2645 El reciclador

Mulai dari awal
                                    

Llegaron a discutir por cualquier holohistoria de moda o por cuál era la escena más escabrosa en la última novela de Tennisa, la escritora más vanguardista en el nuevo BDSM.

Mark adoraba su trabajo, pero ahora también podía agregar que adoraba sus charlas con Mei.

Mark despertó del enésimo sueño provocado. Estaba probando un nuevo prototipo de cabina de descanso a pedido de Mei y la experiencia era sumamente satisfactoria.

Pasó por su rutina diaria de aseo y desayuno. Verificó que la distancia era la adecuada y abrió un canal con Mei.

—Hola, Mei. Estoy regresando —y esperó.

Pocos minutos después escuchó con un leve ruido a fritura de fondo.

—Hola, Mark. ¡Buena cosecha! He leído los informes. ¡Felicitaciones!

—Gracias, Mei. Todo según lo previsto. Sin contratiempos. ¿Has visto el prospecto de la nueva misión?

—Afirmativo, Mark. Estoy validado los datos preliminares y coincido con que es viable. Hice una corrección en un par de parámetros para garantizar la rentabilidad del viaje. Revísalo, por favor, y dime qué te parece. Luego los enviaremos a la comisión evaluadora. De verdad que espero que esta vez tengas suerte y los aprueben —el ruido de fondo decreció y la comunicación fue cada vez más clara.

A Mark le encantaba esa faceta de Mei. Todo lo pedía "por favor" y, además, le animaba a que le diera su impresión. Como no podía ser de otra manera, nunca había nada que mejorar. Al fin y al cabo, era Mei optimizando un resultado que ya había sido optimizado por una computadora. Más redundancia era imposible, pensaba Mark, ¿qué podía aportar una mente humana al proceso?

Por otra parte, el mecanismo siempre era el mismo. Una idea de Mark, una corrección de Mei y un pedido de "por favor, dime qué te parece".

Quizás fuera solo buena educación, pero a Mark le fascinaba y no podía dejar de notarlo.

Casi religiosamente, él no dejaba de revisar todo y enviar el ok correspondiente a la revisión.

Ese era el intercambio básico con Mei. Como un contrato nunca escrito. Pero había más, con Mei siempre había más.

—Cuéntame ¿Qué te ha parecido lo que leíste en este viaje?

Enumeró los libros y agregó un breve comentario para cada uno. Mei preguntó algunos "por qué". Y, lo que más valoraba Mark, rio a carcajadas con alguna de sus respuestas.

La risa de Mei era franca y contagiosa y no podía dejar de acompañarla mientras la escuchaba.

Invariablemente, como último asunto, Mei pasaba a un tema mucho más serio: el análisis de las noticias de la Tierra.

Le había dicho que para ella era muy importante su opinión, dado que controlaba todo lo que Mark leía y hacía. Un poco bromeando le decía.

—Tengo todo tu input controlado, es importante analizar todo el output... y esos son tus pensamientos.

Mark recordaba los alzamientos de la ciudadanía cuando las IAL presentaron el uso médico de la tecnología para almacenar conciencias humanas en una red neuronal de ordenador. Estaba seguro de que sus respuestas, y las de otros miles de sujetos con los que Mei hablaba, habían sido la base con la que las IAL argumentaron en el congreso mundial donde consiguieron la aprobación de la ley para el uso de esa tecnología.

Solo había pasado un año de esa ley y la humanidad se había beneficiado exponencialmente de lo desarrollado por Mei y sus hermanas.

Sin ninguna duda, las inteligencias artificiales que gobernaban habían convertido a la humanidad en algo mejor.

Antología: Un viaje a lo desconocidoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang