— Lo único que nos queda es esperar un tiempo y seguir el rastro de las maldiciones inferiores que la siguen, así podremos llegar a ella, aunque será más fácil, ya que ha vuelto a clases luego de la semana de silencio por la masacre del grupo de estudiantes en el gimnasio —comentó Nobara, haciendo unos cuantos ademanes.

Yūji tragó en seco. Sus manos hicieron presión contra sus rodillas mientras mantenía su mirada baja. Sabía que Sukuna escuchaba la reunión, podía sentir cierta parte de su desesperación. Parecía que poco a poco se iban acercando cada vez más, adentrándose a un terreno peligroso y desconocido.

Continuaban su habla, las voces retumbaban en sus oídos pero realmente no podía escucharlos con claridad, como si se encontraba bajo el agua, y ellos en el exterior.
El nerviosismo estaba comenzando a aumentar. Tener un acercamiento a ella fue lo que empeoró su situación, pues antes solo se sentía extraño cuando la mencionaban. Ahora, en cambio, una fuerte e inexplicable fuerza lo impulsaba a interrumpirlos, interferir en la investigación. Ahora, en cambio, sentía la necesidad de verla, acercarse más. Se sentía a la defensiva cuando trataba de ella.

— D-Debo ir al baño —habló, levantándose de golpe y desconcertando a quienes lo rodeaban.

Se paralizó por un momento, los vió de uno en uno con un nudo en su garganta mientras sus manos temblaban. Nobara frunció su ceño, Megumi le miró con algo de preocupación, y Gojō solo ladeó su cabeza por unos cuantos segundos.
Yūji tragó en seco, se sentía presionado por esas miradas confusas y preocupadas. No halló otra manera de calmarse más que escapar; se apresuró en salir del salón, sintiendo su corazón acelerado mientras se dirigía por el laberinto de pasillos tradicionales a su cuarto, encerrándose inmediatamente en el cuarto de baño, y sentándose en el frío suelo de baldosas.

— Se acercan cada vez más —espetó, llevando sus rodillas a su pecho y cruzando sus brazos sobre estas, mientras sentía como la boca se asomaba por su mejilla—. ¿Qué hará cuando Gojō sensei la encuentre?

— Confío en ella —se limitó a responder, su mirada baja y su rostro serio—. Incluso si está acorralada encontrará la forma de salvarse, lo he visto miles de veces —relató, mientras múltiples destellos de dichos recuerdos lo cegaban por unos cuantos segundos, y Yūji logró sentir esa presión en su pecho mientras molestas y rápidas imágenes lo mareaban—. Tengo a alguien trabajando por ella, no creo que... Debamos preocuparnos más de la cuenta.

¡Por favor Ryōmen Sukuna, escúchate hablar! Considerando a ese chico un aliado incluso cuando estaba seguro de que, en el momento en que el lazo de sentimientos se rompiera, abriría la boca sin dudarlo.

— ¿Cómo puedes... C-Como puedes contactarte con alguien? —preguntó, con un tono de voz tembloroso, y escucho un bufido por parte del otro. ¿Podía comunicarse con el exterior? ¿De qué demonios estaba hablando? ¿Cómo podía hacerlo? Sukuna estaba encarcelado dentro de su recipiente, pero realmente ¿Aun así podía contactarse con el exterior? ¿Debía informar eso a su profesor?—. ¿De quién hablas exactamente?

— Mira, ese idiota hijo de puta es un bastardo que realmente detesto, pero no tengo alguna otra opción. Puede que en algún momento me traicione, lo creo capaz, pero su obsesión por mi hija es lo suficientemente grande y desagradable como para dar su vida por ella.

Y Yūji nuevamente sintió el recelo y la molestia contra alguien a quien no había visto en persona, ni mucho menos conocía su identidad, pero esa molestia se encontraba allí, latente en su pelo y en el ardor de su mirada.

— Yūji ha estado actuando extraño desde hace un tiempo —comentó Nobara, llamando la atención de los otros dos mientras se cruzaba de brazos con sus ojos cerrados, pensativa, pero tratando de negar sus teorías.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ