Recrear esas escenas aunque sea solo en mi cabeza me hacia demasiado mal, era como si con solo pensarlo los moretones volviesen a salir y a dolerme todo.

―Aquí estas ¿Almorzaste? Debí ir contigo, ve a cambiarte entran en unos minutos ―Noelia me empuja para llevarme hasta el sanitario. Me pasa una bolsa donde tiene la ropa que uso para el juicio.

Es una estúpida falda de tubo con una camisa incomoda blanca junto a unos zapatos de tacón aún más estúpidos e incomodos. Hoy llamarían a testificar a los Petrov y a los hermanos de Jeff. El resto no sé quiénes serán ninguno de los abogados puede decirlo. Y digo ninguno porque al parecer el señor Murphy tiene insistencia en querer entablar una relación conmigo, no entiendo porque. Albert me pidió mantenerme alejada y tener cuidado con él.

[***]

―¡Michael! ―gritó mi madre cuando mi padre me tomo por los brazos para cargarme sobre su hombro.

―Mira mamá ¡Puedo volar! ―puse una pose de superhéroe mientras mi padre se movía de un lado a otro simulando que yo podía volar.

―Lo veo mi amor, lo veo ―ella se reía al mismo tiempo en que mi padre y yo lo hacemos.

―¿Puedo ser una superhéroe? ―le pregunté asomando mi rostro.

―Tu puedes ser lo que quieras cariño ―arrugué la nariz pensando.

―No quiero ser una superhéroe. Ellos no tienen miedo pero yo si lo tengo así que no quiero serlo ―él se río mientras me bajaba de su hombro parándome frente a él.

―¿Quieres que sea tu superhéroe? ―sonreí mientras lo abrazaba. Él también tenía miedo, pero lo dejaría atrás si yo se lo pedía. Porque mi padre era así, estaba dispuesto a enfrentar sus propios miedos con tal de yo poder sobrevivir a los míos.

[***]

―¿Señorita D'angelo? ―levanto la cabeza sintiendo mis ojos húmedos. Tanto la jueza como el hermano de Jeff, quien estaba testificando, y el resto de los presentes me miran.

No había notado que estaba llorando. Albert se acerca hasta estar agachado a mi lado. Y toma mi mano.

―No puedo, no puedo señor Fischer. Lo siento pero no puedo ―mis manos comenzaron a temblar y las lágrimas salían si poder pararlas. No comprendo porque ese recuerdo vino a mi cabeza ni porque me dolió a tan punto de no darme cuenta que estaba llorando.

―Dame un segundo ―se levantó caminando hacia la jueza, el otro abogado hizo lo mismo. No pude escuchar que le dijo pero cuando ella asintió Albert volvió a mi lado tomando mi mano.

Me hizo volver al pasillo sin soltarme en ningún momento. Cuando me senté en esa silla incomoda de plástico solo podía llorar mientras él acariciaba mi espalda.

―Tranquila Ashley, tranquila ―me dejó apoyar mi cabeza sobre su hombro al mismo tiempo que me extendía un pañuelo.

―Duele, duele mucho. Lo extraño demasiado ―me dolía saber que ese recuerdo no era cierto. No comprendía porque dolía pero era porque fue algo que mi cabeza creó para protegerme, eso no había pasado. Lo había soñado cuando quedé inconsciente luego del accidente.

Cubro mi boca con una mano mientras mis sollozos son acallados. Albert me abraza mientras besa mi cabeza.

―Tengo una hija ―murmura pero no levanto la cabeza―. Es unos años más grandes que tú. Hace unos años casi la pierdo ―su voz suena quebrada―. Ella paso unos momentos difíciles y casi la pierdo. No lo noté hasta el momento en que ya era tarde y estuve a punto de perder a quien más amo ―en el fondo logra tranquilizarme un poco que él sea quien hable.

―No va a volver a hacer eso ¿Verdad? ―sonríe apretando mi hombro.

―Jamás ―me sorbo la nariz mientras me dejo volver a guiar hacia el juzgado nuevamente.

―¿Está todo bien abogado? ―le pregunta la jueza cuando nos sentamos a la mesa nuevamente.

―¿Y ahora qué? ―Noelia esta igual de nerviosa que Elliot, el hermano de Jeff. Él también testificó hoy y cree que no ayudaron sus respuestas.

―Denme unos segundos, chicos por favor vengan ―nos apartamos un minuto y él voltea a verme directamente a mí―. Su vida privada nos pone en desventajas y es muy probable que perdamos. Así que debemos tomar otras medidas.

Frunzo el ceño mientras me cruzo de brazos, Jeff hace lo mismo.

―La próxima sesión que probablemente sea la última antes del veredicto, deberás testificar Ashley ―niego con la cabeza retrocediendo unos pasos―. Es la última opción que tenemos Ashley, no lo haría si no fuese necesario. Debes hacerlo ―siento un brazos sujetar el mío y reconozco las cálidas manos de Zack.

―Me dijo que no era necesario que yo lo haga, no puedes pedírmelo ―comienzo a caminar hasta salir del juzgado. Escucho los pasos apurados de Zack detrás de mí pero no me detengo.

―¡Ashley! Espera ―me giro para enfrentarlo con fuerza.

―¡Tú no me hables! Estoy cansada Zack, cansada y no quiero que tú me hables ―intenta tocar mi mano pero me aparto.

―¿Qué te sucede? ―apreto los labios en una línea intentando controlar las palabras que diré.

―¿Una de las mejores universidades? ¿En serio? No debiste rechazarla Zack ―cierra los ojos suspirando con fuerza―. Era una estupenda oportunidad y la rechazaste. Esto no es un maldito libro donde los protagonistas dejan todo por amor y les sale todo bien.

«No debes priorizar otra cosa que no sea tu futuro Zack. ¿Qué harás en siete años? Cuando ya no sintamos nada el uno por el otro y hayas perdido la oportunidad de ser feliz. Dime, ¿qué harás? ―niega con la cabeza apretando la mano en forma de puño.

―No es por la universidad. Eres tú que estas negada a intentarlo, ¿Y sabes? Estoy cansado yo también. Cansado de que intentes arruinar todo, que le encuentres defecto a todo. Te da miedo y lo sé, lo entiendo. Pero no tienes una idea de lo que estas haciendo. Estoy cansado de intentarlo, Ashley. Me canse de que me lastimes con esto.

«No me importaba si en siete años ya no estábamos juntos porque yo creí que lo estaríamos. Pero de igual forma no me importaba porque no habría perdido mi tiempo, porque a diferencia de ti. Yo no creo perder el tiempo contigo ―toma una respiración profunda tensando su mandíbula―. ¿Quieres que no te priorice sobre mí? Bien. No te priorizaré sobre mi futuro ni mi vida. Me canse de intentarlo. Más que nada cuando tú no haces nada. No voy a seguir con esto Ashley, no más ―se da la vuelta dejándome sola, hago lo posible para resistir. Es por él, esto es por él. Pero sí que duele. 

Un Secreto En Otoño [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora