T2 E1: el oro

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𝐜𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐮𝐧𝐨;

-¿Tienes miedo? -miro sus ojos, resplandecen grises como el cielo encapotado que cubre París

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-¿Tienes miedo? -miro sus ojos, resplandecen grises como el cielo encapotado que cubre París. No respondo. No sé qué debo responder. Me extiende una mano enfundad en un guante blanco, pulcro a pesar de todos los tejados por los que deben haber pasado, de todo lo que deben haber robado- no debes tenerlo. Harriet, te brido una nueva vida. Una segunda oportunidad, ven conmigo, hija. -veo por primera vez en él un padre, aun así no un salvador.

-no lo tengo -miento y acepto su mano. Me dejo arrastrar entre los callejones de París. En los barrios bajos, antiguos, a las orillas del Sena. Mientras ando a su lado puedo escuchar el cabal del río, el aire está cargado de humedad y el hedor de las sucias aguas del alcantarillado que van a desembocar al Sena llega hasta nosotros. Entramos en un pequeño bar, los cristales del cual están tan sucios que des de dentro no ves la poca gente que pasa fuera. Todo huele a frito y ha alcohol. Sigo al hombre con el que he llegado hasta allí hasta una pequeña mesa al final del estrecho local. Siento los pies adherirse al suelo pegajoso de la suciedad que otras muchas suelas dejaron antes que las mías, y al despegarlos, si todo el mundo estuviese en silencio, podría incluso oírse un la masa que cubre el suelo estirarse con mis suelas para no soltarlas hasta romperse y volver a su lugar.

El hombre pide una cerveza para él y un batido para mí, pero cuando llega a la mesa lo aparto discretamente asqueada por el color y la textura de la masa brumosa que me habían servido en un vaso de esquinas rotas. Bebe de su baso sin pensárselo y vuelve a dejarlo sobre la mesa. Como mas lo observo más similitudes le encuentro con la imagen que se me presenta en el espejo.

-Tuviste suerte de que fuese yo a buscarte a la prisión y no tu madre. -sentencia.

-¿y eso? -pregunto más por descaro que por interés. Quiero que vea que no le tengo miedo. Pero no hay nada más difícil que engañar a un mentiroso- ¿has hablado con mamá?

-no en la última década -responde simple- pero sé que ella te mandó allí.

-No, eso no es verdad. Me dijo que escapara -rechisto- quería protegerme y me dijo que escapara.

-Y te dio una dirección, un puerto, una hora -añade él y yo asiento- ¿cuándo hablaste por última vez con tu madre, Harriet? -callo. No porque no tenga nada que decir, sino que demasiadas cosas pasan por mi cabeza y mi voz no es capaz de gestionarlo- Acabaste en Outer Banks porque tu madre lo quiso así. Ella y su cómplice -añade con una sonrisa y se lleva la jarra a los labios- no hace falta que preguntes, sé lo que vas a decir.

-¿cómo vas a saber nada de mí sí a duras penas sabes mi nombre? -le escupo con rabia las palabras.

-un padre conoce a su hija...

-sí, pero niega ser su padre y la abandona de igual forma.

-no hurguemos en el pasado querida -responda con vehemencia, haciendo tintinear el anillo que lleva contra el vaso- vive el futuro, y tu futuro, querida hija, soy yo. Ahora, ¿quieres saber que paso de verdad?

²𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 {Outer Banks || JJ}Where stories live. Discover now