• - D I E C I N U E V E - •

Start from the beginning
                                        

Al pisar la vereda del parque, busqué con la mirada a Juliana, pero aún no había llegado.
El lugar estaba lleno de niños con sus familias, y adolescentes que se juntaban a boludear como de costumbre. Era entendible, viendo el día hermoso que había tocado.

Cambié la mirada hacia el árbol gigante, el cual estaba en la otra punta, pero tampoco se encontraba ahí. Solo había un chico con capucha, apoyado contra el tronco, fumando. No podía distinguir bien su rostro debido a la distancia, pero me adentré a caminar hacia él para esperar a mi mejor amiga.

Al pasar por los juegos, lleno de pibitos saltando y corriendo, ví una pila de mochilas apoyadas contra un banquito. No habrían llamado mi atención de no ser porque me parecían muy familiares, pero decidí no darles tanta importancia. No sería extraño encontrarme con compañeros estando en una plaza bastante conocida por casi todos los de mi escuela.

El árbol estaba cada vez más cerca, y de a poco, podía reconocer la cara de aquel chico que me miraba detenidamente con un porro entre sus labios.

Cuando me dí cuenta, quedé completamente helada frente a él.

Era Valentín. En verdad estaba ahí.

— ¿V-Vos qué haces acá? — Las palabras apenas lograban salir de mí boca. No sabía cómo reaccionar al verlo allí, más sonriente que nunca.

Me inquietaba no tener qué decirle, sin siquiera saber la razón de su precensia.

El castaño no contestó. Solamente tiró el cigarro a su lado, y lo pisó con fuerza. Yo miraba atentamente cada uno de sus movimientos, pero aún así me tomó completamente desprevenida cuando comenzó a acercarse hacia mi con pasos largos. Y cuando quise volver a hablar, sentí sus labios sellando los míos.

Una oleada de emociones recorrió todo mi cuerpo por algunos segundos, pero Valentín se separó, dejándome totalmente perpleja. Sus ojitos mirando los míos radiaban una pizca de ilusión, como si estuviera esperando una respuesta, y allí no dudé ni un segundo en volver a besarlo con ganas, luego de tanto tiempo esperando por hacerlo.

Su boca se acomplaba perfectamente con la mía, y me hacía sentir como si todo el mundo a nuestro alrededor hubiese dejado de existir. Estaba con el corazón latiendo a mil por hora cuando me di cuenta que sonrió entremedio de nuestros labios, e hice lo mismo con satisfacción. No podía dejar de pensar en lo perfecto que estaba siendo todo, y lo mucho que había esperado para aquel momento tan mágico e inexplicable.

El beso se profundizó cuando acaricié con mis dedos los pequeños pelitos de su nuca, y sus manos instantáneamente fueron a mi cintura, acercándome a él para cortar cualquier tipo de distancia que hubiera entre nosotros.

Pasaron algunos segundos más los cuales me parecieron eternos, y terminamos por separarnos lentamente entre pequeños besos que Valentín me dejaba, aún con esa sonrisa alegre.

— Entonces es verdad. — Soltó en un susurro, dejando que nuestras respiraciones agitadas se mezclaran por la poca distancia entre nuestros rostros. — A vos también te pasan cosas conmigo.

Sonreí ampliamente al momento, sin que pudiera evitarlo, y acaricié con la yema de mis dedos la comisura de sus labios medio rojos e hinchados.

— Vos me encantas, Valen. — Pude decir con una gran despreocupación, teniendo una sensación placentera después de haberlo confesado en voz alta.

• c u p i d o ; wos •Where stories live. Discover now