•Prólogo•

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Un pequeño niño jugaba con las flores de un bello prado. Miraba atentamente el color que lo distraía de los gritos de su madre a lo lejos.

— ¡¿Dónde estás?!.

Al caminar agitadamente sujetado el vestido de seda traído de tierras lejanas. Encontró al pequeño que se encontraba sentado en la tierra sujetando un ramo de flores lilas.

— Así que aquí estás — dijo con reclamo la mujer.

El niño la miro y le mostró el fajo de plantas de colores a su madre.

— Son para ti.

— ¿Para mí?.

— Si.

La reina tomo el obsequio y sujeto la mano de su hijo. Para llevarlo con ella al campamento que yacía a las afueras del reino.
Caminaban con prisa tratando de llegar más rápido a dicho lugar; mientras daban pasos largos el pequeño miraba a lo lejos como las personas caminaban en distintas direcciones para arreglar todo para el gran día de casería.
El lugar alborotado por las personas que servían al rey ayudaban a colocar las tiendas de los participantes, hacía que la mirada del niños viajara a todo lo que se moviera. La reina cargo a su hijo en brazos para ir más rápido, mientras pasaba por las tiendas que contenían armas, escudos y arcos hasta llegar a las afueras del bullicio.
Encontrándose con el rey, que dirijia con astucia el lugar y gran calma.

— ¡Papá! — exclamo el joven príncipe.

El rey noto los brazos extendidos del niño acercándose a la reina para tomar a su hijo.

— ¿Dónde te habías metido?.

— Fui por unas flores para mami.

— Es comprensible, una mujer como ella merece todas las flores del mundo.

La reina se acercó al rey y le regaló una sonrisa.

— Ya basta, no me halagen.

— Papá tiene razón.

— El niño me apoya.

— No uses a tu hijo como escudo — reclamo la mujer.

Mientras la familia real conversaba había algo mal entre una de las tiendas.

Pero nadie se daba cuenta de eso. Era un día muy espléndido como para arruinarse, dentro de poco las familias de otros reinos comenzarían a llegar para competir.
Pero no era una competencia para quitar tierras o pedir la mano de una princesa. Era una tradición para todos, el disfrutar que la guerra contra los demonios del abismo había terminado. Y la cacería simbolizaba la victoria de todas las tierras del los nueve reinos.

 Y la cacería simbolizaba la victoria de todas las tierras del los nueve reinos

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La tierra del amanecer consta de nueve reinos....

Los unicornios

Dueños de los cinco elementos de la magia

- Fuego
- Agua
- Viento
- Luz
- Oscuridad

Son los únicos que pueden controlar toda magia existente. Poseedores de una extrema belleza y magia desconocida que los convierte en un animal difícil de encontrar entre los bosques del mundo. En la tierra de los humanos solo una doncella de corazón puro puede encontrarse con uno de estos seres pertenecientes a este reino. Actualmente la reina de estos es Eleonor hija de los anteriores reyes.

Los druidas

Una subespecie de los elfos cuya magia es poderosa, capaces de controlar la magia del viento y de la naturaleza. Su reino se encuentra cerca de los bosques junto a las hadas que tanto su rey como la reina son amigos de los druidas.
Se desconoce mucho sobre ellos, solo que se les han visto merodeando en forma de un gigantesco oso pardo.
Su rey el poderoso Valantis gobierna su tierra.

Las hadas

Descendientes de los elfos, amigas de la fauna y flora de cada rincón de la tierra del amanecer.
Sus reyes son Elucia y Pasmathe amigos cercanos de los druidas. Seres que controlan los elementos del agua y el viento, pero rara vez nace uno que controla la luz o la oscuridad. Se especializan en la herbolaria y sanación de los seres, pueden ser capaces de crear elixires que curan la enfermedad más crítica de todas. Pero cuando escuchan que alguien hace de las suyas con su gente son muy rencorosos.

Dragones

Criaturas mitológicas casi extintas en el reino humano, capaces de volar a grandes alturas. Son creadores del fuego; dueños de zonas altas como lo son montañas y cavernas repletas de oro y joyas de sumo gran valor.
Son raros de ver en su forma normal, como seres humanos con grandes alas y vestimenta de colores verdes, rojas y azules. Siendo actualmente el soberano rey Zaiross.

Las sirenas

Mujeres de extremada belleza y hermosa voz. Gobernantes del mar y de las criaturas que viven en el templo submarino. Su poder en el agua es descomunal creando así una tempestad en el mar para castigar a los hombres que se atrevan a llegar hasta su dominio. Su reina es Tetra y contiene un poder capaz de crear un escudo para protejer a su gente.

Los Demonios

Seres que se ocultan en la oscuridad y que matan solo por placer a la sangre. Ahí solo existen bestias que nunca saciaran su hambre. Sucubos dueñas de la lujuria, perros de fuego capaces de matar a alguien sin piedad, Ifrits tan poderosos que controlan la magia oscura y muchos monstruos más que habitan en ese lugar.
Este sitio no es considerado un reino pues ahí nada prospera, pero en escrituras antiguas siempre fue parte de los nueve reinos. Su reina es Raki y es más despiadada que todos en el abismo.

Arpías

Mujeres que pelean por el territorio de los dragones, estando hartos los reyes de ambos reinos. El rey Zaiross y la reina Collen accedieron a compartir territorio en las alturas para mantener el tratado de los "antiguos" y preservar la paz entre la tierra del amanecer.

Arcángeles

Misteriosos hombres alados de aspecto desconocido. Viven en los cielos más allá del territorio de los dragones y arpías. Rara vez se les ve con sus armaduras blancas sobrevolando los cielos en grupo.
Se dice que ellos son los protectores de la raza humana pero nadie los ha visto de cerca por qué nadie ha podido salir vivo de uno de sus ataques divinos. El actual rey de los arcángeles es Velajuel pero nadie lo ha visto.

Los zorros

Los más apasibles seres de todo el territorio. Suelen manejar la magia de fuego y se comunican con un lenguaje perdido. Son muy calmados pero cuando son molestados pueden destruir tierras enteras, manejan encantamientos de los "antiguos" que son poderosos al usarlos. Evitan las guerras pero cuando se unen a una son los más fuertes además de los druidas y dragones. Sus reyes son Arang y Ceres ambos gobiernan con dicha y prosperidad.

El príncipe exiliadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora