— Me siento como la mierda, pero al menos estoy viva. No puedo levantarme para nada más que para ir al baño, y es una molesta, porque debo pedir ayuda para eso.

— Esa enfermera de pacotilla... — observando por la ventana— de nuevo está echando la siesta, Alexei debería despedirla.

— Debería. Charlie hace todo el trabajo, las chicas ayudan con las curaciones, y son ellas las que siempre acuden a mis llamadas cuando necesito algo.

— ¿Por qué no le dices tú misma? Si le digo yo, me gritará por horas y horas.

— ¿Me das tu móvil? Por favor...

— Claro.

Han pasado tres días desde que se fue, hizo todo un escandalo cuando Luka comenzó a regañarlo por dejar sus obligaciones de lado, al final, pude convencerlo de que hiciera sus cosas tranquilo, después de todo no podía moverme, no iría a ninguna parte.

Luka marcó amablemente y puso el altavoz, dejando el móvil frente a la mesita que utilizaba para comer.

— ¿Y ahora qué demonios quieres? ¿Vas a seguir regañándome? Ya te dije que estoy trabajando.

Luka intentó no reír, cubriendo su boca.

— Jefe... soy yo.

Dije con las mismas ganas de reír que el chico frente a mí, pero si lo hacía, el dolor en mis costillas se intensificaba, no puedo reírme ahora.

— ¡Oh! Yura — cambiando el tono de voz rápidamente— ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo?

Tan atento como siempre.

— Estoy bien jefe, el dolor de siempre por supuesto, solo llamaba para hacer una reducción de personal.

— ¿Alguien te jodió? ¿Están hablando a tus espaldas? Despídelos a todos, todo el mundo, has lo que tú quieras.

Reí.

Ahora si me dolió, terminé abrazando mi costado, conteniendo las ganas de reír, y de toser, aguantarse me raspaba la garganta y la necesidad de toser eran increíblemente grandes.

— Oye, oye ¿Estás bien?

Preocupado.

— Sí... reír es doloroso — controlando mi respiración— Lo que quería decir, es que esa enfermera que contrataste duerme todo el día, no me ayuda para nada, es un gasto de dinero innecesario.

— Esa... — se contuvo— Bien, mira, si no te sirve, dile a Luka, seguro que está escuchando por ahí, que la despida y busque otra.

— No necesito otra enfermera, Charlie y las chicas lo hacen todo, no necesitamos a ningún extraño en casa.

— Tienes razón... no necesitamos extraños dentro, ya suficientes problemas hemos tenido, como siempre, las chicas toman las mejores decisiones en situaciones críticas, son de pensar con la mente fría, por eso ellas son...

— Jefe, estás un poco emocionado el día de hoy, por lo general, no eres tan comunicativo.

Se mofó Luka.

— Tú deberías estar haciendo mi trabajo ¿Qué haces holgazaneando?

— Vine a acompañar a tu mujer, se siente sola a estas horas.

Luka siempre está al pendiente, a pesar de todo el trabajo que le cae encima.

— Bueno... en ese caso, acompáñala bien, y despide a esa enfermera, que las chicas sigan haciéndose cargo de ella hasta que regrese.

Despiadado.Where stories live. Discover now