Una historia OiHina

Mudanza [1]

Se escuchaba el sonido de la campana indicando el final de las clases. Justamente el día anterior habían perdido contra el Seihjo y por lo tanto, podían saltarse el entrenamiento e ir antes a su casa.

Hinata se haya quedado a entrenar si no fuera que el día anterior, cuando volvió a su casa, su madre le dijo que el día siguiente volviera pronto ya que tenía que decirle algo muy importante y por eso se dio prisa para salir de su clase pero en medio del pasillo se encontró a Kageyama.

-Hola...-Dijo el pelinegro al ver a Hinata. Después de lo que pasó el día anterior y que  leyeran su último movimiento, no tenía ganas de discutir.

-¡Hola!- Dijo rápidamente el pelinaranja antes de irse corriendo dejando confundido al más alto.

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Cuando Hinata por fin llegó a su casa, su madre lo recibió con un fuerte abrazo diciéndole que tenían que hablar.

-Verás...- empezó a decir la señora Hinata-  Ya sabes que últimamente voy mal en el trabajo y todo eso... Y nos tendremos que mudar...- dijo mirando al suelo. Sabía quę tanto shōyo amaba su casa y su preparatoria, pero lo tenía que hacer, por rl bien de los tres.

-¡¿Q... Qué quieres decir?!- Gritó antes  de pensarlo siquiera, arrepintiéndose al momento de decir eso. Sabía que era para su bien pero, aún podría ir al Karasuno, ¿no?

-Lo siento, hijo... Pero tendrás que cambiarte de preparatoria, el lugar donde nos mudaremos está a 2 horas del Karasuno. Por favor, entiéndelo...

-De acuerdo... Pero... ¿Qué preparatoria i... iré?- Le dolía el alma al pensar que no podría quedarse en su querido equipo pero era lo que había.

-No quería decírtelo ayer justo por esto... La que más cerca está es a 30 minutos caminando hacia... El Aoba Johsai.

Hinata se quedó en shock tras escuchar esas palabras, ¿cómo que iba a ir en el instituto que ayer, justamente ayer le ganaron? Pero no podía hacer nada, veía a su madre con cara de 'lo siento' con lo que tan solo dijo "De acuerdo."

Justamente cuando Natsu volvió de su habitación, al ver a su hermano triste, fue corriendo a abrazarlo

-¿Qué pasa Shouyou? Te ves triste- dijo con cara de preocupación la naranja más pequeña de los tres.

-Nada. ¿Quieres jugar antes  de cenar?- Dijo  Hinata para no preocupar a su pequeña hermana. Mientras tanto, la madre de esos dos monstruos energéticos se fue a preparar la comida con una cara de alivio.

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A la hora de cenar estuvieron hablando los tres sobre la mudanza

-¡Ya quiero ver la nueva casa!- Dijo Natsu emocionada.

-Tranquila, solo falta una semana...- La intentaba tranquilizar la madre.

-¿Cómo se supone que voy a emtrar? ¿Podré estar en el club de voleibol? ¿Y si no me aceptan?- No paraba de decir el chico aficionado al deporte.

-Tranquilo, seguro que entras- Decía la mayor del grupo cada vez más preocupada ante las innumerables preguntas del chico.

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Al día siguiente Hinata pasó por la tienda  del entrenador Ukai para explicarle que en poco tiempo se tendría que ir.

-Entrenador...

-¿Hinata? ¿Pasa algo?- Dijo este algo preocupado.

-Bueno, es que... Me tendré que mudar en una semana y...

-Entiendo, sigue explicando, tranquilo.- Dijo para calmarlo.

-Tendré que dejar la preparatoria junto el equipo ya que donde me voy a mudar queda muy lejos del Karasuno pero... No quiero que se entere nadie hasta que me vaya, no quiero preocuparles ni nada...- Dijo el pelinaranja en un tono triste.

- De acuerdo, no les diré nada hasta que te vayas pero mientras sigas aquí seguirás entrenando, aunque solo sea una semana- y dio un suspiro.- El equipo no será lo mismo sin ti...

Durante esa semana nadie se dio cuenta de que Hinata guardaba tal secreto ya que por sorpresa de Ukai, sabía disimular muy bien pero pronto se acabaría la semana y con eso la estancia de Hinata en ese equipo.