—Si—le doy una sonrisa forzada—pero he dicho que no me gustan.

—Sin embargo al señor Lennox le encantaron—habla la tal Anna.

—Perdona bella, ¿Cómo decías que te llamas?

—Anna—aclara ella—la mejor amiga de Vanessa.

—Oh, así que amigas.—le doy un pequeño vistazo.

—Así es—espeta ella regresándome la mirada.

—Ya veo, sin embargo ya he dicho que esos colores no se usarán aquí, esto no es... como lo puedo decir.

—No es necesario que digas nada, los colores ya fueron aprobados y no se cambiarán.—dice Vanessa—además él me dijo que podía elegir lo que mejor me pareciera y así lo he hecho.

—¿Y eso cuando fue?

Ella guarda silencio.

—¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

Me acerco más a ella.

—No entiendo tu pregunta.

La veo a los ojos y noto que realmente no lo hace.

—No me gustan y no se usarán.

—Creo que deberías hablarlo con Pitt y luego veremos qué pasa —dice Anna empezando a molestarme que se meta donde no la llaman.

—¿Acaso necesito aprobación de mi esposo para hacer lo que quiero en la empresa que por cierto también es mía?

Ella Vira los ojos.

—Nadie ha dicho eso, solo que nosotros ya contamos con la aprobación total y esto solo nos hace perder el tiempo.

—No hablo contigo, hablo con Vanessa.

Anna se mueve por el lugar destapando una de las cubetas de pintura.

—¿Ves este color de aquí?—inquiere metiendo su mano en la pintura amarilla y pasándola por la pared—es el que se usará.

Sonrio.

—¿Así serán las cosas?

Ella guarda silencio con una media sonrisa.

Me acerco y uso la punta de mis zapatos para hacer que la cubeta se voltee provocando que la pintura corra por el pasillo.

—¡Esta vieja está loca!—dicen a mi espalda.

—¡Diana!—me llama Vanessa tras mi espalda.

Me acerco a las demás ignorando su llamado y empiezo a retirar las demás tapas haciendo lo mismo.

Me quedo observando la mezcla que se forma de los supuestos colores que ella misma eligió y Pitt aprobó.

—¿Sabes por qué nadie me detiene?—me aproximo a ella quien parece estar reteniéndose—porque todos aquí conocen su puesto y saben que está debajo del mío, tú también deberías hacerlo Vanessa.

—Si necesitas hacer todo esto para sentirte bien contigo misma hazlo, pero claro está que no dejas de estar haciendo el ridículo, ¿Y por qué? ¿Por qué Diana? Por nada.

—Lo dices como si no supiera que te estás acostando con Pitt.

Ella guarda silencio.

—¿Creías que no lo sabía? ¿Acaso crees que soy ciega y no he estado viendo como lo ves? Lastima que solo corre de tu lado—me acerco más a ella—hazte un favor a ti misma y evita el ridículo, Pitt o Bean jamás podrían fijarse realmente en ti, solo es algo del momento, está en su sangre y disfrutan del nuevo juguete.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now