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—Puedes apurarte Xiao Zhan, el avión nos dejara. —Hablo fuerte Yibo tomando las maletas de ambos para llevarlas al taxi.

—Si ya voy, solo estoy viendo que nada me falte Yibo. —respondió Xiao Zhan de su cuarto.

Ambos salieron del departamento para tomar el taxi que lo llevaría al aeropuerto, como todo regla de vuelo tenían que llegar dos horas antes. El taxi no demoro mucho en llegar a su destino y ya ambos chicos estaban en el aeropuerto esperando para subir a su avión.

En el avión, en su viaje a Disney World. Habían tomado el vuelo nocturno, así que todas las luces a su alrededor estaban apagadas y la gente dormía. Yibo, sin embargo, estaba muy despierto y mantenía a Xiao Zhan también muy despierto, mientras se ocupaba en que el pelinegro le tocara.

—Vamos Xiao Zhan, Me tienes caliente—susurró el Yibo en el oído de Xiao Zhan y luego le dio una lamida al arco de este—. Siente lo duro que estoy por ti. —Yibo cogió la mano del otro y la puso debajo de la manta, directamente sobre su pene. Xiao Zhan respiró temblorosamente, por lo rico y cálido que se sentía ese pene debajo de su mano.

—Yibo — Xiao Zhan miro con deseo a Yibo—. No podemos hacer esto aquí.

—¿Acaso nunca has escuchado del "Club de las Alturas"? —preguntó Yibo con la voz sorprendida—. La gente tiene sexo en los aviones, todo el tiempo —dijo como si fuera obvio.

—¿Y cómo es que tú nunca habías escuchado la regla de apagar los celulares en un avión y sí pareces conocer sobre este "Club de las Alturas"?

Antes de que el avión despegara, Yibo le había mandado un mensaje de texto a la mamá de Xiao Zhan, para agradecerle por los bocadillos que había puesto en su bolso de mano. De todas formas, la azafata amablemente pidió a Yibo que apagara su celular y él se sintió bastante ofendido y territorial por eso, insistiendo en que iba contra sus derechos civiles el que lo obligaran a apagar su celular. Para resumir la historia, estuvieron bastante cerca de pedirle que dejara el avión, lo cual habría sido una lástima porque estaban ubicados en primera clase, por el hecho de que los padres de Yibo era un viajero frecuente.

Yibo suspiró y Xiao Zhan pudo sentir su cálido aliento contra sus labios—. Tal vez porque la regla del teléfono es totalmente invasiva y va contra mis derechos de usuario de celular, así que ni me imaginé que una cosa así pudiera existir. Y sé sobre el "Club de las Alturas", porque estaba tratando de imaginar en cuantos lugares diferentes podría tener sexo contigo y el sexo en aviones, apareció bastante en mis búsquedas —Se alzó de hombros.

—¿Qué cerdo eres Yibo? —reclamo Xiao Zhan con una sonrisa en los labios.

—Cerdo o no, me amas igual cariño.

Xiao Zhan aguantó soltar un gemido, cuando la mano del Yibo comenzó a subir por su muslo. Dio una mirada alrededor, a la cabina oscura y vio que la mayor parte de las personas estaban dormidas... y ellos tenían una manta encima, después de todo.

—Solo se silencioso e iré despacio, bebé. —Yibo volvió a apoyar su cabeza en el asiento y se dejó llevar por las ministraciones a su novio.

Xiao Zhan enterró su rostro en el hombro de Yibo y comenzó a mover sus dedos en el cinturón del otro—. Si sigues así, harás que me corra. —Protestó el pelinegro en un murmullo, cuando Yibo comenzó a manosearlo con descaro.

—Prometo detenerme antes precioso.

—Mierda —dijo el pelinegro, dudando. Pero los dedos de Yibo contra su piel tomaron la decisión por él—. Ok, mientras mantengas tu promesa. —se dejó llevar, una vez más. Y su vientre se contrajo, cuando la mano de Yibo se metió cuidadosamente dentro de sus pantalones y bóxers y lo tomó.

Yibo levantó un poco su cabeza, para que sus labios estuvieran en el cuello de Xiao Zhan, dándole pequeños besos, mientras lo masajeaba. Xiao Zhan estaba tan excitado por todo de lo que estaban haciendo en ese lugar público y también por el simple toque de Yibo y sus labios. Su novio lo ponía duro en cosa de segundos y no le daba vergüenza admitirlo. De hecho, le encantaba. La lengua de Yibo salía ocasionalmente, para dar pequeñas lamidas a los lugares que besaba, provocando que escalofríos recorrieran todo el cuerpo. El apenas recordaba que su propia mano estaba sobre el pene del otro, estaba demasiado inmerso en lo que Yibo le hacía. Estuvo a punto de empezar a tocarlo, cuando Yibo lo sacó por completo del juego.

—Te deseo tanto, Xiao Zhan —dijo en su oído—. Quiero tomarte y hundirme muy hondo en tu culo, hasta que te corras.

Xiao Zhan reaccionó estremeciéndose—No puedes decir mierda como esa. —Se quejó—. Me vas a hacer estallar —dijo en un susurro.

—Yo deseo hacerlo dentro de ti. —Yibo suspiró, dejando que su dulce aliento cayera sobre la oreja del pelinegro.

—Yo también, lo deseo —respondió honestamente, rindiéndose antes Yibo.

—Tal vez deberíamos hacerlo en el baño —dijo Yibo abruptamente y se alejó para sentarse bien.

— ¿Qué? No. Esa clase de mierda siempre falla en las películas. La gente no hace eso. —Alegó Xiao Zhan de inmediato.

—Siempre falla en las películas, porque se supone que debe ser divertido, Xiao Zhan. Esta es la vida real, no un guion. —Yibo asintió y miró fijamente al otro, con sus increíblemente sensuales y atrayentes ojos.

— ¿Por qué tienes que ser tan jodidamente sexy? Para mí es imposible decirte que no. —Bromeó Xiao Zhan, aunque estaba un poco incómodo.

—Tú eres el único que tiene el cuerpo que me da ganas de arrancarte la ropa y colocarte en posición para mí y follarte. —Yibo se lamió los labios y puso una sonrisa coqueta.

—En verdad no sé si vaya a resultar sin problemas. Quiero decir... ya sabes estamos en un avión y pueden vernos o escucharnos. —Alegó el pelinegro.

—Joder, arriésgate conmigo. Y si no resulta, no lo volveremos a hacer. Y si es genial, entonces lo hacemos otra vez, cuando viajemos de regreso. —Yibo sonrió.

Xiao Zhan aún pensaba que era una idea terrible, pero la mano de Yibo en su pene y esos hermosos labios frente a él, lo hicieron ir contra todos sus instintos—. Está bien, iré primero yo y después tú en un par de minutos —dijo el Xiao Zhan.

El pelinegro besó al otro en la mejilla y quitó su mano. Se puso de pie para ir al baño y a propósito respingó su trasero cuando pasó junto a Yibo y le envió una mirada lasciva por sobre el hombro al salir.

Yibo pasó su lengua por sus labios y mordió su labio para aclarar su garganta, trató de parecer "normal" al coger su mochila, para sacar el lubricante que había llevado.

Se levantó y se estiró, dando una mirada al resto de los pasajeros, asegurándose de que nadie lo mirara. Cuando decidió que no "había moros en la costa", con mucha normalidad se dirigió hacia el baño. Cuando llegó ahí, se dio cuenta de que había dos baños y no tenía idea en cuál estaba Xiao Zhan.

Decidió tocar en el que estaba a su derecha—. ¿Hola?

—Está ocupado —respondió una voz muy nasal, casi gangosa.

—Oh, lo siento —murmuró el Yibo.

—¡No me hable cuando estoy haciendo mis cosas personales aquí! —Agregó la voz.

Yibo estuvo a punto de disculparse otra vez, pero se mordió la lengua, para evitar recibir otro mordaz comentario de la voz del baño. En lugar de eso, se volteó a la puerta a su izquierda y llamó—. ¿Xiao Zhan? —La puerta se abrió lentamente y el chico soltó un suspiro de alivio cuando vio que, en verdad, era Xiao Zhan el chico en su interior.

—¡Yo no me llamo Xiao Zhan! —Exclamó la voz del otro baño.

—¿Quién es ese? —susurró el pelinegro.

—No tengo ni puta idea, pero no deja de hablarme. —Se quejó Yibo—. Déjame entrar.

—¡Eso es increíblemente inapropiado! ¡No te dejaré entrar a este baño! —Vino "otra vez" la voz.

—Hey imbécil no te estoy hablando a ti. —Gruñó Yibo.

—¿Y entonces cómo llamas a lo que acabas de hacer? Tú absolutamente me acabas de hablar —respondió la voz.

Xiao Zhan vio que Yibo estaba con el ceño fruncido y estaba a punto de contestar, pero elevó una mano para taparle la boca y luego lo empujó dentro del baño, cerrando la puerta de inmediato.

—Si quieres hacer esto, no hables demasiado fuerte Yibo, él va a seguir contestándonos —susurró y luego quitó su mano de la boca del otro. Miró alrededor sin sorprenderse—. Tengo que decir que esto no es nada para mí.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now