VI

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No tan querido N:

¿Sabes cómo fue cuando me enteré?
¿Quieres saber todos los detalles de ese día?
Pues te lo diré.
Para qué veas el dolor que nos causaste.
El domingo a las 2:00am me llamó tu mamá.
Y me lo contó.
Me dijo que no fuera a tu casa, que no era necesario y que era muy tarde.
Pero no le hice caso.
¿Cómo no iba a ir, si se trataba de mi mejor amigo?
Así que le pedí a mi hermano que me llevara hasta allá.
No preguntó nada.
Simplemente subió al auto y me llevó.
Cuando llegué, me encontré con una escena de lo más devastadora.
Tu madre llorando desconsoladamente sobre tu cuerpo, y tu padre llamando a alguien.
Tu abuela a punto de desmayarse.
Me acerqué.
Y te vi.
Tirado en el suelo.
Con los ojos cerrados y sangre cayendo por tu cara.
Tu cuerpo inerte.
Aún estabas caliente.
Y la pistola de tu padre en tu mano derecha.
Ahí lo entendí todo.
Recién ahí entendí lo que llevabas tanto tiempo intentando decirnos.
Y me sentí impotente.
Y me sentí más imbécil que nunca.
Yo, que siempre entendía todo lo que no decías.
Y sin embargo, no logré entender lo que sí me dijiste.
Irónico.
Otra de las grandes ironías de la vida.

Con dolor,

H.

Fantasmas del pasado (o del presente)Where stories live. Discover now