul asintió — Pues ayer... Mi madrastra soltó el comentario de que si llegamos a cas-casarnos... Y de-decidieramos tener h-hijos por el método mágico... que serían híbridos. — Lightfoot arqueó una ceja, no le veía el lado malo a eso

Nota: Después del desmadre de Ian y Barley la magia volvió a ser instaurada en todos lados, incluyendo la medicina, solo se necesita ADN de los padres para crear a su hijo mágicamente, esto sirve para las parejas Homosexuales, o Infértiles, o Que son de distintas especies. Para el último caso casi siempre salen híbridos, los cuales siguen sin ser aceptados en la comunidad.

— ¿Y qué con eso? No le veo el problema. — el azul ya tenía el plan de bodas que revelaría en su pronto tercer aniversario, y sabía bien que sus hijos podrían ser híbridos

— Pues... Me moleste... Lo dijo de una manera tan desagradable... Que... Le arroje el estúpido reloj de pared que le regaló a mi padre en su aniversario... — el ojiavellana apretó los labios conteniendo la risa, tenía una imagen mental de la escena

— Ok... Entonces te molesto eso, y ahora tienes en la cabeza el pensamiento de... — lo tomo de los hombros acortando más la distancia entre ambos

— ¿Y si la sociedad no los acepta como al resto? — pregunto preocupado volteando hacia la ventana — Serán unos antisociales cómo su padre... Barley, quiero que mis hijos sean felices con su alrededor... Que no cuestionen la moral de otros... Que no les incomoden las normas y leyes... Que se adapten bien a la sociedad social y jurídicamente... No como yo... — el elfo se sonrojo, su novio le había confirmado que cuando le pidiera matrimonio este diría que sí

— Oye, ________, mírame. — lo tomo del mentón para que lo viera a los ojos — Por eso no te preocupes, nuestros hijos Serna hermosos y felices, si bien hay personas que nunca las aceptarán también habrá personas que sí... Y ellos sabrán cómo encontralas. — le dió un beso en la frente el cual lo hizo sonreír — Si al mundo no le aparece entonces que se joda. — ambos rieron entre dientes

— Grosero. — le dió un suave golpe en el pecho

— ¿Qué tiene? — empezó a soltar carcajadas por ello, sin duda el verlo desde lejos en la tienda de cómics le había bastado para enamorarse del alado curandero





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One-shots | (Male Character × Male Reader) | Vol.1Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz