Capítulo 1: El camino del héroe

Magsimula sa umpisa
                                    

El rey miró a su esposa con frialdad haciendo que se callara de inmediato. —¿Que  lo haga su zorra? No te vi quejándote cuando Harry mató al otro chico.

—Aetos, nosotros criamos a Harry...

—¡Lo criamos para servir al reino! Si no puede cumplir ese simple papel, bien puede ser enviado como sacrificio —espetó antes de pedir a los guardias que llevaran al chico hacia su habitación, que más que cualquier cosa era una celda.

Los días pasaron en una tensión asfixiante, no tenían noticias del dios ni para bien ni para mal. Por otro lado, los entrenamientos de Harry eran cada vez más extenuantes y es que su valía ante el reino se resumía a eso, ser un soldado, un mercenario, ser un arma, el mejor, el más letal.

Nunca sintió lástima por su destino porque al menos así podría defender a los débiles de los males del mundo: monstruos, guerras, bandidos, entre otras cosas en las cuales se pudiese intervenir mediante la fuerza. Varios reyes pagaban grandes tributos por sus servicios y él estaba feliz de ser útil. Era su forma de devolver todos los dones que obtuvo, siendo un huérfano, su destino era ser vendido como un siervo en el mejor de los casos, en el peor un esclavo sexual a merced de algún rico depravado; sin embargo su caso no fue ninguno de esos, la reina lo tomó bajo su cuidado, le brindó educación y cariño, como si fuese su propio hijo, lo cual no era del agrado ni del rey ni del príncipe, en especial porque superaba al último en todo ámbito.

Cuando creció lo suficiente para empezar su entrenamiento militar al igual que todos los hombres de su edad, Aetos vio en eso la oportunidad de deshacerse del joven y pese a las protestas de su esposa, Harry fue forjado en el fragor de la guerra, siendo ampliamente reconocido por su destreza, lo que le llevó a ser considerado un gran héroe dentro y fuera de Terramar.

Epopeyas fueron escritas en nombre del soldado con ojos de jade, letal como hermoso, mordaz como piadoso, despertando aún más el odio del rey y del príncipe, quienes mermaban cada vez su libertad y lo mandaban a misiones suicidas con la esperanza de que nunca volviese.

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Las últimas jornadas de ejercicio habían sido por lejos peor que una tortura, sabía que el rey estaba siendo especialmente severo por lo que pasó en el torneo, así que se encontraba molido, no había músculo que no le punzara ni articulación que no le doliese.

Se dirigió casi en automático a la bañera para aliviar su pesar, el agua lo revitalizaba, lo hacía sentir como si estuviese en su elemento, además eran los únicos instantes en los que podía sentir algo de paz, pero esa paz no duró mucho, alguien entró intempestivamente sacándolo de su espacio de confort.

—Liartes —Harry entrecerró sus ojos mirando al soldado pelinegro que se había convertido en su amigo y mano derecha — ¿Qué es tan importante para interrumpirme de esa manera?

—Hazz, tienes una nueva misión. —mencionó con cierto nerviosismo.

—¿Qué tan malo es Li?

—Quieren que te enfrentes a Medusa.

—¿Medusa?...¿Cómo la Gorgona cuya mirada puede convertirte en piedra?

—Esa misma.....

—¿No fue decapitada por Perseo?—Harry ladeó la cabeza confundido.

—¿Ese charlatán autoproclamado semidios? Harry, eres demasiado ingenuo, no todas las leyendas son como se cuentan.

—Roguemos porque así sea —El ojiverde suspiró pesadamente— de lo contrario no tendremos oportunidad.

Después de hablar con su amigo, Harry se puso a investigar a fondo sobre su próximo objetivo, no había tiempo que perder, todo era más terrible de lo que pudiese imaginar. Su corazón se llenó de una enorme ira hacía la llamada Medusa ¿Cómo podía existir un monstruo tan cruel y despiadado?

Medusa (LS)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon