Agarré sus mejillas rápidamente para dejarle un beso en la boca, un poco más lento y suave que el anterior. Mí corazón seguía acelerado, pero el susto que me había pegado antes ya era insignificante. Por un momento, mis nervios habían desaparecido, y ya no recordaba qué hacía allí.
Valentín se separó, y me miró con un pequeño puchero que me mataba de amor.
— Dale, tenemos que entrar — Reí por su reacción. — Estamos llegando tarde, boludo.
El castaño soltó un bufido agotado y asintió, pasando un brazo por mis hombros para empezar a caminar hasta la puerta. Yo me apegué a su cuerpo y sonreí. Cada contacto con él ocasionaba miles de sensaciones en mi ser como si fuera la primera vez, volviéndome completamente vulnerable ante su tacto.
El olor a perfume de maestra no tardó en aparecer cuando cruzamos la entrada, y un raro sentimiento de soledad se hizo presente en mi. Estaba demasiado acostumbrada al tumulto de alumnos y el quilombo de las voces cada vez que iba al lugar, por lo que ver todo tan vacío se me hacía extraño. Solamente se encontraban algunas profesoras conocidas mirando planillas, y chicos con miradas somnolientas entrando a las aulas desiertas.
Comenzamos a subir las escaleras para llegar a nuestro salón, y mis nervios se intensificaron. Era la primera vez que pasaba por esa situación, y no tenía idea de cómo comportarme ni cómo sentirme. Valentín, a diferencia de mi, estaba con aquella sonrisa de lado que tanto lo caracterizaba, mostrándose seguro y tranquilo ante la situación. Mirarlo, de alguna forma me relajaba un poco.
Cuando llegamos al aula, nos colocamos en los bancos que cada uno solía usar los días de escuela, sin fijarnos a nuestro alrededor. Tardamos un par de minutos en reaccionar que éramos nosotros dos solos en aquel lugar.
— Che, como que no hay nadie, ¿no? — Dijo y reí por lo bajo. — ¿Somos los únicos boludos que se llevaron historia?
Aún no lo asimilaba. Nos habíamos llevado historia por ese trabajo práctico de mierda.
— Se ve que si. — Aclaré mí garganta para sentarme y mi vista se centró en mis manos temblorosas. — Tiene que venir el profesor.
— ¿Estás nerviosa? — Elevó una de sus cejas, interesado en mi actitud.
—Un poco...— suspiré.
Supe que el chico iba a decirme algo más cuando sus labios se entreabrieron, pero los cerró inmediatamente al escuchar los pasos del profesor entrar por la puerta.
— Buenas tardes. — Dijo sin siquiera mirarnos a los ojos, y se sentó en su escritorio para empezar a rebuscar el papeleo.
— Hola, profe. — Contesté. Viejo choto.
Simplemente lo miraba y lo odiaba.
¿Qué tanto le costaba subirme un puntito más y ahorrarnos este día de poco sueño?
El hombre con cara de culo sacó dos hojas de su bolso, y las repartió entre nosotros con la mayor pereza. Definitivamente ninguno de los presentes tenía ganas de estar ahí.
Eché una pequeña ojeada rápida a las 5 preguntas que nos había dejado, y entré en pánico al creer que no estudié algún tema particular.
— Amor. — Un leve susurro llegó a mi desde el banco cercano, y mí corazón se aceleró como cada vez que oía esa palabra viniendo del ojiazul. Aún no me acostumbraba. — Suerte.
Valentín intentó guiñarme el ojo, pero como ocurría siempre desde que habíamos comenzado a hablar, no le salió.
— Igualmente. — Sonreí y repetí su acción, solo que yo si pude guiñar bien.
YOU ARE READING
• c u p i d o ; wos •
Fanfiction"¿Que tan difícil podía ser convertirme en la cupido de mi mejor amiga?" By wossxoliva Créditos a @terrazadelvacio por la hermosa portada
• - V E I N T E - •
Start from the beginning
