—Quiero saber por qué no dejas de ponerle el cuerno conmigo, ¿es que no la amas?

—¿Y no has pensando que eso no tiene que ver nada con ella, si no contigo?

—No entiendo cómo podría...

—Cállate—murmuro sobre sus labios—odio cuando te pones de ruidosa.

Al recordar su actitud de anoche y la de ahora mientras la beso todo parece dar un cambio repentino, y la pregunta correcta sería que no sucede.

—Hay muchas cosas que quiero que hagamos—confieso viéndola a los ojos curiosos que ahora tiene—un día de estos te mostraré.

—¿Por qué no ahora?

Noto la marca que ha dejado la esposa alrededor de su muñeca.

—Dije un día de estos.

Bufea y me empuja de encima de su cuerpo.

La veo intentar levantarse pero aún así se mantiene sobre la cama.

—¿Todo bien con tus piernas?—pregunto divertido.

—Todo bien —se pone de pies y la veo caminar al ritmo más lento que alguna vez haya visto, me causa risa verla así.

Bajo de la cama y la tomo sobre mi torso, ella recuesta su cabeza de mi pecho y termino por entrar a la ducha, los trozos de la puerta aún permanecen sobre el suelo, todavía no la reporto y no creo hacerlo hasta el momento en que abandonemos el hotel, quiero evitar que quieran darnos una habitación nueva o colocar otra en donde no quiero que haya nada que me interponga el paso.

La bajo en la ducha y abro la llave al momento que tomo el jabón de leche de la caja, veo su piel desnuda y la meto debajo del agua, ella evita mojar su cabello pero no hago otra cosa que inducirla hacerlo, luego de todos estos días y sudar tanto es lo mínimo, me pego a ella dejándola sentir lo que le toca seguido de lavarla, froto el jabón antes de aplicarlo sobre ella y veo que parece ser de buena calidad.

Empiezo por su espalda y luego busco su pecho seguido de su abdomen, Vanessa deja caer su cabeza hacia atrás y la giro despacio tomándola de la cintura, muevo su pelo húmedo hasta atrás consiguiendo una perfecta vista de su rostro, ojos cafés y un poco ojerosos, cejas no muy gruesas ni muy delgadas, una perfecta nariz y su pelo castaño oscuro que ahora mojado parece negro.

—¿Qué ves?

—Tus labios.

Se gira dándome la espalda.

—¿Terminas? —inquiere— Quiero volver a dormir.

—Están programados para venir por nosotros en una hora. —informo.

—¿Lavarás mi cabello? —pregunta viéndome sobre su hombro.

—¿También quieres que pinte tus uñas?

—Podrías.

—Al menos lo haría mejor que tú.

—Eres un idiota, fue un error y no tuve tiempo de arreglarlo —se voltea a verme— Dame el jabón —lo toma de mi mano.

Es tan fácil hacer que pierda el control que hasta resulta divertido, la veo moverse bajo el agua removiendo todo el jabón de su cuerpo y salir hasta la estantería donde toma lo que parece ser un Shampoo y regresa con el regándolo sobre su mano, deja el pote sobre el suelo y regresa a su postura inicial empezando a masajear su cabello, me agacho por el y me alejo viéndola lavarlo, me acerco colocando el pote sobre su cabeza y exprimiendolo, ella continúa lavándolo hasta que se mueve debajo del agua, y repito lo mismo, toda la espuma que provoca esta cosa se encuentra sobre su espalda y el suelo, ella tararea una canción y ni siquiera se percata de lo que hago.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now