El cambio.

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Los días pasaron, el miedo que sentían las personas hacia los pálidos disminuyó hasta cierto punto, más no significaba que no guardaran la distancia entre ellos y que les tuvieran respeto. A pesar de eso, vivían tranquilos en su aldea, lo único que temían era que fueran escogidos para su sed de sangre, es decir, los que elegían para beber su fluido corporal, se los llevaban para jamás volver a ser vistos en el pueblo.

Fuera de aquello, la paz reinaba en la aldea entre las montañas, pero no todo fue así,.. En los poco más de 5 años de reinado de Velcan, hubo aldeanos rebeldes que se atrevieron a desafiar la autoridad del rey, así como también intrusos que querían aprovecharse de los recursos y cosechas de la próspera aldea, que desafortunadamente fueron aniquilados. El soberano tenía una gran colección de personas empaladas que decoraban la entrada principal del pueblo, dando un aspecto aterrador, a los que no colgaban, eran heridos y arrojados al bosque, logrando que el olor de su sangre atrajera a los lobos, terminando devorados por dichos caninos.

Por otro lado, Richard, quién era uno de los vigilantes del reino, debido a su destreza y lealtad a Velcan, se convirtió en el brazo derecho del rey, llegando a tener un puesto importante liderando junto al soberano, sin embargo, él formó un fuerte lazo de amistad con Ann, se volvieron buenos amigos desde aquella ocasión que el vampiro la salvó.

En cuanto al pequeño príncipe, su padre ya le permitía salir del castillo y andar en la aldea, era libre de jugar con los niños humanos bajo el cuidado de los vampiros e inclusive de las personas, y de Velcan, que también merodeaba el pueblo observando que todo estuviera en orden.

En cuanto al pequeño príncipe, su padre ya le permitía salir del castillo y andar en la aldea, era libre de jugar con los niños humanos bajo el cuidado de los vampiros e inclusive de las personas, y de Velcan, que también merodeaba el pueblo obser...

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Una tarde, la joven Ann yacía en su cabaña descansando después de trabajar en el campo, cepillaba su largo cabello quitando pequeñas hojas que se incrustaron mientras laboraba, pues había sido un día duro de cosecha. Esperaba que Richard viniera a visitarla, era recurrente que por las tardes él venía a verla, inclusive algunas veces salían a caminar al bosque.

- Hola Ann. – Richard entró a la cabaña.

- Qué tal Richard. – le mostró una tierna expresión.

- Necesito hablar contigo. – la pronunciación del chupa sangre fue seria ante los oídos de la joven, causándole cierta intriga.

- ¿Qué ocurre? ¿Hice algo malo? – se preocupó, el vampiro se acercó a ella tomándola por los hombros, negando.

- No, no es nada malo, al contrario... – ella sintió cómo su preocupación desvanecía a sus palabras. – Todo este tiempo desde que llegamos aquí, nuestra relación creció como jamás lo imaginé, tú eres una buena persona. – la chica escuchaba atenta. – No quiero que vuelvas a estar sola.

- Pero Richard, no estoy sola desde que estás conmigo...

Debido a que la joven Ann perdió a sus padres cuando era solo una infante, se ha dedicado a trabajar arduamente para ganarse sus alimentos de cada día.

La sangre de tus venas.  (En Pausa)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن