-Gilda-susurra, ronco, bajo y profundo-. Mi Gilda.

Sentí un escalofrío viajando por mi columna.

Le sonrío de vuelta, también tomándome la libertad de mirarlo de arriba a abajo como si fuera algún producto...y vaya que lo compraría.

Edmund se disfrazó de Haiden Evans, mi escritor favorito. Casi me hizo llorar de la emoción. Tenía puesto sus anteojos de profesor universitario, el cabello negro peinado con el mismo estilo indomable, una camisa blanca sin arrugas que marcaba los músculos en sus brazos, dejó suelto dos botones, lo que permitió notar un pequeño collar plateado con la forma de un ave, completando su disfraz con un pantalón de vestir que casi parecía una segunda piel (que culazo), y unos zapatos negros relucientes en pulcritud.

Se veía más hermoso que todos los chicos juntos. Se veía más hermoso que una puesta de sol, se veía como la razón de vivir mil vidas.

Se veía como mi chico listo.

-Todo de ti-le susurro de vuelta entre risas en referencia a una frase del libro.

-Todo de ti-me guiña el ojo.

Un grito de Tai me sobresalta.

-¿Qué le pasa?

Edmund se encoge de hombros.

-Tai quería un hielo, y Will le dió uno que encontró en el piso. Desde que Tai se dió cuenta a estado montando el numerito de "me moriré, se me va a hinchar la lengua, tengo una enfermedad terminal" y algo me dice que Vivien acaba de pegarle.

Nos reímos.

-Maine...

-Edmund...

Un hombre se sube al escenario y anuncia la presentación de Fuego Griego.

Edmund me toma la mano y la besa.

-Intenta no obsesionarte conmigo después de verme tocar.

-No prometo nada-respondo y luego lo veo alejarse. Me acerco a la mesa con las chicas y, cinco minutos después, ya están listos para tocar.

Edmund está sentado frente a la batería, con sus baquetas azules siempre presentes en sus manos, Will carga su guitarra, Brad el bajo eléctrico y Tai el micrófono.

Todo el bar oscureció, quedando en completo silencio, y de repente, como una explosión, se hizo la luz. El escenario empezó a parpadear como constelaciones, la gente saltó de sus asientos para mover locamente las cabezas y tropezar unas con otras apenas los instrumentos sonaron con fuerza, mucha fuerza.

Fue increíble, como el Big Bang.

La voz de Tai, rockera, potente, profesional y ronca invadió mis oídos. Las chicas y yo nos levantamos a bailar casi como poseídas. Los chicos estaban presentando Are you gonna be my girl de Jet, y era asombroso, como estar en un auténtico concierto.

Edmund, Tai, Brad y Will movían sus cuerpos al ritmo de la música.

-Siiiii, sacúdelo hombre, deja ver esos pasos prohibidos-bromea Bella mientras yo le hecho aire a Vivien, que estaba desmayada en los brazos de Cassie...el repentino calor iba a matarme también.

Tai a la final si bailó, moviendo sus caderas y su cabeza a un ritmo moja bragas versión saiyajin encuerado 2.0, conquistando todos los corazones de las chicas y no dudo que también de los chicos presentes. Mierda. Se mordía el labio mientras meneaba las caderas....¡MADRE MÍA! Edmund se le une, abandonando su puesto en la batería para pasarle el brazo a Tai por el cuello y seguirle el ritmo, meneándose como el puto Channing Tatum...ya me morí, esto debe ser el cielo.

Más allá de este mundo (Libro I)Where stories live. Discover now