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ICARUS
capítulo uno

ICARUScapítulo uno

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—Rigel —dijo Narcissa, llamando suavemente a la puerta entreabierta de la habitación del chico y asomando la cabeza al interior—. Es hora de irse, amor.

Rigel se giró, encontrándose con los ojos de su tía brevemente antes de que ella desapareciera de nuevo en el pasillo, dejándolo solo en su dormitorio una vez más. Cruzó hasta la puerta, cogiendo su baúl antes de echar una última mirada a la habitación y cerrar la puerta tras de sí.

Mientras Rigel bajaba la escalera, la conversación entre Draco y su padre parecía resonar en las paredes, con palabras que iban de un lado a otro sobre el hecho de que Harry Potter había sido absuelto de todos los cargos tras su juicio con el Wizengamot. Se había corrido la voz de que el chico había sido expulsado por usar magia en presencia de un muggle, lo que provocó la celebración en la casa de los Malfoy al pensar que los chicos ya no tendrían que lidiar con ese imbécil en la escuela.

—Ah, Rigel, —dijo Lucius, cambiando de tema cuando él y Draco levantaron la vista para divisar al chico— ¿Listo?

Rigel asintió, acercándose a los otros dos hombres, Narcissa no muy lejos mientras todos unían sus manos. Casi al instante, Rigel sintió que lo apretaban por todos lados, y que el aire se le escapaba de los pulmones mientras la familiar sensación de la aparición se apoderaba de sus sentidos. Finalmente, aterrizaron de nuevo en tierra firme, y el silbido ensordecedor del Expreso de Hogwarts inundó sus tímpanos.

—Los veremos en Navidad, chicos, —dijo Narcissa, dando a Rigel un rápido abrazo y un beso en la mejilla antes de pasar a Draco—. No causen muchos problemas ahora.

—Buen viaje, chicos, —dijo Lucius asintiendo en su dirección antes de tomar la mano de Narcissa en la suya, y la pareja desapareció inmediatamente.

—¡Lestrange!, —gritó una voz ladradora, sobresaltando a Rigel, que se giró para encontrar la fuente, viendo nada menos que a Willmar Kordin pavoneándose hacia los dos chicos con la habitual sonrisa arrogante escrita en su rostro. Al ver a su amigo, Rigel sonrió cuando Will llegó hasta él y Draco— ¿Dónde has estado, amigo? Pensé que perderían el tren. Blaise nos está esperando dentro.

—A la moda tarde, Kordin, —respondió Rigel, con una risa baja que se le escapó de la garganta—. Simplemente no quería aguantar tu culo ni un segundo más de lo necesario.

Los tres chicos de Slytherin se abrieron paso entre la multitud que aún esperaba para subir al tren, ignorando las miradas que les lanzaban los demás estudiantes mientras subían a bordo, buscando el lugar donde Blaise Zabini estaba sentado en la parte de atrás esperándolos. Cuando Rigel lo vio, él y Draco tomaron asiento frente a Blaise mientras Will se deslizaba en el asiento junto al otro chico.

—Así que, —comenzó Will, bajando la voz—. Vi a Potter subiendo al tren con ese grupo de traidores de sangre.

—Patético, ¿verdad? —preguntó Draco—. Pensé que por fin nos libraríamos de ese chiflado y que se iría a pudrir a Azkaban. Estaban locos por no expulsarlo.

Rigel suspiró mientras el tren soltaba un último pitido antes de arrancar con una sacudida, saliendo del andén 9 ¾ y abandonando la estación de King's Cross. Draco continuó despotricando sobre sus desgracias por la liberación de Harry mientras Rigel se volvía a mirar por la ventana, observando cómo el campo empezaba a pasar por delante de ellos de camino al colegio.

Aunque Rigel siempre afirmaba que la escuela no era para él y que había cosas mejores que debería hacer con su tiempo, no podía evitar la sensación de que este año iba a ser diferente para él. Ya fuera por el regreso de Quien-Tú-Sabes o porque Harry Potter parecía haberse vuelto loco tras el final del Torneo de los Tres Magos, Hogwarts ya no iba a ser la misma escuela con la cual los chicos se habían acostumbrado. Si bien había sido relativamente brillante y alegre durante los últimos años, después de los acontecimientos de este último verano, Rigel sabía de la oscuridad que les esperaría una vez que llegaran.

Durante el verano, Rigel había conocido al Señor Tenebroso por primera vez. Fue breve, Narcissa dijo que los chicos debían quedarse en sus habitaciones mientras el pequeño grupo se reunía en el comedor de la Mansión Malfoy. El Señor Tenebroso se limitó a decir que Rigel se parecía a su madre antes de despedirlo y volver a sus súbditos. Después de aquel fatídico día, el grupo continuó reuniéndose en privado y Rigel no había vuelto a ver al infame mago tenebroso haciendo base en su propia casa.

—Muy bien, Malfoy, las damas primero, —dijo Will en cuanto el tren entró por fin en la estación de Hogsmeade, y Draco puso los ojos en blanco, guiando a los cuatro chicos fuera del tren y hacia el andén. 

Poco antes de ellos caminaba Harry Potter con otros dos, uno de ellos Ron Weasley, miembro de la familia pelirroja traidora de sangre que su grupo siempre había despreciado. Junto a ellos iba la chica de sangre sucia con el pelo castaño claro, sus ojos captaron los de Rigel cuando el grupo pasó junto a ellos y un pequeño ceño fruncido bajó por las comisuras de su boca. Aunque, por su vida, Rigel nunca pudo recordar el nombre de la chica. Podía recordar vagamente que era algo inusual, aunque siempre acababa escurriéndose de su memoria.

—Me sorprende que el Ministerio te siga dejando libre, Potter. —Se burló Draco cuando los chicos pasaron junto a ellos—. Espero que haya una celda en Azkaban con tu nombre.

Harry se abalanzó hacia el chico, haciendo que Rigel sonriera mientras Draco se estremecía y saltaba un poco hacia atrás, pero Ron agarró a Harry, reteniéndolo mientras los chicos de Slytherin se alejaban hacia los carruajes.

—¿Ves lo que te dije? —preguntó Draco, haciendo un gesto hacia Harry como si quisiera demostrar su punto—. Completamente loco.

—¡Sólo aléjate de mí! —exclamó Harry, haciendo que Rigel volviera a mirar, sus ojos volvieron a fijarse en los de la morena brevemente antes de encogerse de hombros y apartar la mirada.

Rigel fue el primero en subir al carruaje, los caballos invisibles los llevaron por el camino hacia el castillo. Draco continuó divagando sobre el arrebato de Harry hasta que llegaron al colegio, siguiendo al grupo a través de las puertas principales, donde se encontraron con el animado parloteo de los retratos que colgaban en cada centímetro de las paredes de piedra del castillo, dando la bienvenida a los estudiantes. Rigel se encogió de hombros, entró en el Gran Comedor y tomó su asiento habitual en el extremo posterior de la mesa de Slytherin, donde los otros chicos se unieron a él.

—¿Quién creen que es? —preguntó Blaise al grupo, señalando hacia la mesa del profesorado, donde estaba sentada una mujer vestida de pies a cabeza de color rosa— ¿La nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras?

Rigel estudió a la mujer, que estaba sentada observando a la multitud de estudiantes que entraban en el Gran Comedor con una sonrisa orgullosa en el rostro.

—Ni siquiera parece que sepa lo que son las Artes Oscuras. —Rigel se burló—. Esto debería ser divertido.

ICARUS ━━ hermione grangerWhere stories live. Discover now