―¿Ustedes...son?

―No ―responde sin la necesidad de completar la oración. Creo que me siento un poco mejor―. Es decir, no lo somos pero ya sabes... No lo somos ―se traba nervioso.

―¿Te gusta? ―bajo la cabeza esperando por una respuesta que ya conozco.

―Mucho ―de reojo puedo ver como sonríe pero la borra despacio―. Eso no importa, no es mutuo así que ―tal vez Ashley me asesine e incluso yo me odie por esto.

―Si es mutuo ―frunce el ceño mientras yo suspiro―. No le digas que te dije pero es obvio, por la forma en la que te mira y todas esas bobadas. Ella pone una sonrisa cada vez que habla de ti ―sonrío recordando la vez que fuimos a comer luego de las clases y ella estaba sonriendo, pero claramente estaba pensando en él aquella vez.

―¿En serio? ―pregunta esperanzado.

―Si le dices que te dije ella nos golpeará a ambos ―él se ríe mientras asiente diciendo que eso es verdad.

―¿Ella te gusta? ―pregunta luego de unos minutos en silencio. Me cruzo de brazos mientras niego con la cabeza.

―Me parece atractiva y le he tomado aprecio pero no, no me gusta ―mentir me sale tan natural que él no nota que ella realmente si me gusta.

―Entonces... ¿ustedes no se acostaron? ―niego con la cabeza. Ellos no son nada pero sé que se gustan y aunque me duela no pienso interferir en eso.

―Zack ―la secretaria sale de la oficina dejando la puerta abierta para que él entre.

***

―Damos inicio al segundo juicio contra Ashley D'angelo y Jeff Heller ―la jueza golpea el martillo mientras el señor Fischer comienza a buscar entre sus papeles.

―En el primer juicio presentamos el motivo por el cual se Jeff Heller tuvo que golpear al señor Durand. A continuación presento la prueba tres B y llamo a mi primer testigo, el señor Jeff Heller ―ya se me había informado que hoy me harían testificar, así que ya lo sabía pero eso no me quita el nerviosismo.

Albert me da un asentimiento de cabeza cuando me ubico en el estrado un oficial se acerca con una biblia y la pone delante de mí. Ni siquiera soy católico practicante. Me hacen jurar que únicamente diré la verdad y todas esas cosas que aparecen en las series y películas.

―Jeff, ¿trabajas en una cafetería cierto? ―pregunta él cruzándose de brazos mientras se apoya sobre la mesa.

―Si ―respondo sencillamente.

―¿Hace cuánto trabajas allí? ―por lo que tengo entendido van a hacerme preguntas sobre mi día a día antes de ir a lo serio.

―Un año y medio ―conecto mis ojos con los de Ashley.

―¿Podrías narrarme lo que sucedió esa noche? ―ella sonríe dando un asentimiento de cabeza. Estoy a punto de sonreírle también pero me debo recordar a mí mismo que debo apartarme.

―Mi turno había terminado tarde por lo que lleve a mi compañera a su casa. No recordaba haber cerrado bien así que volví a la cafetería ―suspiro mientras trato de dar la mayor cantidad de detalles―. Cuando volvía al auto escuche un grito, al principio creí haberlo imaginado así que no le di importancia, pero cuando lo volví a escuchar camine hacia donde este provenía.

«Cuando llegue a ese callejón escuche el grito más fuerte así que me acerque ―me detengo dándome cuenta que Ashley bajo la cabeza, sé que le incomoda y probablemente le dolerá recordar eso. Albert me da una mirada pidiendo que continúe―. Al instante reconocí lo que sucedía, el señor Durand estaba empujándola contra la pared mientras... mientras intentaba tocarla, a Ashley.

«Le grité para que se alejara de ella y no me hizo caso así que me acerque para empujarlo ―bajo la cabeza mientras juego con mis manos―. Cuando se apartó intento golpearme y me defendí, lo golpee en la cabeza y cayó al suelo, la sangre boto de su cabeza, intente detener la hemorragia pero no pude así que entendí que nada de lo que yo pudiera hacer en ese momento ayudaría.

―¿Qué viste cuando giraste hacia Ashley? ―pregunta Albert acercándose al jurado.

―Su camiseta estaba... –levanto la cabeza y veo que ella tiene los ojos húmedos. Zack se mueve hasta estar detrás de ella, toma su mano y ella cierra los ojos―... Su camiseta estaba levantada y su ropa desacomodada. Ella estaba llorando mientras se agachaba al suelo.

―¿Estos moretones estaban en ella? ―me enseña una fotografía en donde se ven claros moretones.

―Si, en su abdomen brazos y luego los vi en sus piernas ―él asiente mientras vuelve a sentarse junto a Ashley, pone una mano sobre su brazo mientras le susurra algo. Ella asiente dándole una sonrisa de boca cerrada.

El otro abogado se levanta mientras se acerca a mí toma las fotografías para volver a dejarlas de mala manera sobre la mesa de Albert.

―¿Cómo está tu padre Jeff? ―pregunta Murphy cruzándose de brazos―. Por lo que sé desde que tu familia se enteró que los maltrataba no volvió a casa ―Albert se levanta de golpe golpeado la mesa.

―¡Objeción su señoría! ―centro mi mirada en el suelo mientras bajo la cabeza.  

Un Secreto En Otoño [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora