«La noche del incidente Ashley D'angelo volvía de ver a su madre Halle D'angelo ―me enderezo con incomodidad―. En el camino a la casa de los señores Noelia y Gerard Petrov. El señor Durand la intercepto llevándola hacia el callejón donde lo encontró poco después la policía.

―Objeción, está dando vueltas su señoría ―la jueza mira a Albert.

―Presento el caso su señoría ―ella le da un asentimiento de cabeza dejándolo continuar―. El señor Durand intento atacar sexualmente a la señorita D'angelo ―comienzan los murmullos y vuelvo a sentir la mano de Jeff tomar la mía.

―¡Orden! ―vuelve a decir la jueza. El otro abogado pide la palabra.

―Señoría pido un receso y una próxima fecha de juicio. Esto no se me fue notificado.

―El primer receso comienza, tiene diez minutos señor Murphy ―cada quien junta sus cosas y Albert nos guía hacia la salida.

―Eso los tomó por sorpresa. Así que nos dejara igualados en ventaja pero puede ser momentáneo ―el hermano de Jeff se acerca y seguidos vienen Gerard, Noelia y Zack―. Contrarrestara diciendo que no es justificación para un homicidio. Vayan al baño o a beber agua, coman algo si quieren. No sabemos cuánto puede durar ―le aviso a Noelia que iré por una botella pero Gerard se ofrece a ir y es seguido por el hermano de Jeff.

―Maldición, tengo que ir al baño ―me quejo levantándome.

―Por el pasillo, tercera puerta a la derecha ―me informa Albert sin levantar la cabeza de las carpetas.

Cuando voy por el pasillo siento que me toman por el brazo con fuerza. El señor Murphy es quien me retiene pero retiro mi brazo rápidamente.

―¿A dónde vas? ―lo observo de arriba debajo de mala manera.

―¿Por qué se lo diría? ―observa por detrás de mi espalda y sin necesidad de voltear ya sé quién está allí.

―Creo que debería irse ―Murphy pone una sonrisa de lado para luego darse la vuelta y salir por el pasillo―. ¿Te dijo algo? –niego mientras veo la hora en mi teléfono―. ¿Podemos hablar? Es importante.

―De verdad debo ir al baño ―entro rápido en el baño y apoyo la espalda contra la puerta.

―Ashley D'angelo... ―abro los ojos sin haber notado que estaban cerrados y sonrío cuando veo a quien está junto al lavabo.

―¿Sophie Crawford? ―pregunto acercándome a la morocha.

―La misma de carne y huesos ―dice con un marcado acento ruso.

―Wow, que bueno verte, ¿no estabas en Rusia? ―se cruza de brazos apoyándose sobre el lavabo.

―Sí, allí estaba pero volví hace unos días ¿Tú que haces aquí? ―me encojo de hombros mientras camino hacia un cubículo.

―Estoy siendo acusada de homicidio en segundo grado ―le doy una sonrisa antes de entrar y hacer mis necesidades.

―¿Sabes? De todas las cosas que imaginé para tu futuro, jamás te vi de asesina ―me río mientras salgo y me acerco para lavar mis manos.

―No es como piensas pero es una historia larga ―asiente mientras sonríe con su perfecta sonrisa.

―Es bueno verte bien, pienso quedarme un tiempo más en Estados Unidos, deberíamos ir a tomar un café o algo ―le doy mi número y me voy maldiciendo al darme cuenta que falta menos de un minuto para que comience nuevamente el juicio.

―Damos inicio nuevamente al juicio contra Ashley D'angelo y Jeff Heller ―anuncia la jueza golpeando el martillo. El abogado se levanta y camina hasta el centro el salón, da un vistazo general y da una vuelta por sí mismo.

―El señor Fischer presento un caso, intenta remediar algo tan horrible como lo es un asesinato con una acusación aún más terrible como intento de violación ―Albert nos pide que mantengamos la calma―. No es por nada pero no hay testigos oculares que puedan confirmar esto. Más si lo hubiera, ¿intenta justificar un asesinato?

«Todos tenemos derecho a vivir y si se comete un delito o falta merecemos un juicio digno y justo. Algo que la señorita D'angelo y el señor Heller le arrebataron. Tal vez el señor Durand cometió un error pero eso no es justificable.

―Objeción su señoría minimiza un delito ―la jueza asiente.

―A lugar. ¿A dónde desea llegar? ―el abogado vuelve a asentir.

―Mi punto es que pido que el jurado ignore esa sección ya que no tienen pruebas y solo una posible falsa acusación que atrasa el caso ―la jueza pasa a mirar a Albert.

―¿En qué contribuye al caso? ¿Tiene pruebas que presentar? ―Albert se levanta y le extiende una carpeta a la jueza.

―Es importante en la defensa y tengo un testigo que corrobora la historia ―la jueza asiente. Y le devuelve la carpeta.

―Se da por finalizado el primer juicio en la siguiente sesión seguiremos con lo acordado. Intenten no generar más problemas hasta entonces ―golpea el martillo con fuerza―. Se termina la sesión.  

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now