—No digas eso.

—A partir de ahora soy libre de ver hacia donde desee.

—¿Con Vanessa no es así?

—Eso no te interesa.

—Esa oportunista de verdad logro engatusarte, te oculta cosas y tú la idolatras como la más pura.

—Es mi mujer, estoy al tanto de lo que hace, y no me molesta lo que haga.

—Deja de decir que es tu mujer, no lo es, no lo es, no lo es. Yo lo soy, yo, Diana.

—Hablando de eso creo que es tiempo de que lo sepas, de todos modos lo harás así que da lo mismo, recuerdas la mañana...

Solo alcanzo a leer sus labios y todo queda en silencio.

Es lo único que pido, cállate, proceso lo que sale de su boca mientras los oídos me sirvan.

No es cierto, lo que ha dicho no es verdad, no puede serlo. Quiero callarlo, necesito que se calle.

No le creeré, solo busca molestarme y vengarse.

—¡Eso no es cierto! ¡No lo es! ¡No lo creeré!

Llego hasta a él tomándolo de la mano que nunca me ha querido dar.

—Tú eres mío, solo mío Pitt, entiéndelo, mírame, veme cómo estoy, todo esto es por ti, porque te amo, te daré todo, lo haré, yo lo haré, solo escúchame, déjame acercarme.

—Diana ya basta.

Noto el desprecio en sus ojos, mi madre tenía razón, solo hay odio en ellos y es lo más creíble de todo lo que me dice.

Termina de hablar con una sonrisa retorcida y se aleja en silencio, todo parece dar vueltas, nada tiene sentido, todos están en mi contra, juegan sucio, me lanzan al suelo y pisotean.

Lo que yo hice lo hice por amor, porque no lo ve, ella puso una venda en sus ojos, al principio cuando nos casamos él estaba dispuesto, Pitt quería pero tuvo que entrometerse.

La odio.

Limpio la mesa mandando todo al suelo, busco en mi bolso lo que necesito para tranquilizarme, mi cabeza no se calla con una sola idea golpeándome cada segundo.

El llanto de la desesperación me abarca evitando que algo en mi pueda tener algún tipo de enfoque.

Mis pensamientos no son claros, ninguno de ellos me deja tranquila.

Busco el celular y marco su contacto.

Contesta, vamos.

Me siento como una loca dando vueltas por la casa, a nadie le gusta que vayan a su hogar y tomen sus cosas como suyas, eso molesta, a mi me descontrola.

No toques lo mío y estaremos en paz.

Es tan básico.

—¿Ya estás ahí?

—Llegué hace unos minutos, aún estoy afuera del edificio pero puedo ver las luces encendidas, ¿Estás segura de que esto es lo que quieres?

—No preguntes, solo hazlo, destruye todo.

—De acuerdo, te informaré cuando esté hecho.

Doy la orden luego de usarlo, nadie se burlará de mi, no dejaré que lo hagan.

Pitt, maldito Lennox.

Lo tenías todo planeado desde un inicio, mi madre lo sabía y dejo que hiciera lo que quiso conmigo.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now