Déjame disfrutar

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Pareja: Ryomen Sukuna/ Itadori Yuji

Resumen: Con Ryomen Sukuna el compromiso no existe, sólo el placer. Él vive libremente para gozar de aquellos placeres sin atadura y sin reglas.

 Él vive libremente para gozar de aquellos placeres sin atadura y sin reglas

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—Déjame devorarte, Yuji

Aquella voz tan marcada de lujuria no lo dejaba pensar con claridad. Las manos de Sukuna viajaban libremente sobre su cuerpo sin detenerse, tocando cada rincón con un apetito voraz reflejado en aquellos ojos carmesí.

—S-Sukuna, para.—Yuji sentía su cuerpo arder con cada toque que el hombre encima de él le estaba ocasionando a su débil cuerpo.

—¿No lo estás disfrutando, Yuji? 

Una sonrisa maliciosa y llena de burla se escapaba de sus labios, disfrutaba  ver a Yuji temblar ante el deseo como una pequeña liebre.—Déjame llenarte por completo

—No, ahora quítate. —respondió con exasperación e irritación en su voz.

Yuji trataba de  mantenerse sereno ante la situación en la que siempre terminaba cayendo una y otra vez. Siempre terminaba en la cama de este tipo que sólo lo utilizaba para su propio placer. 

Con Ryomen Sukuna el compromiso no existe, sólo el placer. Él vive libremente para gozar de aquellos placeres sin atadura y sin reglas. Yuji ya lo sabia desde un principio y desde un principio aquel hombre de buen porte se lo dejo bien en claro, sin teatro. Sin palabras dulces ni falsas promesas, sexo sin compromiso. 

Sukuna sentía inmensas ganas de soltar una carcajada al ver esos ojos color miel llenos de irritación y repudio. Itadori estaba lleno de mucha determinación, no quería volver a caer nuevamente bajo el deseo que este hombre le ofrecía nuevamente. 

Esa determinación lo excitaba

—¿No te lo he dicho antes?, el que te resistas me hará desearte más.—Sukuna relamía sus labios con deseo.

Yuji sentía que toda su piel se erizó cuando sintió la humedad de la lengua ajena trazar un camino desde un lado de su cuello hasta su oreja derecha. Sukuna conocía muy bien sus debilidades y las usaba a su favor. 

—¡N-no! ¡Basta!—suspiró con agobio, Yuji se sentía como un conejo bajo el dominio de un tigre que estaba listo para devorarlo de un mordisco.

Mordió sus labios en un intento de callar sus quejidos, sintiendo el sabor metálico en su boca. Odiaba aquella ridícula sensibilidad en sus orejas, odiaba que Sukuna tuviera el control y mostrara una sonrisa llena de arrogancia en sus labios.

—Deja de luchar —susurro, besando forzosamente los labios del chico. De una forma tan tosca y salvaje que hacia enloquecer los sentidos de Yuji.

One Shot. SukuitaWhere stories live. Discover now