—Sabes que no debes acercarte hasta que te lo indique.

—No recuerdo requerir tu permiso o aprobación, no soy como los otros dos.

—Justo por eso es que te mantengo alejado.

Me acerco dejándole saber con la mirada que debe abandonar mi lugar, el sitio está lleno de sillas que puede ocupar.

—Bueno ya no—se pone de pies—Por cierto, linda chica la que acaba de salir, además pensé que tu oficina sería un poca más...

—¿Qué buscas Adam?

—Sabes que no me interesa esto y menos lo que hacen, su estúpido y aburrido juego, las cosas se hubiesen resuelto hace tiempo si me hubieran dejado poner manos en el asunto, sin embargo, ¿Qué sucedió? Nada, de todos modos ya le envié mis saludos.

—¿Qué hiciste?

Toma asiento frente a mi.

—Ya sabes, un favorcito por aquí, otro por allí y boom, unos cuantos dientes y uñas menos, tal vez hasta algunos huesos.

—No me molesta si quieres desarmarlo en vida, solo quiero que te mantengas en tu lugar hasta que yo lo diga.

—De todos modos no vine por ti, quise pasarme unos días por aquí y listo—se pone de pies—dale mis saludos.

—Deberías hacerlo tú—digo antes de verlo salir luego de su visita inesperada y sorpresiva, tal vez debería ser más cercano pero no puedo hacerlo, menos cuando los dos emanamos la misma energía negativa, el estar el uno al lado del otro es como una bomba de tiempo. Adam siempre ha sido problemático y no lo culpo, con la vida que ha tenido quien podría, por eso no juzgo ni me entrometo en el camino que ha tenido que tomar.

Nini debe estar muerta en risa en su pequeño escondite del otro lado del mundo.

—Felipe—lo veo entrar y acomodarse la camisa—¿Qué se te ha perdido?

Era el último que me faltaba apareciera por aquí.

—No hay caso con Derek, como están las cosas es probable que pase mucho tiempo encerrado—asiento ante lo que dice—¿Entonces cuál es el plan?—se da un recorrido por la oficina de Lisa.

—No sé de qué plan hablas.—me hago el desentendido frente a sus palabras, sé que es astuto, pero en esta ocasión soy yo quien está del otro lado de la mesa.

—¿Qué harás una vez Diana tenga el control de su imperio?—se para de espaldas a la ventana.

—No haré nada, no tengo interés en los Morfis.

Bufea y camina hasta el escritorio.

—¿De verdad piensas que creeré eso? Sé muy bien que tú has estado moviendo los hilos para que esto pase.

—Bien, si no tienes nada más, hay mucho que debo hacer.

—Quiero conocer los planes—exige como si fuera parte de algo.

—No hay dicho planes—me pongo de pies—deja de imaginar tanto y haz algo mejor y regrésate a Islandia, de paso llévate a tu hijo, los dos aquí sobran.—le doy una sonrisa.

—Bean como yo tenemos derecho de estar aquí y lo sabes.

—Eso es lo que dices, pero ya veremos.

—¿Qué está haciendo Bean?

—Ve y pregúntaselo tú mismo, por increíble que te parezca no le pongo un radar a mis empleados.

—Es un Lennox.

—Un empleado más de esta empresa, al igual que mucho otros.—camino por la oficina.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora